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CRÓNICA

El PP ya tiene al Luca Brasi que necesita para hacer que arda el Congreso

Tellado en la investidura de Sánchez en el Congreso el 16 de noviembre.

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Nunca vas a ganar en lealtad a un converso. Al principio, se tiene que hacer perdonar muchas cosas y luego ya no tiene interés en corregir el rumbo. Lo que mantiene es la capacidad de levantar el hacha para que caiga sobre el cuello de los infieles a la velocidad necesaria. Está dispuesto a asumir las misiones más desagradables que encargue el jefe. Incluso pone buena cara. Quizá antes lo viera como una carga ineludible. Al final, lo disfruta como un regalo. Ya se sabe. Cuando eres un martillo, todo lo que ves a tu alrededor te parecen clavos.

Miguel Tellado coqueteó con el nacionalismo del BNG cuando era un veinteañero y más tarde se pasó al otro lado, porque la ideología está muy bien, pero también hay que comer. Con el tiempo, se pegó a la figura de Alberto Núñez Feijóo y demostró su valía hasta el punto de que el entonces presidente de la Xunta lo calificó en público de “el Iniesta del PP”. No se conoce ninguna entrada salvaje del exjugador del Barça que hiciera añicos el tobillo del rival. Hay varios políticos gallegos que pueden enseñar las cicatrices regaladas por el fino estilista que siempre aplicó la norma de que pasa el balón, pero nunca pasa el jugador. Y que entren ya las asistencias, porque el delantero no se mueve.

Tellado es el nuevo portavoz parlamentario del Partido Popular con la misión de repartir estopa hasta que se le canse la mano. Con la mirada, te lo dirá todo. Te voy a dar una lección de constitucionalismo y democracia que vas a terminar en la sala de traumatología. Y además voy a disfrutar con ello.

El martes, se estrenó en la tele con sendas entrevistas en Antena 3 y Telecinco. Los programas ya vieron cómo se las gasta. En 'La mirada crítica', le preguntaron por ese pasado lejano nacionalista y, además de ignorar el tema al responder, terminó hablando de Hamás. Hay que reconocer que el tipo es un profesional en lo suyo.

En el plano interno, Tellado fue el embajador que Feijóo envió a Madrid para comunicar a la dirección de Pablo Casado que la fiesta se había terminado. Se te viene encima Luca Brasi y como para decirle que no. Después de las elecciones del 23J y la confusión existencial posterior del PP, se recuperó de la depresión y reanudó su carrera de poli malo. Aunque más que el policía que presiona con dureza en los interrogatorios, es el que entra en la sala con un listín telefónico en la mano, y no precisamente para consultar un número.

Ya se ha hecho famoso con dos frases. En la primera, denunció que el socialista Óscar Puente había abusado de su posición de diputado en el AVE para intentar expulsar a un honrado ciudadano que le preguntaba por las decisiones del Gobierno. Más allá de que la versión de Puente era muy distinta, ese mismo día se conoció el currículum del acosador y daba bastante miedo al incluir hasta agresiones a policías. No importó demasiado. Él sigue hablando del “matonismo” del PSOE por denunciar el acoso al nuevo ministro de Transportes.

Después, metido en la faena de sacar jugo del pacto entre PSOE y Junts, soltó que Sánchez debería haber huido de España en el maletero de un coche. En realidad, lo que le hubiera gustado a Tellado es meterlo él mismo en un maletero y luego ocuparse de él como aparece en la escena inicial de 'Uno de los nuestros'.

“Esa frase se refería a la incapacidad de Sánchez de mirar a los españoles a la cara”, dijo a las entrevistadoras, que dieron por buena la respuesta. “Si alguien se ha molestado, puedo retirarla”, continuó mientras sonreía. Se estaba partiendo la caja. No hay problema en retirarla. Ya la dijo, la escuchó todo el mundo y cumplió su propósito. A por la siguiente.

Si hasta el ABC le llama el “portavoz dinamitero”. Lo suyo con los explosivos es vocacional.

La variedad del discurso de Tellado está limitada por las necesidades de Feijóo. Por tanto, le toca insistir en la matraca de que muchos votantes socialistas han sido engañados por Sánchez. Dijo en 'Espejo Público' que “hay una mayoría de votantes socialistas huérfanos”, se supone que vagando perdidos por las calles, y que el PP les representa. Es ese mismo hilo argumental que les iba a dar la victoria en las urnas en julio y que al final no funcionó como esperaban.

Otro recurso ya empleado fue el de relacionar al Gobierno con el terrorismo. Y sin fronteras. Todo entra en el guiso. Además del producto nacional –que resultan ser Bildu y los CDR–, ahora también entran sabores exóticos. El viaje de Sánchez a Israel y sus duras críticas a Netanyahu han hecho que el PP ponga a Hamás en el puchero para conseguir un sabor nuevo. “El partido socialista tiene en el Gobierno a personas que no condenan el terrorismo”, dijo Tellado.

Las entrevistadoras no se lo pusieron difícil y en ningún momento le preguntaron por las más de 15.000 personas muertas en los bombardeos israelíes de Gaza, de los que 6.150 son menores de edad. Una cosa un poco loca: a ver qué opina el PP sobre el contenido concreto de las declaraciones de Sánchez.

Ansioso por satisfacer a su dominatrix, Martínez Almeida fue el que dio el martes el espectáculo más completo al mostrar en el pleno del Ayuntamiento de Madrid fotos de miembros armados de Hamás a los que llamó “los nuevos mejores amigos de Pedro Sánchez”. Son los mismos a los que el presidente ha llamado terroristas por el asesinato de un millar de civiles israelíes y el secuestro de 240 en el asalto del 7 de octubre.

Tellado no necesita fotos para hacer su trabajo. La incontinencia verbal no requiere de imágenes que la soporten. Luego, siempre se puede sostener que los duros son los otros. “Que nadie piense que vamos a perder las formas”, dijo a Susanna Griso sin que esta hiciera el menor amago de echar la carcajada. “No vamos a perder la educación”, comentó con el aire del fino aristócrata al que le espantaría tener que matar a una hormiga indefensa.

“No me ha contestado a nada. Espero tener más suerte en otra entrevista”, le dijo Ana Terradillos en la despedida. Tellado se reía con ganas al escucharla. “Prometo mejorar”, dijo para completar el chiste. Menuda excentricidad. No estaba ahí para esas nimiedades. El que quiera respuestas más sólidas que lea el horóscopo. Él sólo se ocupa de que alguien del Gobierno acabe en urgencias.

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