¿Qué pueden tener en común las zonas de baja densidad de Murcia con las de Suecia? Pues curiosamente bastante… Leyendo 'Osebol' de Marit Kapla me doy cuenta de que la realidad de los territorios fronterizos es bastante parecida. Lugares tranquilos, como La Murta, enraizados a sus gentes y cuyas características climáticas y geográficas han provocado que su escasa población se reparta por el territorio.
'Osebol Voces del Pueblo Sueco', es un libro muy diferente a otros relatos que tenemos sobre Escandinavia como 'Gente Casi Perfecta: El mito de la Utopía Escandinava' de Michael Booth donde el autor hace un recorrido por los diferentes países u 'Oda a la Oscuridad' de Sigri Sandberg donde nos habla de los pros y contras de la contaminación lumínica. Es diferente tanto en forma como en fondo, pasando del ensayo clásico a literalmente dar voz a los habitantes de Osebol sin censurar sus palabras ni opiniones (nos encontramos algunos testimonios controvertidos) pero consiguiendo un equilibrio social y ético del relato.
Marit Kapla escoge algunos testimonios, entre todos los aldeanos y aldeanas que entrevistó, dejando el relato escrito en sus propias palabras. A través de estos testimonios podemos ver cómo ha cambiado la vida en esa región en el último medio siglo. Algunos de estos cambios se deben en lo económico a la automatización de la industria maderera y cómo esto ha provocado traslados a otras nuevas ciudades reduciendo la población del pueblo a unos cuarenta habitantes y provocando que los niños deban desplazarse para ir al colegio por lo que muchos padres se plantean mudarse como plantea Loftten Gustafsson.
“Hemos intentado presionar
para que el bus escolar salga mas tarde
pero no ha habido forma. (...)
Se levanta a las cuatro y media
para prepararse…
En fin, ya veremos cómo lo solucionamos“.
Y es que la despoblación va muy de la mano de las exigencias de la naturaleza y el mercado, y nos afectan a todos como en Murta donde muchas personas han abandonado sus tierras porque la recogida ya no es la que era y priman unos cultivos a otros. Karin Hakansson nos habla de su caso en Osebol donde las cosas ya no son como eran antes:
“Después empezábamos con la recogida de bayas
Dios Santo qué cantidades recogíamos.
Llegábamos al bosque y estaba todo rojo“
Ahora las tierras ya no ofrecen el mismo fruto y nos encontramos con una doble migración en busca de nuevas oportunidades: la de población murciana y la de la inmigración. Este podría ser el caso de Morata que se encuentra prácticamente diseminada y donde se ha producido una salida importante de toda la población joven hacia Mazarrón. Pero igual que a Osebol llega población polaca en Morata lo hace población ecuatoriana y magrebí que siguen trabajando por sacar adelante el pueblo. En palabras del polaco Mattias Danilowics
“No importa
si eres negro, rojo, amarillo o verde.
Si trabajas bien
pues trabajas bien“
Otro problema compartido con el pueblo sueco pero del que aún no tenemos tanta constancia podría ser el cómo gestionar el turismo y las residencias vacacionales en los pequeños municipios con encanto pues como expresa Petra Lange:
“Ya sé que no está bien
comprar una casa de vacaciones.
Lo que habría que hacer es mudarse aquí.
Al utilizarla como casa de vacaciones
en realidad estás fomentando la despoblación“
En definitiva nos gustaría que algún día alguien hiciera una etnografía de nuestras regiones y gentes. Paco Cerdà tomó algunos testimonios en su libro 'Los Últimos: Voces de la Laponia española' editado por Pepitas de Calabaza pero lo hizo solo por el norte de la península. En cualquier caso nos quedamos con las palabras de Loftten Gustafsson sobre la Suecia Vaciada:
“es una maravilla vivir aquí,
no es eso.
Lo complicado es la logística“
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