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Votemos libremente pues el 28M

Archivo - Urnas en jornada electoral

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Comenzó por fin oficialmente la campaña electoral. Los medios repiten la letanía, casi el estribillo, habitual: los ciudadanos estamos llamados el día 28 a elegir libremente a nuestros representantes. Disculpen que discrepe. A renglón seguido de esa afirmación ensalzarán a unos, arremeterán contra otros y a algunos incluso los borrarán. Se pueden borrar candidatos, sí, y con un tachón bien grueso sin que casi nadie se inmute. Tomo la palabra de José Luis Sampedro de nuevo que lo escribió en “Reacciona”: estas campañas tan dirigidas y manipuladas desvirtúan el voto y hasta la democracia.

De momento y para no perder la costumbre adquirida hace ya unos cuantos año nos contarán lo que dicen los candidatos, no lo que hacen, y apenas lo que hacen en referencia a lo que dicen. Planteados estos comicios una vez más por la fuerza de la propaganda como un debate entre Sánchez y Ayuso, no por casualidad. Feijóo seguirá andando como un pollo sin cabeza hasta que el eventual triunfo de la candidata de Madrid que apoya masivamente el sistema termine de desplumarlo por completo para mandarlo al limbo donde ya habitan rivales como Pablo Casado. Se minimizará la proyección internacional del actual presidente del Gobierno. Y se dará cabida -se está haciendo ya- a todas las trampas que se exhiben cuando no se tienen programas presentables de gobierno. Volver a ETA 13 años después de su disolución, a usar a las víctimas en su provecho una vez más, -como hacen PP y Vox- con la ley del embudo que suelen usar para medir es verdaderamente vomitivo. En este sentido, el articulo de Ignacio Escolar desmenuza en detalle el cúmulo de circunstancias que concurren.

Se ha vuelto a desatar el odio, el insulto y la confusión que altera la convivencia. La gran promocionada, Ayuso, advierte a sus seguidores del rico y ultraconservador barrio de Salamanca que lo que ocurra en Madrid tendrá repercusión nacional. A eso se dedican, por supuesto. Y añade que acabar con el gobierno de Sánchez porque “no nos podemos permitir tanta inmoralidad”. Lo dice ella que se ha atrevido a hacer esta declaración que casi parece un chiste macabro. Dedicado a los ancianos, después de haber dejado morir a más de 7.000 sin asistencia médica en la pandemia. Les vale todo. Y se lo compran todo. Lo bueno es votar, vivir y morir... libremente.

Los murcianos van estupendamente servidos también con esta irresistible oferta del PP a estas alturas de la historia.

Porque saben a quiénes se dirigen. Siempre he sido una periodista más de calle y documentación que de mesa, teléfono y tertulia y quería contarles algunas conclusiones a añadir a ese bagaje de estas semanas en las que estoy viviendo una profunda inmersión en la sociedad real. Les hablaré de un par de casos significativos.

Manuel, es un albañil jubilado muy orgulloso de cómo realizó su trabajo a pesar de lo caro que le costó en salud. Va a votar a Vox porque “quiere echar a Sánchez de La Moncloa”, ¿les suena? No le gustan los “moros”, ni los gitanos. No está de acuerdo con la subida de pensiones, dice, y no parece que a él le sobre precisamente la suya. Una hija, lista como el hambre le llama “pápa” y, como tantos otros, evidencia que mereció más suerte en la vida.

Una señora de lo más normal pregunta, al oír hablar de alguien destacado de Vox: “Pero Pablo Iglesias ya no sigue en ese partido, ¿verdad?”. En Vox. ¿Quiénes les crean esas confusiones? ¿Necesitamos hacer un croquis? Cadenas enteras cambian su programación para llenarla de bulos y descarado apoyo a la derecha más corrupta.

Más allá aunque siempre es lo mismo, me sobrecoge ver a cientos de mexicanos en la frontera sur de Estados Unidos, con sus hijos a cuestas, esperando a ver si el vecino rico les abre una rendija para entrar y convertirse en ciudadanos de segunda pero con un futuro, esperan. Votaron demasiados años corrupto para que no les pase factura.

Yo les propongo en estas circunstancias, dentro de la libertad de criterio que podamos mantener, votar a gente honesta. Solo eso. Candidatos que ni roben, ni mientan, ni usen a las personas en su provecho, ni prodiguen un alto grado de desfachatez al pregonar lo contrario de lo que ejecutan. Votar a trileros dice mucho de quien lo hace, de cómo cimenta su vida y de lo que busca para sí y para los demás. Elegir a personas a quienes confiaríais a vuestros hijos, parejas, padres, sin ponerlos en peligro. No al que acaba de robarte la cartera, por no decir bolsa o la vida. ¿Hacen caso a periodistas y políticos corruptos porque a ustedes, como excepción, les dicen la verdad? ¿Tan difícil es sumar dos más dos? Los más recalcitrantes pueden probar a pelearse con los contrincantes del parchís, por ejemplo, y creerse los cuentos leyendo los de las Mil y una noche. De paso se impregnan de cultura y nos hacen a los demás menos daño.

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