Más de 3.000 afganos buscan un plan para negociar con los talibanes

Kabul acoge desde hoy una Loya Jirga de cuatro días, una gran asamblea de más de 3.000 ancianos tribales, líderes políticos y ciudadanos para trazar el marco de unas posibles negociaciones de paz con los talibanes, un encuentro boicoteado por insurgentes, partidos y opositores.

Si bien los insurgentes del mulá Haibatullah se han negado hasta el momento a sentarse a la mesa con el Gobierno de Kabul, 3.200 representantes de todos los 407 distritos del país y 300 funcionarios y diplomáticos extranjeros invitados se reunieron en Kabul para trazar el marco y las líneas rojas en caso de que tal encuentro se produzca.

Alentados por varias reuniones entre talibanes y Estados Unidos en los últimos meses en los países del Golfo, los asistentes deliberarán durante los tres próximos días y en la cuarta jornada presentarán sus conclusiones al presidente afgano, Ashraf Ghani, y a la nación.

Para ello, trabajarán divididos en medio centenar de comités.

“Es un momento de orgullo ver a compatriotas de los distritos y aldeas pobres y desfavorecidos reunidos en la Jirga para unas consultas con las que determinar el marco y los límites para las conversaciones con los talibanes”, indicó el dirigente afgano en la inauguración del evento.

En su discurso, Ghani dio un espaldarazo a la validez de la gran asamblea al aseverar que sus decisiones serán “respetadas” en las negociaciones de paz, puesto que para obtener resultados duraderos en este terreno se debe tener en cuenta la opinión de toda la nación.

“No estoy detrás de una paz frágil y temporal sino de una paz larga y duradera, de la que la verdadera ganadora debe ser la gente del país, no los talibanes o el Gobierno”, argumentó ante un público formado en un 30 % por mujeres.

Con un total de 3.500 asistentes, frente a los 2.500 anunciados inicialmente, “esta es la mayor Loya Jirga de la historia contemporánea”, afirmó el principal organizador del evento, el político y exministro de Interior Omar Daudzai.

La última Jirga tuvo lugar en Afganistán en diciembre de 2013, durante el mandato del expresidente Hamid Karzai, para ratificar el Acuerdo Bilateral de Seguridad (BSA, en inglés) con Washington, que permitía la permanencia de tropas estadounidenses en suelo afgano.

Sin embargo, más allá de su naturaleza extraordinaria y titánica asistencia la asamblea ha levantado las críticas de buena parte de los líderes de la oposición, partidos políticos, los talibanes y hasta el jefe de Gobierno afgano, Abdullah Abdullah.

Uno de los detractores es el expresidente Karzai, que en un comunicado consideró que “en la actual situación” la convocatoria de una Jirga va en contra de los intereses de la población y, además, no ayuda al diálogo en curso.

Por ello, pidió a Ghani que la posponga hasta que se logre un acuerdo con los talibanes y la utilice entonces a modo de referéndum para validar el resultado.

Otros fueron un paso más allá para acusar al actual mandatario de utilizar la Jirga para sus propios intereses políticos, con la vista en las elecciones presidenciales del próximo septiembre.

“Doce candidatos presidenciales que cuentan con el apoyo de varios partidos políticos y miembros de la sociedad civil han boicoteado la Jirga y la han calificado de ilegítima”, explicó a Efe Hewad Malikzada, el portavoz de un grupo de candidatos opositores llamado Consejo de Candidatos a la Presidencia.

“La Jirga es un claro intento del presidente Ashraf Ghani de hacer campaña para los comicios”, concluyó.

Hasta los propios talibanes decidieron saltarse una cita que consideran no es más que “un esfuerzo exhibicionista para tomar el pelo a la nación”, con decisiones “predeterminadas y escritas de antemano”.

La Loya Jirga tiene lugar diez días después de que se cancelase la que iba a ser la primera reunión en Doha entre los insurgentes y los representantes de Kabul para abordar el proceso de paz, en presencia de delegados de Estados Unidos.

Planeado del 19 al 21 de abril, el encuentro no tuvo lugar debido a la negativa de Catar de aceptar la enorme lista de 250 participantes propuesta por Afganistán.

Los talibanes y el Gobierno de Kabul se reunieron en 2015 en Pakistán en su primer y último encuentro hasta la fecha, pues el proceso fue suspendido poco después, cuando se conoció la muerte dos años antes del mulá Omar, el fundador del movimiento insurgente.