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Los barones del PP convierten la comisión del Senado contra la amnistía en una reivindicación de más dinero

Los presidentes de La Rioja, Gonzalo Capellán (i); Andalucía, Juanma Moreno (2i); de Galicia, Alfonso Rueda (2d) y de la Generalitat, Pere Aragonès (d) durante la Comisión General de las Comunidades Autónomas que se celebra en el Senado, este jueves.

Aitor Riveiro

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La expectación generada por la convocatoria de la Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado para permitir a todos los presidentes regionales pronunciarse sobre la amnistía que el PSOE negocia con los independentistas no ha estado a la altura de su desarrollo. El PP buscaba mostrar este jueves la división del PSOE en un escenario institucional del más alto nivel, pero el rechazo de los barones socialistas a acudir a la llamada de la Cámara Alta desbarató los planes de Alberto Núñez Feijóo. El aliciente de la inesperada presencia de Pere Aragonés elevó un poco el interés, pero su espantada tras proclamar que la amnistía es el primer paso para un referéndum pactado pinchó el globo.

Los presidentes del PP optaron así por centrar sus discursos en reivindicaciones económicas lanzadas a un Gobierno en funciones también ausente en la jornada. Todos los barones de Feijóo han acudido este jueves a la llamada del Senado, donde su partido tiene mayoría absoluta. Tras agradecer a Aragonés su presencia, y reprocharle también que no se quedara al resto del debate, todos han actuado también como un bloque al rechazar la medida de gracia para los actos delictivos cometidos durante el procés, y para plantarse contra una consulta de independencia.

Una sucesión de discursos tasados (de unos 10 minutos), calcados los unos a los otros en las líneas generales, con continuas referencias a la unidad de España, a la ruptura de la Constitución, a los “500 años de historia” de la nación española o a que “dejará de haber españoles” si Pedro Sánchez logra un tercer mandato con el apoyo de los independentistas, fueron constantes, y casi calcadas las unas y las otras. El PP ha entrenado mucho el discurso en los últimos meses, y ninguno de los barones se ha salido de la línea marcada por el partido.

Pero el debate (en realidad una sucesión de pequeños monólogos de 10 minutos sin turnos de réplica) ha servido además para que los presidentes autonómicos presentes hayan reclamado casi de forma unánime una mejora de la financiación de sus respectivas comunidades, y un incremento de las inversiones en infraestructuras. O casi, porque la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha optado por liquidar su intervención con un discurso breve en el que no ha mencionado la cuestión económica.

La petición de más dinero ha sido así generalizada. Pero ahí ha terminado la unanimidad en el PP, porque cada barón ha centrado su intervención en sus propias necesidades, y en denunciar supuestos “agravios” de unas regiones contra otras, y no siempre ni necesariamente refiriéndose solo a Catalunya.

“No hablo en contra de nadie ni para impedir nada. No hablo contra ninguna comunidad autónoma”, ha dicho el presidente gallego, Alfonso Rueda, quien ha intervenido justo después de que Aragonés haya lanzado su mensaje sin escuchar después al resto de jefes de gobierno autonómicos.

Rueda ha denunciado la “ganancia de unos a costa de otros”, ha hablado de “pagar para sumar una mayoría parlamentaria”, de una “subasta”. Todo referencias económicas. “El Gobierno evita hablar de la financiación de todos en una conferencia sectorial”, ha lamentado, para señalar que ha aprobado un presupuesto “sin saber techo de gasto, entregas a cuenta y objetivo de déficit”.

“Si quebramos la igualdad pondremos en riesgo nuestro progresos como país”, ha continuado el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno. “Ningún territorio es más importante que otro2, porque ningún español es más importante que otro”, ha dicho, para denunciar un “reparto” presupuestario “injusto para Andalucía”, que ha cifrado en “más de 15.000 millones de euros desde 2009”.

Moreno ha intentado marcar su propio perfil. “Todos creemos que nuestras comunidades están mal financiadas, pero Andalucía y otras están muy por debajo”, ha asegurado. “No queremos más, queremos dejar de recibir menos”, ha reclamado ante sus compañeros, alguno de los que estarán en ese grupo de supuestos beneficiados. “No aceptamos que se pague trato de favor, que se nieguen infraestructuras vitales. Los Presupuestos deben reconocer la singularidad hídrica de la España seca”, ha apuntado.

Con el mismo tono se han pronunciado, uno a uno, el resto de líderes convocados. La presidenta de Baleares, Margalida Prohens, ha iniciado de hecho su intervención con una petición: “Mejorar el sistema de financiación que atienda lo general y lo particular” basado en “la multilateralidad”. Eso sí, respetando “la autonomía fiscal”.

Prohens ha tenido un arrebato de sinceridad al señala que “todos” defienden “los intereses” de sus “ciudadanos”. “Tenemos nuestra agenda”, ha asumido. “Pero siempre desde la lealtad y dentro del marco constitucional”, ha matizado. La dirigente balear, que ha visto como sus socios de Vox le han rechazado sus primeros presupuestos, ha pedido un Consejo de Política Fiscal y Financiera, ha insistido en un “sistema con carencias” y ha rechazado una “financiación a la carta para unos pocos mientras otros pagamos la factura”.

La sucesión de mensajes ha sido similar. La presidenta cántabra, María José Sáenz de Buruaga, ha lamentado que “Bildu, ERC y Junts deciden por todos los españoles” para inmediatamente pasar a denunciar un déficit de infraestructuras y ha lamentado las “diferencias en el acceso a la función pública” por la existencia de lenguas propias en algunas regiones.

Buruaga ha lamentado “años de abandono desde el Gobierno central”, que también ha ocupado el PP, que no haya “conexión ferroviaria de alta velocidad”, una idea que también han promulgado el presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, e incluso el vicepresidente de Canarias, Manuel Domínguez, quien ha venido en el lugar del presidente autonómico, Fernando Clavijo, cuyo partido se ha abierto a negociar la investidura de Sánchez. En las obras públicas ha hecho también mucho hincapié la presidenta extremeña, María Guardiola, quien ha denunciado desde la tribuna una nueva avería en el tren que une su comunidad con Madrid.

La dirigente cántabra ha reclamado “igualdad ante la ley de Presupuestos, también”. Es decir, no solo importa la amnistía. El murciano, Fernando López Miras, ha lamentado que el Gobierno central niegue “el acceso a los fondos del BEI bajo el chantaje de dejar atrás nuestras políticas fiscales”. Miras ha defendido así las bajadas masivas de impuestos como el de Sucesiones, Patrimonio o Donaciones por parte de los ejecutivos del PP para luego reclamar “inversión en infraestructuras”.

“Aragón tiene necesidades”, ha planteado Jorge Azcón, quien también ha pedido “infraestructuras” tanto de comunicación como hidráulicas. El presidente autonómico ha reclamado un “Pacto del Agua” que enfrenta a los barones de su partido según de qué comunidad sean.

Azcón se ha dado un fuerte abrazo con su homólogo castellano y leonés, Alfonso Fernández Mañueco, a la salida de la sesión matutina de la comisión, que ha concluido pasadas las dos y media de la tarde. “El origen de España”, han dicho entre risas. Mañueco también ha pedido “inversiones” y ha recordado que su región tiene “pendientes autovías y ferrocarriles”.

La que se ha escapado del guion ha sido la presidenta madrileña. Isabel Díaz Ayuso, quien ha llegado con la sesión muy avanzada por coincidirle con el Pleno de la Asamblea, ha optado por limitarse al clásico discurso apocalíptico, con una sucesión de consignas políticas en contra de la amnistía y otras posibles prebendas concedidas a los independentistas. “Vamos a decir claramente a los españoles lo que significa esta amnistía. Se ha dicho que si esta felonía se consuma habrá dos tipos de españoles, pero es mucho peor. Si esta indignidad triunfa pronto no habrá españoles”, ha dicho.

Tras el receso para comer, los presidentes han asistido a un coctel organizado por el presidente del Senado, su compañero de partido Pedro Rollán. Después, se marcharán los pocos que aún no han partido a sus lugares de origen. El debate seguirá en el Senado por la tarde, con la intervención de los grupos. Todos, salvo Moreno. El presidente andaluz se quedó sentado escuchando todo el debate, especialmente la intervención del hoy portavoz socialista, su rival en las urnas en las pasadas elecciones, Juan Espadas.

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