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Crónica

Los cenáculos de Madrid se mueven contra la amnistía

Vista general de la mesa durante presentación del libro 'La amnistía en España. Constitución y Estado de Derecho'.

Elena Herrera

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“Eso se lo dejo al fiscal general del Estado”. A la frase, pronunciada con sorna por José María Macías, el hombre fuerte de la derecha en el caducado Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), sigue una carcajada general. Quienes ríen son los asistentes, el pasado jueves, al enésimo coloquio contra la amnistía celebrado en estos últimos meses en los cenáculos de Madrid. Macías responde a la pregunta formulada por una de las asistentes, que había interpelado a los ponentes —todos juristas, dos de ellos magistrados en activo— sobre si las “actuaciones” del presidente Pedro Sánchez en torno a la amnistía podían ser delito y, en consecuencia, podían ser el pretexto para apartarlo (al fin) del poder. 

Para cierto alivio del público, después tomó la palabra la catedrática Teresa Freixes, que dejó caer que en la Moncloa estaban “muy nerviosos” por si el Parlamento Europeo acababa llegando a la conclusión de que “ha existido un delito de alta traición cometido por una persona que está condicionando el pacto y, prácticamente, gobernando”. No lo citó, pero todo el auditorio convocado por la plataforma ultraconservadora Neos, fundada por el exministro del PP Jaime Mayor Oreja, sabía que se refería al expresident de la Generalitat Carles Puigdemont, que se marchó a Bélgica. Y entonces el público reunido en una de los salones de conferencias del Hotel Intercontinental de Madrid sí estalló en aplausos. 

En los ambientes más beligerantes contra la amnistía se nota la animadversión hacia los independentistas, Sánchez e incluso los diputados que pudieran respaldar con sus votos una norma que ahora parece estar en el alambre por las discrepancias entre el PSOE y Junts. Pero también se percibe una sensación de cierto pesar, de que poco más se puede hacer que asistir a charlas, sacar banderas y pancartas a la calle y esperar a que Europa haga algo. Del “politizado” Tribunal Constitucional, que cuenta desde hace un año con una mayoría de magistrados de perfil progresista inédita en una década, nada se espera. 

Tanto es así que el catedrático Enrique Gimbernat tuvo que templar el debate suscitado en otra conferencia el pasado martes, cuando uno de los asistentes llamó a una “rebelión contra el Estado” y preguntó qué ley había para “meter en la cárcel” a quienes dieran su respaldo una hipotética amnistía. Gimbernat, que durante su intervención había argumentado contra la posibilidad de que la Constitución ampare una ley de amnistía y había calificado de “bodrio” la iniciativa que debate el Congreso, insistió en que los legisladores “no pueden prevaricar” y que si una ley es injusta hay “mecanismos” para hacerle frente. “Yo creo en el Estado de derecho”, trató de terciar. 

En defensa del 78

Esta vez, el coloquio había sido convocado con objeto de la presentación del libro 'La amnistía en España. Constitución y Estado de Derecho', de la editorial especializada Colex. El volumen contiene 78 artículos de catedráticos, exmagistrados, fiscales y otros juristas y pensadores que alertan del imposible encaje constitucional de una ley de la que todavía no hay texto definitivo y hacen apocalípticas predicciones sobre el Estado de derecho en España si finalmente se aprueba. 

La presentación tuvo lugar en una abarrotada sala de la Fundación Carlos de Amberes que preside el periodista Miguel Ángel Aguilar y tiene como presidente de honor a Felipe VI. Entre el público había diputados como Cayetana Álvarez de Toledo o Manuel Cobo, del PP; o Carlos Flores, de Vox. También jueces, fiscales, abogados y catedráticos de diferentes ramas del derecho. Decenas de personas se quedaron fuera. Entre ellas, algunos magistrados del Tribunal Supremo. El aforo era de unas 200 personas. 

El número de 78 artículos del libro no es baladí y hace alusión al año en que se aprobó la Constitución, según se encargó de explicar el exmagistrado del Tribunal Constitucional Manuel Aragón, que ejerció de ponente y presentador. “Es una cifra que nos llena de satisfacción por lo que se hizo antes”, afirmó. Tras salir del Constitucional en 2013, Aragón se ha dedicado la última década a sus clases en la universidad, a escribir artículos y a dar conferencias. También en FAES, la fundación presidida por José María Aznar.

Aragón fue elegido como parte de la cuota progresista en el tribunal de garantías. Sin embargo, se alineó con los conservadores y su voto determinó que en 2010 saliera adelante la sentencia que anuló hasta 14 artículos del Estatut y que abonó la crisis del modelo territorial que acabó por estallar con el procés. Casi tres lustros después, Aragón presentó este martes el citado libro contra la amnistía como un intento de “dar la voz de alarma” ante la operación deconstituyente que se está llevando a cabo. Consideró la amnistía como un “pago por la compra de unos votos” y un “ejemplo palmario de corrupción política y jurídica”. Y, como colofón, llamó a la sociedad a “reaccionar con todos los medios legales a su alcance”.

El acto contó también con la presencia de otros intelectuales históricamente identificados con la izquierda que, con el paso de los años, han evolucionado hacia posiciones inequívocamente conservadoras. Un perfil que, a tenor de los aplausos suscitados, gusta a este tipo de auditorio. Es el caso del fundador de El País Juan Luis Cebrián, que calificó la amnistía de “absolutamente inmoral” y dijo que es una ley que “legitima la violencia política” y que hará que “todos los terroristas del mundo se quieran refugiar aquí”. El que fuera consejero delegado del Grupo Prisa también cargó contra Sánchez, al que metió en el mismo saco de “demócratas iliberales” en el que incluyó a referentes de la ultraderecha como Javier Milei o Donald Trump. 

La sesión la cerró el filósofo Fernando Savater, que fue despedido hace unas semanas de El País tras descalificar a la dirección del periódico y a sus periodistas ―especialmente a las mujeres―. Savater llegó unos minutos tarde y fue recibido con aplausos. Durante su intervención rememoró sus tiempos de estudiante en París a finales de los sesenta y calificó de “no deseable” la norma de olvido penal del procés. También pidió que sean “los separatistas que han amenazado a España, los que vayan a reconciliarse”. “La reconciliación con el delincuente es aplicar la ley, ya está”, añadió. 

Savater participó este viernes en otro coloquio junto a la citada Álvarez de Toledo y el exdirigente del PP y fundador de Vox, Alejo Vidal-Quadras. Las palabras de la diputada, que dijo que había llevar a los independentistas al “rincón de pensar”, indignaron al exmagistrado del Tribunal Supremo Segundo Menéndez, que estaba entre el público. “Me parece que con esas dos cabezas que nos han hablado, no se puede construir un país”, lamentó el magistrado jubilado, pese a los reproches de otros miembros del público, informa Europa Press.

“Juristas de reconocida militancia”

Lo cierto es que este tipo de coloquios dibujan un paisaje homogéneo, sin apenas debate, en el que parece que no hay intelectuales o juristas con aproximaciones diferentes a la cuestión de la amnistía y la compleja cuestión territorial. La respuesta la dio el juez Juan Pablo González, presidente de la Audiencia de Madrid, en la conferencia del Intercontinental del jueves. A su juicio, “solo un puñado de juristas de reconocida militancia sostienen en estos momentos que la amnistía es constitucional”, aseveró. 

González, que fue vocal del Poder Judicial a propuesta del PP, calificó de “preocupante” que “grupos totalitarios e independentistas se hayan situado a la cabeza del Estado y estén condicionando la gobernación de España”. Y alertó contra la colonización política en cargos institucionales y la deslegitimación de las instituciones. También habitual de los cursos de FAES, tuvo que ser apartado del tribunal de la Gürtel por su cercanía al PP. 

Este acto, convocado bajo el elocuente título de 'Contra el asalto a la Justicia', también contó con la presencia de otra magistrada en activo: Luisa María Gómez, presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha. Gómez, que también es doctora en Filosofía del Derecho, criticó que haya “partidos sistémicos” —no dijo cuáles— que se hayan abonado a una “dinámica” de señalamiento de la autoridad judicial. La convocatoria de Neos acabó “como Dios manda”, según se encargó de decir su director general, Javier Martínez Fresneda. Esto es, con el público puesto en pie mientras sonaba el himno de España.

Pero los cenáculos capitalinos no se detienen. Para el próximo 27 de febrero el Colegio de Abogados de Madrid celebra otro (crítico) coloquio sobre la ley de amnistía. Entre los invitados está el citado Manuel Aragón, la abogada del Estado en excedencia Elisa de la Nuez o el juez Jaime Lozano, que ha participado en la redacción de una “guía práctica” para torpedear la ley de amnistía que un colectivo minoritario de jueces remitió a toda la carrera judicial. 

Eso sí, en las conferencias no se escucharon críticas abiertas al PP de Alberto Núñez Feijóo por abrirse a indultar a Puigdemont y reconocer que estudió la amnistía, tal y como confesó la dirección del partido en mitad de la campaña a 16 periodistas de distintos medios y que ha dejado en evidencia la hipocresía de los populares.

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