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Igea seguirá siendo barón

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León y candidato a la Presidencia de Ciudadanos, Francisco Igea, vota en la sede autonómica de su partido en Valladolid este domingo en las primarias que le miden a Inés Arrimadas.

EFE

Valladolid —

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La palabra “baronía”, como reflejo del poder político territorial, ha sido una de las ha marcado la campaña de las primarias en Ciudadanos (Cs), hasta el punto de que ha sido una de las líneas argumentales de la ganadora de la votación, Inés Arrimadas, para contrarrestar la propuesta descentralizadora de Francisco Igea, crítico a su vez con los “virreyes” que ve en el modelo oficialista.

Esta derrota no cambiará el espíritu crítico de Igea (Valladolid, 1964). Al menos es lo que ha adelantado a sus seguidores en los últimos días: “Malas noticias para el público, voy a seguir siendo Francisco Igea”, ese médico especialista en el aparato digestivo que se define en su perfil de Twitter como “ciclista fondón y creyente lleno de dudas”.

Ese vicepresidente de la Junta de Castilla y León que no dudó cuando hace un año tomó la decisión de medirse al 'aparato' de Albert Rivera, quien había decidido que la exdirigente del PP Silvia Clemente era la candidata adecuada para Cs en esa comunidad autónoma.

Retó y ganó. Lo hizo con intriga, ya que inicialmente llegó hasta a reconocer una ajustada derrota, que se tornó a las pocas horas en victoria para él y en uno de los momentos más comprometidos en la corta historia de Ciudadanos, al destapar unas irregularidades que aún hoy investigan los juzgados.

Ahora retó a la 'heredera' de Rivera y perdió. Pero el resultado, menos abultado de lo que presumía la candidatura de Arrimadas y la propia dirección provisional de Cs, le ha servido para demostrar una de sus obsesiones: “No éramos siete 'chalaos'”.

Se refiere al momento en el que junto a otros miembros de la Ejecutiva, entre ellos Luis Garicano y Toni Roldán, desafiaron el criterio marcado por Rivera tras las primeras elecciones generales de 2019, cuando lograron 57 diputados.

Pasar de 57 a 10 sólo unos meses después ha llevado a Igea a sentir que esos “chalaos” tenían razón y que Cs debía haber ofrecido al PSOE una alternativa de centro y liberal que hubiera ahorrado unas elecciones y el posterior pacto con partidos independentistas y populistas.

Lo tiene tan interiorizado que resulta difícil pensar que la derrota ante Arrimadas apague su voz. Sea o no un 'barón' de Ciudadanos desde su poderosa vicepresidencia y portavocía en la Junta de Castilla y León, Igea seguirá diciendo lo que piensa sobre el funcionamiento de su partido, ahora con la sensación de que le siguen “más de siete 'chalaos'” y por eso se afana en destacar que la unanimidad en torno al líder en Cs, no es real.

“Que sí, que queremos ser barones...yo de hecho lo soy”, bromeaba Igea en uno de los últimos actos de la campaña, jugando con el significado de “barón” con b y de “varón” con v, tras reconocer que le daba “mucha pereza” la discusión que había tratado de introducir Arrimadas para desacreditarle, hasta el punto de que lo comparaba con el socialista catalán Miquel Iceta, con Puigdemont o con “el mismísimo Lucifer”.

Ahora la clave puede estar en el tono que emplee Igea para opinar sobre lo que haga Arrimadas. Y ahí es donde entra en juego otra de las palabras de estas primarias de Ciudadanos: “deslealtad”. Es clave porque el tono que emplee Igea para hablar del proceder de la nueva líder de su partido abrirá o no la puerta a que la dirección de Cs pueda incluso hasta expulsarle de la formación.

En los Estatutos que saldrán de la Asamblea General de Cs del próximo fin de semana se consagra la posibilidad de esa expulsión por falta grave contra los militantes que profieran posiciones contrarias a las tesis del partido, si la dirección considera que lo hace de forma “desleal”.

“Lealtad no es sumisión, es decir la verdad”, recalca Igea cada vez que tiene ocasión, convencido de que la lealtad a un partido se ejemplifica con esta posición: “no estoy de acuerdo con lo que dice mi partido, pero me voy a quedar”.

Y otra cita de los últimos días de Igea para vislumbrar lo que viene: “No dejéis nunca que nadie os trate con condescendencia, os dé una palmadita en el hombro (como la que él recibió de Arrimadas) y os trate como si fuerais inferiores, ni yo, ni Inés, ni nadie”.

Sí, parece que Igea seguirá siendo varón y barón.

Óscar R. Ventana

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