La celebración de la revolución sandinista colapsa el transporte público en Nicaragua

La celebración del aniversario número 40 de la revolución de Nicaragua hizo colapsar el transporte público del país este viernes, debido a que fue utilizado para trasladar a los simpatizantes sandinistas hacia el lugar de la celebración.

El transporte urbano colectivo de Managua, compuesto por más de 800 unidades, no brindó sus servicios, y lo mismo ocurrió en la mayoría de ciudades, según reportaron los usuarios en las redes sociales y medios de comunicación independientes.

Los empleados del sector privado que necesitaban acudir a sus puestos de trabajo recurrieron a taxis o transportes “piratas”, usualmente camionetas o pequeños camiones que acomodaban a la gente en el compartimiento de carga.

La falta de transporte fue criticada, porque los autobuses que brindan el servicio permanecían estacionados junto a las calles, a la espera de recoger sandinistas, o transitaban con banderas del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y pocas personas en su interior.

El transporte intermunicipal también fue afectado, ya que todos los empleados del Estado -unos 100.000-, así como los sandinistas de las diferentes regiones de Nicaragua, fueron citados por el Gobierno en Managua, para celebrar esta tarde en la Plaza de la Fe.

Sin transporte, con fuertes medidas de seguridad, y con la promesa de los opositores de cerrar las puertas de sus casas para mostrar rechazo al presidente Daniel Ortega, las calles de las principales ciudades de Nicaragua se vieron menos activas de lo habitual para ser un viernes.

Aunque el 19 de julio Nicaragua conmemora la revolución popular que derrocó al dictador Anastasio Somoza Debayle en 1979, en la celebración únicamente participan los sandinistas, con el liderazgo de Ortega, quien está enfrentado con una aparente mayoría de nicaragüenses.

En abril de 2018 estalló una crisis sociopolítica en el país que ha dejado, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), unos 326 muertos, mientras organismos locales cifran en 594 las víctimas mortales y el Gobierno reconoce 200.

Datos de la CIDH indican que unas 326 personas han muerto en los últimos 15 meses, en el marco de la crisis. Organizaciones humanitarias locales cuentan hasta 594. El Gobierno admite 200.

Diversos grupos opositores se refieren a Ortega como “dictador”, y la CIDH sostiene que el Gobierno ha cometido delitos “de lesa humanidad” en el marco de la crisis.