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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Feijóo se somete al 'cara a cara' con Sánchez que reclamó en el Senado

Alberto Núñez Feijóo en un momento de la sesión de control al Gobierno en el Senado.

Aitor Riveiro

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Cinco meses después de asumir el liderazgo del PP, Alberto Núñez Feijóo tendrá este martes su ansiado cara a cara con Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno comparecerá en el Senado para “informar sobre el Plan de ahorro y gestión energética y su perspectiva territorial, así como del contexto económico y social del mismo”. El motivo de la comparecencia soliviantó al PP, pese a que había sido Feijóo el que había retado a Sánchez a debatir en la Cámara Alta apenas unas horas antes. El PP respondió con un comunicado en el que pedía al presidente una “rectificación” y que compareciera para “hablar de las incertidumbres económicas y sociales”.

La queja duró poco porque, en definitiva, Feijóo había logrado lo que, en teoría, quería. Desde que sustituyó al defenestrado Pablo Casado al frente del PP se hizo evidente uno de los principales problemas que iba a tener que superar como jefe de la oposición: su ausencia del Congreso. Feijóo fue designado senador por el Parlamento de Galicia antes de dar el salto definitivo a Madrid, pero el sistema bicameral español no es simétrico y el peso de la Cámara Baja deja al Senado con muy poca capacidad política y una reducida exposición mediática.

Desde abril, Feijóo solo ha podido celebrar un breve debate con Sánchez en el Senado, en el marco de una sesión de control al Gobierno. Pero, a diferencia de lo que ocurre en el Congreso, en la Cámara Alta este formato solo se produce una vez al mes, y ni siquiera está garantizada la presencia del presidente en todas las ocasiones. Desde entonces no hubo más duelos. Aquella primera, y hasta el momento única, pregunta parlamentaria estuvo centrada en la economía. Feijóo no brilló, cometió un error de bulto en la materia que había elegido y, sobre todo, constató que el formato es muy favorable para el presidente del Gobierno, que solventó el cara a cara sin más problemas.

Sánchez se despidió hasta después del verano de su rival en las próximas elecciones generales de 2023, pero antes convocó el debate sobre el estado de la nación en el Congreso. El PP volvió a estrellarse con el muro de la realidad, Feijóo solo pudo asistir como un invitado mudo al debate de política general más importante que se celebra en la Cámara Baja. La defensa del PP la asumió la secretaria general y portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, quien abandonó el perfil “moderado” que el dirigente gallego quiere aparentar para diferenciarse de Casado.

En el inicio del curso político, Feijóo salió a la ofensiva. En un discurso rodeado de la plana mayor de su partido en Galicia reclamó a Sánchez un debate en el Senado. El Gobierno dudó en un primer momento y remitió a las sesiones de control, pero el giro de la Comisión Europea (que preside Ursula Von der Leyen, alemana e integrante del PP europeo) sobre la necesidad de intervenir el mercado eléctrico y de implementar un sistema parecido a la excepcionalidad ibérica para los países de la UE, cambió el marco.

Sánchez recogió el guante y este martes se celebrará el primer debate del curso entre ambos. El formato sigue siendo favorable al presidente, que gozará de tiempo ilimitado tanto en su exposición inicial como en las réplicas a los diferentes grupos. Pero el líder del PP dispondrá de más tiempo: 15 minutos en su discurso inicial y cinco más en el turno de réplica.

20 minutos para exponer el plan energético del PP, que ha empezado a esbozar este lunes: rebajas fiscales, aumentar la nuclear y “todas las fuentes”, incluidas las más contaminantes, potenciar las renovables e indemnizar a las empresas que sufren el alto coste de la luz. El resto de las medidas se supone que llegarán este martes, aunque Feijóo se comprometió a trasladárselas en un documento a la Moncloa.

Pero Feijóo irá más allá del marco energético que, dicen en Génova, conviene más a Sánchez. El líder del PP quiere un debate “de política general”, y así intentará plantearlo. Este lunes, en un desayuno informativo ahondó en una idea que ya ha expresado en diversas ocasiones: la caída de Sánchez es solo cuestión de tiempo. Feijóo comparó al presidente con el protagonista de El otoño del patriarca, la novela de Gabriel García Márquez que alude a un anciano dictador que pretendía simbolizar las dictaduras de América Latina. El líder del PP compatibiliza ese tipo de alusiones con quejas al Gobierno, a quien acusa de insultarlo. Los estrategas del principal partido de la oposición, en todo caso, dan por hecho que el gabinete de Sánchez está sentenciado.

Pero las elecciones generales no están previstas hasta finales de 2023. Casi año y medio de margen, con unas autonómicas y municipales de por medio. Un viaje que se le puede hacer largo a Feijóo si no aprovecha al máximo las pocas oportunidades que tenga de confrontar con Pedro Sánchez. La primera no le fue especialmente bien. Este martes, tendrá la segunda.

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