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Demandas, narcos y un secuestro: 'Fariña' gana la guerra judicial ocho años después de llegar a las librerías

La portada del libro 'Fariña' (Libros del KO) del autor Nacho Carretero

Alberto Pozas

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'Fariña' (Libros del K.O) llegó a las librerías en septiembre de 2015. En estos ocho años, el libro de Nacho Carretero ha puesto nombre y apellidos a la historia del narcotráfico en Galicia, ha vendido casi 130.000 ejemplares en 15 ediciones, ha arrasado en su adaptación televisiva y se ha convertido en una obra clave para entender cómo el contrabando y el tráfico de drogas arraigaron en el noroeste de España. Pero los números de 'Fariña' también destacan en el ámbito judicial, donde atesora un secuestro judicial y varias demandas rechazadas. La última en fracasar, según ha sabido elDiario.es, ha sido la de Manuel Fernández Padín (Vilanova de Arousa, 1959).

Se trata de un consumidor de drogas que trabajó con el clan de los 'Charlines' hasta que su testimonio fue clave para que el juez Baltasar Garzón pusiera en marcha la operación Nécora desde la Audiencia Nacional. Un golpe policial al narcotráfico gallego sin precedentes que en 1990 llevó al banquillo, con éxito relativo, a los grandes nombres de la Costa da Morte: Laureano Oubiña, Marcial Dorado, algunos 'Charlines' y con Garzón bajando de un helicóptero en el pazo de Baión como una metáfora del desembarco del Estado.

'Fariña' relata cómo los testimonios de Fernández Padín y Ricardo Portabales ayudaron a la Audiencia Nacional a sentarlos a todos en la banda de los acusados. También cómo fue un joven con problemas de drogas, cómo montó un equipo de fútbol llamado “Dejadnos Vivir” y cómo colaboró con los narcos hasta que cambió de bando. También detalla dos descargas en las que participó: una en un acantilado de Baiona y otra en Muxía, esa vez en connivencia con otro clan, el de 'os Lulús'.

El libro basa sus más de 350 páginas en sentencias de decenas de casos de narcotráfico, otros libros y crónicas de periodistas e investigadores pero también en testimonios directos de los protagonistas. Uno de ellos es el de Fernández Padín, que relató esos dos episodios y cuyas palabras figuran, directamente, entrecomilladas en la obra.

El testigo protegido de la operación Nécora llevó a Carretero y a la editorial ante la Justicia al entender que varios pasajes eran directamente mentira, solicitando una indemnización de 150.000 euros, entre otras cosas, al entender que no estaba recibiendo “el prestigio que merece un narcotraficante arrepentido”, dijo su propio abogado en el juicio.

La Justicia, según ha podido comprobar este periódico, rechazó las alegaciones de Fernández Padín poco antes del mes de agosto. La Audiencia Provincial de Madrid rechazó en una sentencia su recurso contra las contundentes alegaciones de un juzgado que ya en 2021 avaló la “importante labor y esfuerzo de investigación” de Carretero“, mostrando también su sorpresa por la alusión de Fernández Padín a su ”prestigio“ como narco arrepentido para pedir 150.000 euros de indemnización.

“Vivíamos ajenos a que teníamos esta demanda”

Este mes de septiembre se cumplen ocho años del primer desembarco de 'Fariña' en las librerías de todo el país. Sus primeros tres años de vida transcurrieron con tranquilidad: un éxito con 40.000 ejemplares vendidos en una editorial, Libros del K.O, que en ese momento tenía tres empleados y ningún precedente similar. Pero en 2018 'Fariña' dio el salto a la televisión y empezaron las batallas judiciales.

Hasta entonces solo uno de los protagonistas de 'Fariña' había protestado por su presencia en el libro. Según recuerda desde la editorial Alberto Sáez, se trató de Óscar Rial, apodado 'El Pastelero', cuyas detenciones y descargas de droga relatan en un capítulo. “Puso una demanda de conciliación y no volvimos a saber de él”, relata. Los problemas llegaron en 2018, cuando Antena 3 y Bambú anunciaron la llegada de Fariña a la pequeña pantalla.

Entonces llegó la demanda de Antonio Acuña, exmarido de una integrante del clan de los 'Charlines' y encausado aunque absuelto por una descarga de 800 kilos de cocaína en los años 90. Un juzgado de Cambados rechazó su petición de 250.000 euros de indemnización un año después por la escueta línea que le dedicaba el libro: la sentencia del caso de la Audiencia Nacional demuestra “sus vínculos con los narcos”, dijo esa resolución.

También llegó la demanda de Manuel Fernández Padín, que un lustro después acaba de ser rechazada por la Audiencia de Madrid. “La Justicia es tan lenta muchas veces que se te olvida por completo, vivíamos ajenos a que teníamos esta demanda todavía viva. Pasa mucho tiempo, estamos en 2023, son cosas que vienen de 2018 y de un libro publicado en 2015”, explica Sáez desde Libros del K.O celebrando que el recorrido judicial de este caso también ha terminado en victoria y sin recurso ante el Tribunal Supremo.

Alberto Sáez conoce bien los juzgados, no solo por todas las veces en que la editorial ha tenido que acudir a ellos, y es consciente de la saturación judicial que puede atascar un pleito durante años. Pero incluso los jueces que han resuelto estos casos destacan que las demandas no llegaron hasta tres años después de la publicación del libro: “Ciertamente, lo primero que llama la atención en este asunto, atendida la fecha de la publicación del libro litigioso año 2015, es la absoluta falta de inmediatez en la interposición de la demanda que da inicio a este procedimiento, que se presentó el 16 de julio de 2018”, contestó el juzgado de primera instancia a Fernández Padín.

El secuestro de 'Fariña'

El recorrido de 'Fariña' hasta los casi 130.000 ejemplares vendidos ha pasado por uno de los episodios más graves que puede sufrir una obra artística: ser retirada de los escaparates por una orden judicial. Durante cinco meses, a lo largo de 2018, Fariña fue víctima de un secuestro judicial cautelar dictado a petición de José Alfredo Bea Gondar, exalcalde de O Grove. Desde el 12 de febrero hasta el 22 de junio de ese año.

Bea Gondar cuestionaba la forma en la que Carretero había relatado su supuesto papel en una transacción de 2.000 kilos de cocaína sin consecuencias judiciales para él. El juzgado entendió que era motivo suficiente para retirarlo de las librerías aunque la historia terminó al revés: el Tribunal Supremo rechazó de forma definitiva las alegaciones del exalcalde grovense del PP y el propio Bea Gondar fue condenado a indemnizar a Carretero y a Libros del K.O por provocar el secuestro de su libro durante casi medio año.

“No eran invenciones ni se basaba en simples rumores”, dijo el Tribunal Supremo. Cinco años después del secuestro, Alberto Sáez (Libros del K.O) recuerda: “Durante todos esos meses el libro no se pudo vender, el perjuicio fue enorme, no hubo manera de resarcirlo, era la Feria del Libro y no podíamos vender nuestro libro más vendido”.

Una editorial pequeña como era Libros del K.O en ese momento no estaba preparada para correr con los gastos judiciales ni para lidiar con unas medidas cautelares de ese calado. “Era el libro que nos daba de comer, la amenaza era enorme de quedarnos sin ingresos en un plazo breve”, explica Sáez. No es habitual, añade, encontrar un libro con el que vender más de 5.000 ejemplares en su sector, y para entonces Fariña llevaba 40.000 vendidos.

El secuestro, recuerda, duró unos meses y pudieron remontar la situación hasta el éxito en que se ha convertido, tanto en las estanterías como en la pantalla. Ocho años después de su salida a la venta, la batalla judicial ha terminado con el rechazo judicial al recurso del testigo protegido de la operación Nécora: “Un alivio total después de tantos años. Lo pasamos muy mal en 2018, el resto ha sido una sucesión de sentencias contundentes que dicen que el libro está fundamentado en resoluciones judiciales, investigaciones policiales, la Fiscalía, jueces... sin embargo, tienes esa cosa de que no sabes qué va a pasar”.

Las reclamaciones judiciales contra el libro rozaban, entre todas, el millón de euros. Una obra que dibuja cómo el contrabando llegó a Galicia “casi por inercia”, cómo se convirtió en una actividad “respetada y prestigiosa” y cómo dio el “salto” del tabaco a las drogas aportando contexto, entre otras cosas, a las fotos de Alberto Núñez Feijóo con el contrabandista Marcial Dorado.

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