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Cataluña, la variable incierta del 10N

Varios votantes eligen las papeletas en el colegio Bernadette de Aravaca, Madrid.

EFE

Madrid —

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La crisis catalana y los graves disturbios contra la sentencia del 'procés' pueden pasar factura a varias formaciones pero también dar alas a otras en las elecciones del 10N, un efecto que encuestas y analistas ven claro aunque todavía no se atreven a cuantificar a la espera de lo que ocurra en la campaña.

Todo indica que los beneficiados serían el independentismo y la derecha, que Ciudadanos sería el que saldría peor parado, y que el PSOE se estancaría y lo tendría aún más difícil para lograr una mayoría de gobierno.

Esto sin tener en cuenta las manifestaciones o protestas que pueda haber durante la campaña y el propio día de las elecciones, lo que hace impredecible aún el verdadero impacto de este conflicto en el veredicto de las urnas.

La encuesta del CIS de este martes no recoge la posible repercusión de Cataluña en los comicios porque se hizo antes de que se publicara la sentencia, pero hay otros sondeos posteriores de los que se desprenden una serie de tendencias claras.

La mayoría coinciden en que el más favorecido será Vox, partido que lograría situarse en tercera posición con su discurso en defensa de la unidad de España, la aplicación del Estado de excepción en Cataluña y la detención del presidente catalán, Quim Torra.

Su líder, Santiago Abascal, valora con cierto escepticismo los augurios de las encuestas aunque reconoce, tal y como ha dicho este martes, que nota “una tendencia positiva, una gran movilización en torno a Vox”.

En su opinión, la gente ve que “es un partido que da certidumbres, firmezas en un momento de desafío al orden constitucional y a la unidad nacional”.

En menor medida, la crisis catalana también impulsaría al PP de Pablo Casado, partidario de la aplicación de la ley de Seguridad Nacional en Cataluña y de enviar un requerimiento a Torra, como paso previo a la aplicación del artículo 155 de la Constitución que estipula la intervención de la autonomía.

“Poner orden y exigir el cumplimiento de la ley” en Cataluña. Eso es lo que promete hacer Casado si llega a la Moncloa tras las elecciones.

En el caso del PSOE y su candidato, Pedro Sánchez, esta crisis le puede pasar factura, al igual que el apoyo que obtuvo de los independentistas en la moción de censura contra Mariano Rajoy.

Las encuestas apuntan a un estancamiento de votos para los socialistas, aunque seguirían siendo la fuerza más votada.

En lo que sí les influiría, y mucho, la crisis catalana es a la hora de negociar con otras fuerzas políticas para la formación de un nuevo gobierno.

Sánchez lo tendría más difícil para pactar con ERC y JxCat, pero sobre todo, con los anticapitalistas de la CUP, formación que se estrena en una elecciones generales y que, según las encuestas, irrumpiría en el Congreso con hasta 2 diputados.

También sería complicado llegar a acuerdos con Unidas Podemos por sus posiciones tan diferentes en el tema catalán y que aún se han distanciado más a raíz de los acontecimientos de las últimas semanas.

De hecho, Sánchez ha llegado a decir que, si hubiesen cerrado un acuerdo tras las elecciones de abril, con lo ocurrido a raíz de la publicación de la sentencia del 'procés', ha quedado clara su inviabilidad.

El líder de la formación morada, Pablo Iglesias, siempre ha apostado por el diálogo en Cataluña porque, a su entender, lo que está ocurriendo allí “no es un problema de orden público, es un problema político”.

Por ello, considera “grave” y “una tomadura de pelo a la ciudadanía” el hecho de que Sánchez evite hablar con Torra para intentar buscar una solución.

Su posición es totalmente opuesta a la de Ciudadanos, el partido de Albert Rivera que hace de Cataluña su punto fuerte y que, según todos los pronósticos, se desplomaría tras sus últimos giros en relación con posibles pactos postelectorales.

De acuerdo con las últimas encuestas, publicadas este lunes, el conflicto catalán también influirá en la movilización de los ciudadanos y por lo tanto, en la participación, que puede incluso superar el 70 por ciento.

Señalan, sin embargo, que ninguno de los dos bloques sumaría mayoría y que el resultado sería aún más complicado que el de abril para llegar a acuerdos de gobierno.

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