El Gobierno de Navarra ha lanzado una nueva campaña institucional con motivo del 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que este año se centra en la “violencia oculta o más sutil”, con el lema 'La violencia también se oculta en lo cotidiano. Hagámosla visible'. Estas “violencias silenciosas” son “consideradas erróneamente inofensivas o menos graves”, y “en realidad generan formas de control, desvalorización o discriminación basadas en el género”, destacan desde el Ejecutivo foral.
La campaña gira en torno a rostros de ciudadanos anónimos con los ojos “tapados por mensajes que implican violencia contra las mujeres, por trasladar un cuestionamiento al cuerpo o a las actitudes de las mujeres o por reflejar la autocensura a la que recurren muchas de ellas para evitar agresiones machistas”. 'Si se viste así, después que no se queje', 'No le doy 'like' a otros para que no se mosquee', 'Si me quedo callada y no le llevo la contraria, se calma y para' o 'Era solo un piropo, tampoco hay que exagerar', son algunas de las frases elegidas para “invitar a la reflexión en torno a este tipo de violencias”.
En la presentación de la campaña han participado el vicepresidente primero y consejero de Presidencia e Igualdad del Gobierno foral, Félix Taberna, la directora gerente del Instituto Navarro para la Igualdad / Nafarroako Berdintasunerako Institutua (INAI/NABI), Patricia Abad, el Defensor del Pueblo, Patxi Vera, así como representantes de los grupos parlamentarios.
En su intervención, Taberna ha subrayado que la violencia de género tiene unos componentes de ámbito social, de ámbito de costumbres, que hay “que ir desterrando” y “aboliendo”. “En este sentido, la campaña institucional del Gobierno de Navarra en esta ocasión quiere poner foco en la llamada violencia oculta o una violencia más sutil”, ha indicado.
Según Taberna, la campaña realiza un llamamiento a que se pienese “en expresiones, actitudes, hábitos” y se realice “un ejercicio de reflexión, un ejercicio de autoconciencia sobre estas cuestiones que pueden entenderse como algo habitual, como algo que toda la vida ha sido así, pero no tiene que ser así toda la vida”.
Además, ha indicado que en 2026, desde las políticas de igualdad se va a trabajar “por el mayor refuerzo institucional posible, por la mayor movilización social contra la violencia de género”. En ese sentido, “tanto el próximo cuarto Acuerdo interinstitucional como el segundo Plan de igualdad para la igualdad entre hombres y mujeres, como los protocolos de coordinación con las entidades locales van a ser elementos y focos” de trabajo conjunto.
Por su parte, Abad ha compartido que este año se pone el foco en las violencias ocultas, “más invisibilizadas, más naturalizadas” y se apela a la sociedad “a hacerlas visibles en varios sentidos”. La campaña “tiene una diversidad de rostros, edades, géneros, realidades”, y “pretende también simbolizar que la violencia estructural y la desigualdad social que hay entre mujeres y hombres afecta a todas las clases sociales, a todas las personas, está en todas las culturas”. “Cualquier persona nos podemos ver tanto ejerciendo pequeñas violencias, violencias sutiles, como justificándolas o normalizándolas”.
“Nos hemos socializado todas y todos en un contexto patriarcal con lo cual a veces naturalizamos comportamientos, expresiones y actitudes incluso que son machistas en sí mismas y que habilitan además para formas más graves de violencia. Justifican las desigualdades y hacen que podamos luego ver como normales algunos comportamientos de cosificación, de control, de negación de la importancia que tienen algunas actitudes que limitan la libertad de las mujeres”, ha manifestado.
La campaña, que ha tenido un coste de cerca de 35.000 euros, se difundirá a través de redes sociales, revistas locales, lonas instaladas en el Palacio de Navarra y en la Universidad Pública de Navarra (UPNA), marquesinas en Pamplona, Tudela, Tafalla y Estella-Lizarra, y soportes urbanos digitales (mupis) en Pamplona y Tudela. El propio 25 de noviembre tendrá lugar además la lectura de una declaración institucional con motivo de una concentración ante el Palacio de Navarra.
Según el análisis del INAI/NABI, las llamadas “violencias silenciosas” se consideran “las más difíciles de detectar y probar”. Los agresores “naturalizan sus comportamientos y los justifican, no identificándolos como manifestaciones de violencia machista, y a veces las propias víctimas y sus entornos normalizan las agresiones que sufren, por lo que es muy difícil que afloren y se pueda intervenir sobre ellas”.
Entre las formas de violencia “normalizada más habituales” se encuentran la violencia psicológica, económica y simbólica. Esta última “está principalmente dirigida al cuerpo de las mujeres y a las expectativas que se les imponen en función de estereotipos sexistas”. Estas “agresiones cotidianas” conducen a “muchas mujeres a experimentar manipulación, pérdida de autoestima y autonomía, lo que, en algunos casos, puede derivar en formas más graves de violencia”.