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¿Fin del voto dual?

Sílvia Claveria

Uno de los pocos países donde se produce lo que tradicionalmente se conoce como voto dual, es el Estado español. El voto dual tiene dos componentes: el abstencionismo diferencial y el cambio de voto. Así, tradicionalmente, se ha producido un nivel más elevado de abstención en las elecciones autonómicas que en las generales. También los ciudadanos suelen votar un partido de implantación estatal en las elecciones generales y otro autonómico en las regionales. En este artículo me voy a centrar en el caso catalán, pero merecerían un texto aparte el caso de la Comunidad de Madrid o la Comunitat Valenciana porque tienen otras lógicas.

Abstencionismo diferencial: La incertidumbre en el nivel de participación electoral que se iba a registrar en las elecciones del 10N ha sido un elemento clave en estos comicios. Como se trataba de una repetición electoral y tras haber conseguido una participación alta en abril (71,7%), se preveía que podía fluctuar el nivel. La participación en las elecciones de noviembre ha sido de un 69,8 % (a las 20:00h). Por tanto, este dato compite con uno de los peores datos de participación de la historia de la democracia.

Pero ¿en qué consiste el abstencionismo diferencial? Ocurre cuando se produce un nivel de abstención más alto en las elecciones autonómicas que en las generales o viceversa. En el caso catalán siempre se producía una abstención mayor en las autonómicas que en las generales. Sin embargo, a partir de 2012, la participación electoral en las elecciones catalanas incrementa, como podéis observar en el gráfico. Esto se explica, sobre todo, por la importancia que empiezan a dar los votantes a las elecciones catalanas. Es lógico que cuando las preferencias en la organización territorial del Estado empezaron a virar, también, con ello empezaran a dar más importancia a cuestiones nacionales. Además, no debemos olvidar que diversas elecciones al Parlament fueron asumidas como plebiscitarias, lo que incentivaba la participación a este nivel. Además, la participación en las elecciones estatales empieza a descender, hecho que podía indicar una desconexión de los catalanes con estas instituciones estatales. No obstante, es curioso que, a partir de las elecciones del 2019, los votantes vuelven a participar en las elecciones estatales en mayor medida que los años previos. Así, se observa que, en estas últimas elecciones, Catalunya fue la segunda comunidad con una participación más alta (72,1%), después de Madrid. La explicación a este hecho podría ser que los ciudadanos pueden considerar el Congreso como una institución fundamental para poder resolver el conflicto entre Catalunya y España. Pero, también podría estar indicando que, algunos votantes se han podido animar a participar por poder escoger opciones políticas más cercanas a su ideología, como las CUP, que antes no se presentaban.

Cambio de voto: Además, el voto dual implica un cambio de voto según el tipo de elecciones. Tradicionalmente, los votantes de Catalunya escogían un partido de implantación estatal en las elecciones generales, y uno autonómico para las elecciones catalanas. Estos hechos han explicado que mientras CiU ha sido el partido más votado para gobernar la Generalitat, el PSC se mantuvo como primera fuerza política en la competición estatal. Esto se produce porque en cada una de las elecciones se activa un eje de competición. Así, para las elecciones estatales, los ciudadanos votan en función del eje izquierda-derecha, mientras que para las elecciones al Parlament se activa el eje nacional. Otros académicos, como Pedro Riera, complementan esta argumentación con la valoración de la gestión que hacen los ciudadanos. Así encuentra que los votantes duales de PSC-CiU valoraban casi tan bien la gestión del ejecutivo de CiU, como lo podían hacer los votantes que solo votaban a CiU. También, Laia Balcells expone que la proximidad ideológica (izquierda-derecha) puede afectar a los comicios estatales, mientras las valoraciones de la gestión, a los autonómicos.

En 2015, el escenario cambió de actores: mientras que, anteriormente, el votante dual lo hacía entre PSC y CiU, en las elecciones de 2015 bascularon entre En Comú Podem y Junts pel Sí. Además, en el 2019, no solo han cambiado los actores implicados en el voto dual, sino también el escenario. Tanto en las elecciones de abril, como en las del pasado domingo, parece que aquellos votantes duales cada vez son menos. Es necesario analizar con datos más refinados este hecho para establecer quién es ahora el votante dual, pero da la impresión que cada vez más, los votantes ya no eligen un partido de implantación estatal para que les represente en el Congreso. ERC es el partido que más diputados manda al Congreso, y eso puede estar indicando un cambio en el comportamiento político de los catalanes.

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