“Los padres cargan sobre sus hijos lo que les gustaría haber sido en el deporte”
Desde un tiempo a esta parte nos hemos acostumbrado a leer, con cierta periodicidad, noticias relacionadas con peleas y agresiones físicas y verbales que tienen lugar en las categorías inferiores de las diferentes competiciones deportivas que se celebran cada fin de semana, principalmente en los campos de fútbol.
Solo la Federación de Fútbol de Madrid registró 15 agresiones físicas a árbitros de fútbol en 2016. Además, fue muy sonado el caso de Jesús Tomillero, el árbitro andaluz al que los insultos homófobos le obligaron tomar la decisión de dejar de ejercer esa profesión.
Estos ejemplos son solo la punta del iceberg de lo que se vive todos los fines de semana en buena parte de los terrenos de juego de España, en los que los niños -de categorías Benjamín, Alevín, Infantil y Cadete- son testigos de enfrentamientos y comportamientos violentos por parte, principalmente, de sus propios padres.
Precisamente sobre ellos y su papel en el desarrollo formativo y de transmisión de valores a los más pequeños, tratará la mesa debate que impartirán el psicólogo José Antonio Bonilla Cortabitarte y el presidente de la Federación Cántabra de Hockey, Ignacio Floranes este miércoles, en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC). La actividad, que comenzará a las 19.00 horas, es de entrada libre y gratuita hasta completar el aforo.
Este medio se ha puesto en contacto con Bonilla quien asegura que la violencia en el deporte base “por desgracia siempre ha existido”. “Quizá ahora se haya pasado de la violencia verbal a la física y los medios de comunicación hacen que cualquier conato de este tipo salga más a la palestra, tiene más repercusión”, apunta este especialista.
Seguidamente, pone de manifiesto que el deporte muchas veces es “un mecanismo de liberación de tensiones y, en una sociedad convulsa con mucho paro y muchos problemas, a lo mejor ahí las descargamos”. “Evidentemente, esa violencia hay que erradicarla”, subraya.
Y es que, en palabras del que es psicólogo del Racing de Santander desde la pasada campaña, quien hace uso de las agresiones físicas o verbales “es porque no tiene otros argumentos y porque se lo toma en el plano personal”. “Los padres que más gritan e insultan suelen ser aquellos que piensan que tienen en su casa un pequeño Messi o un Cristiano Ronaldo”, ratifica.
Entienden que cualquier entrada que pueda ser tildada de violenta puede suponer que “se trunque la famosa carrera de su hijo”. En definitiva, Bonilla presenta variables sociales (las tensiones y frustraciones) y las de corte psicológico y de expectativas de la trayectoria profesional.
Hace hincapié en la importancia de que los padres sean conscientes de que por cada 100.000 niños que juegan, los que se pueden ganar la vida con ello son solo 50. “Muchas veces cargamos determinadas expectativas y proyectamos lo que no fuimos y nos gustaría haber sido sobre nuestros hijos y, con ello, les impedimos que se desarrollen por sí mismos”, recalca este psicólogo.
¿Les gustaría que nuestros hijos fuesen como nosotros?
El deporte es un elemento de transmisión de valores personales y sociales. A través de él, los menores adquieren el valor del esfuerzo, del compromiso, del trabajo en equipo, de la colaboración, de la responsabilidad... Así pues, tal y como expone Bonilla, los padres tienen la labor de “acompañar, no interferir en esa labor”.
Los padres “somos ejemplos de socialización y modelos de la conducta de nuestros hijos”, hecho que motiva una de las preguntas que Bonilla lanzará en la actividad de la UC: ¿Les gustaría que nuestros hijos fuesen como nosotros? “La primera respuesta es sí, pero si empezamos a pensar en nuestro comportamiento en determinados ambientes, a lo mejor no tanto”, recalca.
En este sentido, los padres deberían alinearse con los valores que transmite el deporte y el club o la escuela municipal. “Ser puntuales, ayudar a conservar los materiales e instalaciones y, respecto a los árbitros, entender que son humanos y que se pueden equivocar”, detalla. “Siempre va a haber una figura que representa la autoridad a la cual hay que respetar, estemos o no de acuerdo con ella”, insiste.
En cuanto a los entrenadores, el especialista recomienda “no dar instrucciones contrarias a ellos puesto que le crea un conflicto al menor”. Del mismo modo que en el colegio los padres “no están encima y pendientes de lo que hace el profesor, tampoco deben hacerlo en el deporte”, ejemplifica. “Unos y otros están en el mismo barco con los mismos objetivos”.
Bonilla concluye incidiendo en la importancia de “primar la formación respecto a los resultados”, hecho que las escuelas municipales hacen énfasis, lo tienen claro en general, pero en el caso de los clubes privados no tanto.
