En este garito se espía

¡Qué me dices!, en este garito, y en este país, y en el otro, y en el de más allá. En medio de tanta personalidad grave y entregada a los más altos designios, sin ser capaces de encontrar la chispa de la vida en medio de tanta impostura como para ser incapaces de no saber tomársela a chacota.

Y ahora va y algunos pretenden caerse del guindo, y el señor Feijóo solo añade de que “es una casualidad y no menor”. Y se concluye que el espionaje era una práctica muy extendida.

“¡Qué escándalo, a los políticos los espían!... ¡ no me digas! ¿cómo a nosotros?”. EL ROTO.

Llevamos alguna década aceptando, de bueno o reguilar grado, que nos espían, que saben todo de nosotros, que nos manipulan y reconducen desde la oscuridad de sus negras intenciones, que gestionan nuestros gustos e intereses y saben ponerlos “a huevo” para conseguirlos y facilitárnoslos sin dificultad. En un mundo en el que la oferta y la demanda son el verdadero estudio de interés de los tan cacareados algoritmos… ¡al poder!

Se calcula que unos 1.400 teléfonos o móviles hayan podido ser intervenidos por el “popular programa ”Pegasus“. Desde el presidente a su ministra de Defensa, desde el presidente Macron al escurridizo Johnson, desde el independentista más irredento hasta el separatista más irreductible, desde cualquier conmilitón de tres al cuatro hasta el más insignificante de los súbditos reconvertido en peón insustituible… de momento y a la espera de otras inesperadas novedades.

“La pregunta es si este avance tecnológico fortalece la seguridad del mundo o por el contrario termina de destrozar las libertades tal y como las conocíamos…

Visto en el contexto internacional, con guerra incluida, suena a una generalizada crisis de fe en la democracia por parte de sus mismos representantes…

No respetar las comunicaciones privadas es una regresión impune y dañina que se ampara en esa estúpida sumisión tecnológica que llamamos progreso“. David Trueba.

Metidos pues en harina del costal que nos compete, aunque nos resulte todo muy extraño, ante la nueva maravilla de la ciberseguridad que, por lo visto, no era tan segura, o sencillamente, aseguraba a favor de corriente e interés exclusivo de los agazapados intereses a guardar y a retorcer.

Como para que se desee hacer razón de Estado de un mundo agujereado como un gruyere, a merced de la gusanera que ha dado ahora por aparecer, a saber en virtud de qué altos designios, intenciones o intereses.

Como para que ahora se suban por las paredes algunos, se froten las manos otros o resurjan los chantajes de costumbre a la luz de las duermevelas, desde lo más hondo de las cloacas alfombradas de podredumbre moral y cinismo palaciego, con tal de hacer lograr que se desmorone toda la arquitectura oficial.

En un mundo que se va a pique, a fuer de aceptar el hundimiento imparable, con un victimario común que asusta y compunge a quienes aún tratamos de mantener cierta esperanza en un futuro más halagüeño. ¡Qué pena!

“No es solo Sánchez. Es la ministra de Defensa. Es el presidente de la Generalitat catalana y los tres presidentes anteriores que le precedieron en ese cargo. Son periodistas, activistas políticos, abogados… es buena parte del movimiento independentista catalán. Y muchos más de los que conocemos hoy, porque esto solo acaba de empezar y apenas ha trascendido, por ahora, una fracción”. Ignacio Escolar.

Y se nos cae el rompecabezas, y ya solo cabe la mendacidad de las fuerzas que asedian la aldea global… en peligro.

Y ahora que estamos a un paso, por enésima vez, en volver a comulgar tales estragos que dañan, alguna vez será irremisiblemente, una vida en común digna y decente.

Mientras las fuerzas del “mantenella y no enmendalla” continúen ejerciendo su zapa inmisericorde.

Ayer mismo en el discurso oficial de celebración del “dos de mayo” en Madrid, su flamante presidenta, afirmó que con la “dominación musulmana España perdió”, y se escucharon aplausos, unos más encendidos que otros. Mientras se loaba la existencia de España “desde hacía más dos mil años”,..

En un mundo que solo ha mejorado en desigualdad, desde las mismas entrañas de la desinformación que ocultará los pringues negocios que enriquecen a diario al hatajo de “españoles”, muy españoles y mucho españoles, que solo desean que todo vaya a peor, de una orilla a la otra, por ver si pereciendo logran seguir sacando tajada. Y recuerden el viejo lema de que “entre todos la mataron y ella sola se murió”. Al tiempo.

Y si resultara que estuviéramos en la antesala de un proceso… golpista.

Claro que antes ¿deberían rodar algunas cabezas?, seguramente, pero “sobre todo lo que tendría que revisarse es la fórmula de control: ”¿quién vigila a los vigilantes en una democracia que merezca tal nombre?“. Jesús Maraña.

Y, por cierto, casi como estrambote, quién decide cuál es la amenaza de España, y, en consecuencia cuándo son eficaces, es decir más eficaces, resolutivos, patriotas a carta cabal, los servicios de inteligencia puestos ahora mismo en entredicho, siquiera como muy poco “avisados”… desde las cloacas de toda la vida. Acabáramos.