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La evolución del remo femenino cántabro: de los tópicos machistas a las trabas económicas que frenan su auge

Trainera femenina de Colindres remando por la bandera 'Sotileza' de Santander | REBECA VILLALÓN

Sonia Redondo

“Cómo vais a remar si se os estropea el cuerpo”, “Se os va a poner la espalda muy ancha”, “Os van a salir durezas en las manos y eso no es femenino”, “Las mujeres no valéis para remar”, “Sois la sombra de los chicos”... esos son algunos de los tópicos machistas que las mujeres pioneras del remo tuvieron que escuchar durante años en un deporte que, desde sus orígenes, ha sido considerado solo de hombres. No obstante, poco a poco las mujeres están logrando normalizar su participación en el mismo, con la presencia de más equipos femeninos que compiten donde antes no lo hacían.

Y es que, echando la vista atrás, existe un claro crecimiento del remo femenino de traineras en las Comunidades Autónomas del Cantábrico, zona de implantación de esta disciplina deportiva, como Galicia, País Vasco y Cantabria, aunque el de esta última no ha sido un desarrollo comparable al de las dos primeras.

“Ha evolucionado, pero muy poco”, asegura a eldiario.es Sara Vázquez, exremera y entrenadora del Club de Remo de Camargo, sobre el progreso estancado del remo femenino en Cantabria. “Yo empecé a remar por los años noventa y el cambio ha sido importante, pero no el que en realidad quisiera”, admite Ainhoa Pérez, exconcejala de Deporte, Juventud y Festejos de Castro Urdiales y remera de Castreña, la trainera femenina del municipio.

“En el año 2003 no estaba permitido que las mujeres remáramos Campeonatos de España de 'bateles', remábamos lo que se llamaban Copas federativas”, cuenta Saray Villalón, otra de las pioneras de este deporte y que actualmente entrena a la trainera femenina de Colindres.

No obstante, la participación de las mujeres en diferentes embarcaciones y campeonatos ha ido aumentado en los últimos años. Vázquez recuerda la primera vez que pudieron remar en la bandera de La Concha en San Sebastián en el año 2008, como un “punto de inflexión” para el remo femenino de traineras del norte y como “el primer paso hacia la igualdad”, aunque esto último no llegó a calar totalmente en los equipos de Cantabria.

Y es que la actual entrenadora de Camargo cuenta que el Club de Remo de Astillero presidió una trainera femenina formada por remeras de diferentes zonas de la provincia durante los dos primeros años de La Concha, pero que “por falta de apoyos económicos” tuvo que “colgarla”.

Por otro lado, en el marco de las competiciones a nivel regional, en el año 2014, las mujeres remaron por primera vez la bandera 'Sotileza' de Santander, “referente” en la provincia, aunque no fue hasta el año 2018 cuando se igualaron los premios y el recorrido de la regata entre hombres y mujeres. “También hemos conseguido que en los descensos haya bandera femenina, ya que anteriormente no había nada o era un trofeo”, relata orgullosa Vázquez.

Así todo, estos avances no son suficientes para impulsar definitivamente el remo femenino en Cantabria. Y es que esto se refleja en que la trainera femenina de Colindres es el único equipo que representa a Cantabria en la Liga ETE (segunda liga femenina de traineras del País Vasco, en sus siglas en euskera).

Economía, factor crucial

“Lamentablemente, el remo femenino cántabro no está a la misma altura que otras Comunidades como País Vasco y Galicia”, sostiene la remera castreña, asegurando que la razón es “muy básica” y es que “económicamente, no les llegamos ni a la suela de los zapatos en cuanto a patrocinadores, ayudas y material”.

Las tres veteranas del remo coinciden en que el dinero es de vital importancia porque es lo que mueve a este deporte minoritario. “El remo es muy caro... una trainera vale 40.000 euros y arreglar un remo unos 300 euros”, estima Pérez.

La falta de estabilidad económica es el núcleo de los problemas. “La insuficiencia de apoyos económicos hace que los clubes tengan que ceder a sus remeras fuera de Cantabria. En Camargo hemos tenido que ceder siete remeras”, explica con tono serio Vázquez. Asimismo, insiste en que el estancamiento del remo femenino “no es por falta de talentos”, sino porque “falta alguien que ponga dinero y diga 'vamos a sacar una trainera en condiciones'”.

Desde la Federación Cántabra de Remo, su presidente, Víctor Canal Bedia, declara que no existen “ayudas directas a las féminas”, sino subvenciones públicas que corresponden a “todo el remo, hombres y mujeres”. Según datos de la Federación, la cuantía de las subvenciones se ha mantenido en 114.000 euros en los años 2016, 2017 y 2018. Este año 2019 a esos 114.000 euros le han sumado 40.000 destinados al remo base y 6.000 para los premios de la bandera 'Sotileza', es decir, un presupuesto total de 160.000 euros.

La escasez de presupuesto acarrea que las remeras cántabras se vayan a otros clubs alejados de la región, y precisamente en Castro Urdiales, por situarse en la frontera con el País Vasco, la 'fuga de talentos' se da con mucha frecuencia. Pérez asegura que para que las mujeres remen en Cantabria “deberían empezar a pensar en la partida económica para el remo femenino”, y como ejemplo positivo resalta una “partida extra” de 40.000 euros que les ha dado el Partido Socialista de Cantabria. “No pedimos dinero porque queramos más que otro club, sino porque lo necesitamos”, confiesa.

Igualdad en la Federación Cántabra de Remo

Los cambios generados hasta ahora en el remo femenino cántabro han sido propiciados por el actual presidente de la Federación Cántabra de Remo, Víctor Canal, que lleva en el cargo desde 2016. A partir de ese momento, Canal insistió y trabajó para que la participación de las mujeres aumentara tanto en el panorama deportivo como en el federativo. En el ámbito deportivo, según datos de la Federación, en el año 2016 existían 155 remeras federadas, cifra que ha ido creciendo con el paso de los años hasta las 260 en la actualidad.

Asimismo, el entorno federativo dio un giro de 180 grados. “Ese año ha sido la primera vez en la historia de la federación que hay mujeres en la asamblea”, relata Canal. Y es que la federación cuenta en la Junta Directiva con la secretaria, una directora técnica y la encargada del comité de disciplina por un lado, y con los jueces árbitros por otro, que hace tres años que los forman cinco mujeres y tres hombres. “Está claro que si las mujeres aparte de remar también tienen cargos de responsabilidad, ayuda a que se sientan más protegidas y más cómodas”, sentencia el máximo responsable del remo en Cantabria.

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