Las movilizaciones de educación han hecho que el presidente autonómico conteste con una ocurrencia con la intención de contentar a los padres, una rebaja en las ratios. Un pequeño paso con el que se intenta aplacar a una parte de la población. En realidad, esta medida no soluciona nada. Sin una adecuada inversión el resultado serán más barracones en algunas zonas donde la población sigue creciendo, por poner un ejemplo, en Corvera tienen tres y esperan dos más el año que viene, con lo que una bajada de ratios podría suponer tres. Imaginemos la situación en Sucina donde no hay espacio, o pensemos en algunos colegios de San Pedro del Pinatar, de Torre Pacheco o de Lorca. Unos pocos ejemplos de los muchos de una Región donde en muchos centros los apoyos a sus hijos con problemas los hacen en los pasillos.
El anuncio del presidente es un globo sonda para intentar calmar las movilizaciones. Bajar las ratios sin inversión en infraestructuras educativas trae más barracones y traza el camino para la construcción de concertados paralelos con la excusa de que no hay sitio o el que hay es prefabricado. Aunque estas excusas no hicieron falta en Alhama. El problema es que esta falta de inversión la sufren sus hijos. Seamos claros. Cuando los docentes se quejan de las condiciones de trabajo están dándole voz a nuestros hijos y las condiciones de sus aulas y sus centros. Aulas donde hay goteras, donde se hielan en invierno, se cuecen en verano, pistas donde se desuellan cuando juegan por su mal estado y que nadie cambia. El colegio de Blanca o el comedor de Bullas son solo ejemplos de una situación que se reproduce en toda la Región. Hay lugares donde los directores me han dicho que prefieren las prefabricadas porque el estado del centro es ruinoso y al menos tienen aire acondicionado. Una situación que viene desde hace años y cuyo origen se encuentra en la deficiente gestión de las transferencias educativas que no tuvo en cuenta la edad de los centros y sus necesidades y que durante los últimos años ha continuado.
Estamos en un momento clave, un presupuesto expansivo que puede dar respuesta a todas las demandas de la comunidad educativa, desde la reversión de los recortes, bajada de ratios e inversión infraestructuras educativas. Es por ello por lo que tenemos que movilizarnos todos, incluida la comunidad educativa. Esta tiene que entender que para lograr mejoras en sus centros hemos de lograr cambiar la situación. Soy consciente, además, de que la peor situación es la de los colegios. Estos viven en una dualidad. Según la ley, su mantenimiento depende de los ayuntamientos, sus infraestructuras de la Consejería.
Los ayuntamientos hacen lo que pueden, dependiendo de su compromiso: ejemplar en este caso el gobierno municipal de Alhama o el actual gobierno municipal de Murcia, a pesar de los problemas que parece que este tiene con algunas pedanías gobernadas por el PP que no cumplen en tiempo y forma con los arreglos de los coles; o del estado de sus cuentas, deficitarias en algunos ayuntamientos.
La consejería, en cambio, está sumida en el marasmo, aprovechando dicha dualidad no hace lo que debe, retrasa las inversiones, algunos coles llevan veinte años esperando mejoras con proyectos ya hechos, de ahí la situación de Blanca, o, lo que es peor, se ríe de la buena voluntad de los padres quienes pagan los aires acondicionados para darse cuenta después de que el estado de la instalación eléctrica impide su instalación. En Portman la consejería prometió una nueva instalación eléctrica siendo consejera Adela Martínez Cacha y hemos llegado a 2022 y siguen las quejas.
Ante esta situación la federación de municipios ha de tomar un camino y exigir una junta arbitral para que cumpla con sus funciones o llevar a juicio a la consejería por su dejadez de funciones. El problema no es de un ayuntamiento sino de todos los ayuntamientos y es la consejería de Educación quien tiene que cumplir con los ciudadanos.
Como pueden leer este no es el problema de mi cole, ni de mi instituto, es un problema compartido ante la falta de inversión de una consejería que ha decidido arrumbar una educación pública donde estudian la mayoría de los habitantes de esta Región. Estamos hablando de una educación que es clave en un mundo cada día más globalizado y para que la necesitamos una planificada inversión y no parches en respuesta a una movilización que no debe parar. El momento es ahora porque, como dirían mis amigos de la plataforma prosoterramiento, lo que no está en los presupuestos no se ejecuta y, todavía estando, no podemos dejar de movilizarnos. Es la hora de la función pública, es la hora de la educación.
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