El abogado de Manos Limpias en el caso de Begoña Gómez renuncia y acusa a la asociación de “activismo político”

El pseudosindicato Manos Limpias se queda sin representación en el caso que instruye el juez Juan Carlos Peinado contra Begoña Gómez. El abogado Carlos Perales Rey, que venía defendiendo los intereses de la organización ultra en este procedimiento, ha presentado su renuncia en un escrito en el que denuncia que “la abogacía no puede ser confundida con el activismo político ni con la estrategia de comunicación pública”. Así consta en un burofax que el letrado envió al pseudosindicato el pasado 25 de septiembre y que acompaña a su escrito de renuncia, fechado este 24 de noviembre. 

En el escrito remitido al juzgado, el letrado aporta un justificante de Correos que acredita que el burofax no fue recogido por Manos Limpias e insiste en su petición de que “se tenga por formulada la renuncia conjunta a la representación procesal y defensa letrada”, así como su “desvinculación del mismo”.

El abogado Carlos Perales afirma en el burofax que lo que se inició como “un encargo jurídico de naturaleza estrictamente técnica” ha ido transformándose “en un asunto cuya exposición y tratamiento exceden del marco jurídico para situarse en el terreno de la controversia política y mediática”. Así, explica que en el transcurso de los acontecimientos se ha podido observar cómo las “decisiones estratégicas” ya “no se inspiran en la lógica procesal ni en la solidez de los argumentos jurídicos, sino que responden, en buena medida, a consideraciones de oportunidad política, impacto en la opinión pública o posicionamiento ideológico”.

“La abogacía no puede ser confundida con el activismo político ni con la estrategia de comunicación pública. El abogado debe ejercer como operador jurídico, no como agente político o portavoz mediático. Mantener la dirección letrada en un escenario en el que los tiempos y los mensajes se diseñan más en clave de repercusión pública que de eficacia procesal, supondría para este despacho quebrantar el mandato profesional asumido y diluir la frontera esencial entre la defensa técnica del Derecho y la instrumentalización política del proceso”, prosigue el burofax. 

El pseudosindicato que dirige Miguel Bernad desde mediados de la década de los noventa presentó en abril de 2024 una denuncia contra la esposa del presidente del Gobierno basada en ocho noticias publicadas en diversos medios de comunicación, una de ellas un bulo difundido por The Objective sobre una subvención inexistente a Begoña Gómez.

El juez Peinado dirige desde entonces una macrocausa que ha puesto bajo sospecha toda su actividad profesional desde que su esposo es presidente del Gobierno, esparcidas por una causa judicial que ya roza los 20 tomos de sumario y que avanza entre correctivos y empujones de la Audiencia Provincial de Madrid. 

La organización que dirige Bernad cuenta con un largo historial en el último lustro de denuncias a políticos y organizaciones progresistas. Constan causas archivadas por el Supremo contra Podemos por su financiación, contra Irene Montero y Alberto Garzón por declaraciones públicas o más recientemente contra el propio Pedro Sánchez por negociar la amnistía con Junts. El Supremo anuló la condena de cuatro años de cárcel que pesaba sobre el líder del pseudosindicato por las extorsiones que, según la Fiscalía, perpetró contra bancos y empresas de la mano de Ausbanc, cargos de los que fue finalmente absuelto. De forma reciente, Manos Limpias ha ejercido la acusación popular en la causa contra el recién dimitido fiscal general del Estado.