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De vuelta en el corazón a 1948

Palestinos lloran la muerte de sus familiares tras el ataque israelí a la franja de Gaza

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Durante los últimos dos años, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu se ha visto desesperado por mantenerse en el poder con el objetivo de escapar de las investigaciones criminales en su contra. Es el contexto para entender las cuatro elecciones que han ocurrido durante los últimos dos años así como también la actual situación. Después de haber fracasado en poder formar un gobierno, Netanyahu se focalizó en hacer colapsar las conversaciones para formar uno nuevo. Esa es la principal razón de las provocaciones cometidas contra los palestinos en Jerusalén Oriental ocupada, particularmente en y alrededor del complejo de la Mezquita de Al Aqsa. Netanyahu necesitaba impedir que algún partido árabe pudiera proveer apoyo directo o indirecto para formar un nuevo gobierno. 

Los ciudadanos palestinos de Israel tomamos parte desde un comienzo en manifestaciones de apoyo a Jerusalén, incluyendo una posición contraria a las inminentes expulsiones de 28 familias palestinas en el barrio de Sheikh Jarrah. Ese movimiento pronto se convirtió en algo más grande en el contexto de la constante lucha para lograr la igualdad de derechos nacionales, políticos y civiles. A pesar de ser el 20% de la población, el estado israelí nos trata como enemigos y no como ciudadanos. Esto puede verse en las llamadas “ciudades mixtas” como Lydda, Ramleh, Jaffa, Acre y Haifa, donde, durante más de una década, grupos de colonos radicales, actuando con protección del estado, han logrado introducirse en los barrios palestinos. Fue uno de ellos quien mató al ciudadano árabe palestino Musa Hassouna en Lydda el pasado 10 de mayo. 

Mientras guardábamos luto, el Sr. Amir Ohana, ministro israelí de “seguridad interna”, quien, en teoría, debería estar al cargo de la seguridad de todos los ciudadanos, se refirió públicamente a esos peligrosos colonos armados como “complementarios” al trabajo de la policía israelí. No solo eso: también señaló que si fuese por él, el asesino del Sr. Hassouna estaría libre ¿Cómo podríamos interpretar esto sino como una invitación para que los ciudadanos comunes usen sus armas contra ciudadanos palestinos que se manifiestan por sus derechos? 

Ahora nuestro pueblo se encuentra en las calles. Las manifestaciones pacíficas han sido reprimidas de forma brutal, como ocurrió en Haifa y Nazaret. Fuerzas israelíes han comenzado a atacar a ciudadanos palestinos mientras extremistas de derechas imponían sus propios puestos de control para atacar coches palestinos, apuntar sus armas contra ciudadanos palestinos e, incluso, liderar ataques contra estudiantes palestinos en la Universidad de Ben Gurion que estaban atrapados entre fascistas israelíes y la policía ¿Su falta? Haber organizado una manifestación en apoyo a las justas demandas del pueblo palestino. Tras esta concentración vinieron los linchamientos, allanamientos de hogares y las detenciones de centenares de personas.  

Para una creciente mayoría de israelíes-judíos está justificado mantener una supremacía sobre los ciudadanos palestinos. Cuando a la vicealcaldesa del ayuntamiento israelí de Jerusalén se le preguntó por la discriminación que afecta a las familias de Sheikh Jarrah, dijo que “este es un estado judío (…) hay uno solo. Y por supuesto que hay leyes que algunas personas pueden considerar como que favorecen a los judíos – es un estado judío. Esta aquí para proteger a los judíos”. Así es como se han normalizado las leyes supremacistas y las políticas de discriminación racial, incluso cuando se trata del derecho básico de vivir en una casa propia. Pero el tema no afecta solamente a las viviendas. La organización de derechos humanos Adalah reunió en 2017 en una base de datos 65 leyes que discriminan a ciudadanos palestinos de Israel en todos los aspectos de la vida. 

Lo que está teniendo lugar en Israel y en Palestina, desde Jaffa a Jerusalén, Gaza o Ramallah, nos lleva de vuelta al corazón de nuestra lucha común como pueblo: 1948. Muchos bajo las bombas en Gaza son refugiados de Lydda o Jaffa, y muchos en Haifa son desplazados internos de sus aldeas destruidas en Galilea. Quien quiera lograr una solución justa y duradera debe revertir las injusticias cometidas contra el pueblo palestino desde la Nakba, incluyendo a los ciudadanos palestinos de Israel. Es por ello que mi partido Tajamu/Balad continuará llamando a Israel a que se convierta en el estado de todos sus ciudadanos sin discriminación, así como el fin de la ocupación que comenzó en 1967, como las únicas soluciones viables que garanticen justicia e igualdad a todos los israelíes y palestinos.  

Ni el gobierno israelí ni sus aliados en el mundo se han preocupado de las injusticias cometidas contra 1,8 millones de ciudadanos palestinos de Israel. Por el contrario, las han incentivado. Hoy estamos en una situación donde hemos demandado protección internacional, ya que el propio estado protege a los que nos atacan. Necesitamos que la comunidad internacional tome la situación de los ciudadanos palestinos de Israel de forma seria, haciendo responsable a Israel por rechazar ser un estado para todos sus ciudadanos, ya sean árabes o judíos, y por fortalecer la realidad actual de Apartheid, como ha sido denunciado por varias organizaciones de derechos humanos palestinas, Btselem y Human Rights Watch. 

El gobierno israelí debe hacerse completamente responsable por haber destruido las perspectivas de lograr una solución política que finalice la ocupación israelí que comenzó en 1967. Una responsabilidad que debe venir acompañada de la defensa del principio básico de igualdad para todos sus ciudadanos. Nosotros hemos denunciado y trabajado en contra de esta realidad. La verdadera seguridad significa libertad, justicia e igualdad para todos. Nada menos que eso. 

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