La gestora del PSOE prolongará la incertidumbre sobre la abstención a Rajoy hasta el final
El PSOE necesita tiempo tras la abrupta salida de Pedro Sánchez. Así lo reconocen varios dirigentes socialistas y lo ha hecho el propio presidente de la gestora, Javier Fernández, que ha admitido que es necesario “bajar el nivel de la temperatura” tras el tenso Comité Federal del PSOE.
No será hasta al menos dentro de diez días cuando los socialistas tomen la principal decisión en esta nueva etapa: permitir que gobierne Mariano Rajoy o ir a terceras elecciones. El presidente asturiano ha explicado que previamente debatirá la posición con los distintos barones socialistas en una reunión del Consejo de Política Federal que preside Susana Díaz. Eso sí, lo que ha descartado es la posibilidad de dar libertad de voto al Grupo Parlamentario Socialista.
Los socialistas logran, posponiendo el debate sobre la abstención, recomponerse mínimamente de las profundas heridas que dejaron el sábado. “Desgarrador”, “bochornoso”... Son algunos de los adjetivos que utilizan para la reunión en la que algunos dirigentes acabaron llorando, entre ellos la presidenta andaluza. Por eso Fernández quiere prolongar lo máximo la toma de decisión: “Tenemos poco tiempo, pero vamos a utilizar el tiempo que tenemos”, ha dicho sobre la convocatoria del Comité Federal en el que pueden modificar el no por una abstención.
Los artífices de la maniobra contra Pedro Sánchez son conscientes del daño interno y electoral que podría conllevar cambiar el rechazo al PP tras acabar con el secretario general. Algunos temen que se vincule el “golpe” con la defensa de algunos barones de abstenerse. Por eso ahora miden sus palabras. Emiliano García-Page y Ximo Puig se han esforzado este lunes por dejar claro que siguen manteniendo el no. Susana Díaz se ha desligado de la decisión: le corresponde a la gestora, ha resumido.
De hecho, en el antiguo sector crítico -que ahora es el oficialista– preparan el argumentario para evitar el rechazo por la abstención. “Abstenerse no es apoyar”, ha dicho Fernández. El PSOE andaluz se ha sumado a reforzar ese argumento.
Entre los cercanos a Sánchez dan por hecho que la decisión defendida por la gestora y los principales barones será la abstención. “Si no, ¿por qué han hecho eso?”, se pregunta un dirigente afín al exsecretario general.
Fernández ha intentado no pronunciarse sobre la abstención, pero en la primera reunión a puerta cerrada de la gestora ha deslizado que es su preferencia frente a terceras elecciones. Así lo defendió tras el 26J. En la reunión del Comité Federal del 9 de julio, Fernández avisó que era mejor un gobierno del PP en minoría que uno con mayoría absoluta. En ese mismo encuentro, los afines a Sánchez, que son minoría en la gestora, han defendido mantener el “no es no”.
La mejor candidatura para unas elecciones
Un sector del PSOE que ha avalado la maniobra contra Sánchez empieza a deslizar que ya no es la abstención lo prioritario –admiten que cualquier salida es mala, pero que internamente permitir que gobierne a Rajoy puede convertir a Sánchez en un “mártir” ante la militancia– y abren la puerta a unos terceros comicios.
“Que Rajoy no cometa el error de creer que no podemos tumbarle en unas terceras elecciones”, asegura un destacado dirigente en conversación con eldiario.es. “Que no nos pongan a prueba, porque el PSOE cuando tiene que cerrar filas lo hace –ha dicho el presidente de Castilla-La Mancha, que ha optado, como el de Aragón, por dejar a sus federaciones sin representación en la gestora–. No solo cerrar filas sino presentar la candidatura más potente que puedan imaginar”.
Fernández ha dicho que, llegado el caso, los reglamentos del PSOE ordenan que el candidato se elija por primarias, aunque ha reconocido que en una situación de “urgencia” podría variar el procedimiento.
La advertencia pretende responder a quienes en el PP consideran que la crisis del PSOE les sitúa en una posición de fuerza para las negociaciones e incluso en mejores condiciones para unas terceras elecciones. Sin embargo, en las filas socialistas también temen que los conservadores tengan razón: “Ojalá podamos abstenernos”, decía un destacado exdirigente el domingo.
