El exsecretario del Niemeyer veía al Patronato “más preocupado por Brad Pitt”

El exsecretario general de la Fundación Niemeyer José Luis Rebollo ha asegurado que el Patronato era un “coro de alabanzas” hacia la gestión del ex director general, Natalio Grueso, que estaba más preocupado de la fecha de llegada del actor Brad Pitt al complejo avilesino que del estado de las cuentas.

En la cuarta sesión que se celebra en la Audiencia Provincial de Oviedo por las presuntas irregularidades contables del Niemeyer, en el que Grueso afronta una petición del fiscal de once años de prisión, José Luis Rebollo ha afirmado que desde su responsabilidad trató de “organizar el gran desorden que veía”.

Rebollo, que tuvo el cargo de secretario general entre los años 2007 y 2011, y que ahora se enfrenta a una pena de dos años y medio de cárcel como presunto cooperador de un delito societario, ha asegurado que transmitió a la entonces presidenta del Patronato, la consejera de Cultura Mercedes Álvarez, que las cuentas debían someterse al control de la Sindicatura de Cuentas, el órgano fiscalizador del Principado.

Sin embargo, la presidenta se negó porque, según su versión, seguía la indicación del Gobierno del Principado.

Rebollo ha subrayado que carece de cualquier formación contable y que nunca vio las facturas ni tenía curiosidad por verlas, porque su función consistía en levantar actas de las reuniones y expedir certificaciones.

En su testifical, ha censurado que los patronos sólo se preocuparan por saber las fechas de llegada al complejo cultural de Avilés de actores como Brad Pitt, mientras mostraban su “indiferencia” sobre los aspectos económicos o legales.

A este respecto, ha manifestado que los patronos sólo preguntaron por las cuentas en febrero de 2011 y en junio de 2012, y nunca más de diez minutos, porque el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, estaba preocupado por la financiación.

La sesión de hoy ha comenzado con la continuación del interrogatorio a José María Vigil, exagente de Viajes El Corte Inglés que afronta una pena de ocho años de cárcel acusado de un delito de estafa en concurso con falsedad y de otro de malversación como cooperador

Vigil ha admitido que la facturación del Niemeyer era “un desbarajuste contable” en el que había “errores”, pero ha asegurado que no había intención de ocultar nada.

El juicio continuará mañana con el interrogatorio de las acusaciones y la defensa a Rebollo y la declaración de Marc Martí, exjefe de Producción del Niemeyer que afronta una petición de un año y seis meses de cárcel como presunto cómplice en un delito de malversación.