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Las ayudas 'Navarra máster' atrapan a sus becarios en un laberinto burocrático

Estudiantes universitarios.

Rubén Pereda

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Se marcharon para llevar la ‘marca Navarra’ en volandas por todo el mundo. Ahora, al no haber cumplido la cláusula de retorno a la comunidad foral, varios de los receptores de la beca concedida como parte del Plan de Internacionalización se ven obligados a devolverla. Aunque acceden a hacerlo, alegan falta de transparencia y dificultades para hacer efectiva la devolución, lo que provoca que los intereses sigan corriendo durante meses.

101 son los alumnos que se beneficiaron de las becas. Algunos de ellos ya han devuelto el dinero, pero otros deben a las arcas forales entre 20 000 y 150 000 euros. Mientras que el Gobierno insiste en que firmaron las condiciones y por tanto deben devolver el importe recibido en concepto de beca, un grupo de becarios se ha reunido para exigir facilidades y el inicio de un diálogo que analice si el plan fue un éxito o un fracaso.

Alejandra Piñera: “Si lo que hice no es estratégico para Navarra, que venga alguien y me lo diga”

Marchó al Reino Unido en el curso 2011/12 con una beca cuyo importe ascendía a los 23 000 euros. A la vuelta, concluyó los estudios de doctorado internacional y trató de encontrar empleo en la empresa privada, lo que no lo resultó sencillo. “Sabía las condiciones que firmaba, pero no que estar sobrecualificada me iba a impedir trabajar aquí. Lo lógico sería que trabajásemos en algo acorde a nuestro nivel profesional”, asegura. Ahora, Alejandra Piñera ha de devolver el importe de la beca, resolución que acepta: “Tengo intención de pagar y he estado ahorrando para ello, pero me gustaría saber cuáles son las reglas del juego, que parece que van cambiando con el tiempo”.

Las becas las concedieron entre los años 2009 y 2012 los gobiernos de UPN, en el marco del Plan Internacionalización Navarra (PIN). Entre sus obligaciones, se contaba la de “retornar a la Comunidad Foral antes del plazo de cinco años […] para desempeñar su carrera profesional”. No obstante, ya hubo en aquella época quiénes dejaron entrever la dificultad de cumplir estas condiciones. “¡Cómo le vamos a hacer volver a uno de ellos que haya encontrado trabajo fuera con el panorama actual en Navarra y España!”, se preguntaba, sorprendida, Carmen Mier, jefa, por aquel entonces, del Servicio de Proyección Internacional.

De igual manera, una auditoría realizada por la Cámara de Comptos en 2013 alertaba de la falta de “una sistemática para realizar el seguimiento de las carreras de los beneficiarios”, unida al hecho de que no se había establecido “la forma de comprobar la obligación de retornar a Navarra en un plazo de cinco años”. Piñera denuncia que se hizo caso omiso de la auditoría. Habiendo realizado un doctorado internacional y trabajado en la Universidad de La Rioja, una con las mayores tasas de asistencia online, le sorprende que eso no se tenga en cuenta: “Si esto no es estratégico para Navarra, que venga alguien y me lo diga…”.

Isabel Soldevilla: “No ha habido oferta para que podamos regresar en condiciones dignas”

También se fue al Reino Unido Isabel Soldevilla, que había estudiado Criminología en España. Allí pudo trabajar como auditora financiera, lo que aquí, con su formación, no podría haber hecho. Sin embargo, le diagnosticaron una enfermedad, y los médicos navarros le recomendaron que se operase y siguiese el tratamiento allí, puesto que el hospital inglés era de referencia mundial. La baja y los años de control no le permitieron regresar a España.

Envió currículos a muchas empresas españolas para cumplir con lo estipulado en la beca, pero solo una le respondió, y su perfil no encajaba. “No había oferta laboral adecuada a nuestros perfiles, para que pudiésemos regresar en condiciones dignas”, recuerda. En 2018 le exigieron la devolución de la beca, pero sin darle más indicaciones. “Nos amenazaron. A la hora de concedérnosla eran muy transparentes, pero esa transparencia desapareció después”, lamenta.

Como el Gobierno, aun así, no le enviaba la carta para hacer el pago, se decidió a abonarlo por su cuenta. Las dudas, sin embargo, persisten: “No hay nada claro, y eso me frustra. No me mandan la carta y, por lo tanto, los intereses siguen generándose”. En el caso de algunos becarios, ascienden hasta los 6000 euros. De hecho, Soldevilla aún espera una resolución acerca de su caso, pues desconoce si deberá abonar los intereses correspondientes al tiempo que pasó en tratamiento en el Reino Unido.

“Aquí perdemos todos”

El Departamento de Desarrollo Económico del Gobierno de Navarra, al que corresponde el seguimiento de las becas, se limita a asegurar que, por seguridad jurídica, está obligado a hacer valer las condiciones establecidas que los becarios firmaron. Entre los beneficiarios, sin embargo, prima la sensación de fracaso. “Aquí perdemos todos. Si nosotros fracasamos, el PIN en su conjunto fracasó”, asegura Piñera, que se lamenta: “Tenemos entre 30 y 35 años y, en vez de estar tomando las decisiones vitales que nos corresponderían, como poner dinero para un piso, tenemos que andar devolviendo el dinero”.

Critica también a los impulsores: “Los políticos se beneficiaron al principio con la publicidad, saliendo en la foto, y, sin embargo, ahora no están ahí. Me habría gustado que se hubiesen hecho también la foto del después”. Además, exige transparencia para saber a qué se va a dedicar el dinero que algunos becarios ya han devuelto, “un dinero que salió del bolsillo de todos los navarros”. Soldevilla también lamenta el desenlace que ha tenido el asunto y asegura que se ha sentido desprovista de soporte en todo momento. Por ello, espera “que se abra un debate para ver el impacto que ha tenido, si ha sido beneficioso o no”.

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