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El PP ve Andalucía como un “laboratorio”: si sale bien, repetirá el pacto con Cs y Vox en ayuntamientos y comunidades

Reunión entre las direcciones de PP y Ciudadanos el miércoles, en Sevilla.

Iñigo Aduriz

La negociación entre PP, Ciudadanos y Vox para formar gobierno en Andalucía irá más allá de un posible acuerdo para hacer a Juanma Moreno presidente. Dirigentes del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso advierten de que el escenario postelectoral andaluz es un “laboratorio” en el que las tres fuerzas políticas están “ensayando” un pacto que los tres partidos quieren “consolidar” tras las elecciones autonómicas y municipales de 2019 “si sale bien” la experiencia en Andalucía.

Fuentes de la cúpula de los populares explican a eldiario.es que el resultado de las elecciones andaluzas ha dividido la política española en “bloques” que “ya son muy difíciles de romper” en el ciclo electoral que se retomará la próxima primavera. A esa división “ha ayudado”, según los dirigentes consultados, que los andaluces no permitieran en las urnas reeditar el acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos para volver a hacer a Susana Díaz presidenta, dado que la suma de ambas fuerzas políticas no logra la mayoría necesaria para una investidura de la socialista en el nuevo parlamento andaluz.

El argumento de los dirigentes del PP consultados es que una vez rota esa opción los de Albert Rivera “no han tenido más remedio que posicionarse”a favor de un “bloque del centro derecha” que no solo expulse al PSOE de la Junta de Andalucía tras casi cuatro décadas, sino con el que también buscan lanzar un mensaje a su electorado: que tienen pensado reeditar su acuerdo con los populares –con la ayuda puntual de Vox y otras fuerzas tradicionalmente socias del PP como UPN o Foro– frente a la izquierda “en todas las instituciones”.

“Si la experiencia andaluza sale bien”, agregan dirigentes del PP, Ciudadanos “no va a poder cambiar sustancialmente” de postura y abrirse a volver a pactar con la izquierda en las autonómicas y municipales. El escenario que se avecina es, por tanto, el dividido “en dos bloques”: por un lado, el que conformarían PP, Ciudadanos, Vox y otros partidos más pequeños de derechas. Por otro, PSOE y Unidos Podemos con la ayuda de las fuerzas nacionalistas e independentistas allí donde éstas tengan fuerza.

Las direcciones nacionales

Es, según dirigentes populares en el Congreso, un “modelo a la chilena” –con muchos partidos pero con dos bloques claros– que, según explican dirigentes populares, es el que va a marcar la política española en los próximos lustros. “El bloque que gane será el que gobierne en cada momento en las instituciones”, aducen. Esa es la razón por la que las negociaciones en Andalucía tienen “tanta importancia”, y por eso quienes llevan las riendas del diálogo son las direcciones nacionales de PP, Ciudadanos y Vox y no los candidatos autonómicos.

El PP quiere aprovechar la “centralidad” que a su juicio buscan ahora en Ciudadanos los electores más moderados que han dejado de sentirse representados por los populares ante el giro a la derecha puesto en marcha por Pablo Casado desde su triunfo en las primarias de julio.

El propio líder del PP explicaba el pasado jueves durante la celebración del aniversario de la Constitución que, además, los de Rivera “tienen un boquete en el PSOE”, de forma que Ciudadanos podría beneficiarse también de los votos socialistas descontentos con los acuerdos alcanzados por Pedro Sánchez con nacionalistas e independentistas para lograr la Presidencia del Gobierno con la moción de censura presentada en mayo contra Mariano Rajoy. Esos apoyos, explican dirigentes populares, irían ahora al bloque del “centro derecha” que, según Casado, podría gobernar España “en seis meses o un año”.

Si Ciudadanos cubre el centro ideológico de ese bloque, Vox permitirá sumar a la alianza al electorado más radical. Las fuentes consultadas dan por hecho que el partido de Santiago Abascal respaldará “siempre” un gobierno de PP y Ciudadanos allí donde estas fuerzas sumen porque lo contrario, explican, implicaría el descrédito del partido de extrema derecha entre sus votantes que en ningún caso aceptarán que Vox facilite un Ejecutivo autonómico o municipal de PSOE o cualquier otro partido de izquierda.

La dirección de Casado, que en los últimos días no ha dejado de blanquear a la formación de extrema derecha restando importancia a sus propuestas más radicales, ve bien pactar con Vox. “Si para desbancar a la izquierda hay que pactar con Vox, vamos a hacerlo. ¿Por qué no? Es un partido perfectamente constitucional” apuntaba el miércoles el portavoz de los populares en el Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en una entrevista en Esradio.

“Estirar” la legislatura

A favor del “bloque de centro derecha”, los diputados populares consultados argumentan que el electorado de derechas “está más movilizado” que el de izquierdas por el “tirón” que ha supuesto el “inesperado” resultado de las elecciones andaluzas, pero, sobre todo, por las supuestas “concesiones” del Gobierno de Pedro Sánchez a Unidos Podemos y a las fuerzas nacionalistas “en contraprestación” al apoyo que le prestaron para la moción de censura.

“Sánchez es consciente de esa movilización de los nuestros y, como es lógico, ante este escenario va a estirar la legislatura lo máximo posible y no va a convocar las generales hasta, por lo menos, noviembre de 2019”, concluyen dirigentes del PP en el Congreso.

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