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El presidente de Castilla y León, atenazado por los casos de corrupción en la Junta

El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.

Laura Cornejo

El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, afronta el ecuador de su legislatura con serias dudas sobre su continuidad. Si principios del mes de marzo las luchas internas y las imposiciones de Génova lo apearon de la presidencia del PP de Castilla y León, lo que está ahora en cuestión es si debe seguir al frente del gobierno regional.

Herrera pasó de ser el presidente del granero de votos del PP a apenas poder sujetar una mayoría que dejó de ser absoluta en 2015. Gobierna gracias al acuerdo con Ciudadanos. Decía ese año, el de las elecciones, que Castilla y León no estaba en el “mapa de la corrupción”, pero lo cierto es que desde hacía más de un año, un juzgado de instrucción investigaba a la Junta de Castilla y León por la compra amañada y con sobrecostes millonarios de un edificio de la Consejería de Economía ahora conocido como el 'Perla Negra'. Las primeras pesquisas judiciales ya habían permitido, a principios de 2013 imputar a parte de la cúpula de esa Consejería. A lo largo de la instrucción, se ha conocido, por ejemplo, que el estudio de arquitectura que diseñó el inmueble, tuvo el pliego de condiciones antes de que se publicase, que se adjudicó a dedo su división interna al mismo estudio de arquitectos que reformó en negro la sede de Génova, o que se han pagado conceptos por partida doble. Pero la auténtica tormenta política ha llegado cuando el juez, a petición de Fiscalía, ha comunicado al exvicepresidente de la Junta, Tomás Villanueva, que está formalmente investigado, ocurrió hace 15 días, y una semana después de que Herrera afirmase en una comisión de Economía que tenía “plena confianza” en él. Sobre él pesa ahora una investigación patrimonial ordenada por el juez y que se extiende también a “familiares y allegados”. Su abogado la ha recurrido, por considerarla prospectiva e inconstitucional, y pide también que se retire la imputación. Pero no va a ser fácil.

Villanueva aterrizó en la Junta de Castilla y León en los 90 y ha recorrido varias consejerías (Industria, Comercio y Turismo, Educación, y Economía) hasta llegar a compatibilizar también la vicepresidencia del gobierno regional.

No sólo está investigado en el caso Perla Negra. Una semana después, el fiscal Anticorrupción solicitaba su declaración como investigado en la Trama Eólica, en el que hay 21 imputados por la tramitación de parques y presuntas mordidas de 80 millones de euros por parte de las eléctricas, instadas a aliarse con empresarios locales para conseguir las autorizaciones. La documentación aportada por el que fue viceconsejero y secretario general de Economía, Rafael Delgado, no dejaron otra opción al fiscal: eran correos de empresarios y eléctricas dirigiéndose directamente a Villanueva para recibir instrucciones para formar sociedades mixtas con empresarios que la Junta estimase “de interés”. La doble imputación de Villanueva ha hecho que los partidos de la oposición exigiesen la inmediata dimisión de Herrera. El Psoe cree que ha puesto la mano en el fuego y que está “achicharrado”, Podemos lo llama “zombi político” y Ciudadanos, su aliado, reclama una reprobación pública sobre Villanueva.

Pero es que además de la clara cercanía de Herrera con el que fue su hombre de confianza, hay otros lazos que se estrechan demasiado en torno al presidente. Herrera llegó a la Junta de Castilla y León también en los años 90, y lo hizo de la mano del hoy director de Recursos Corporativos de Iberdrola (que tiene a dos de sus antiguos directivos investigados en la Trama Eólica), Fernando Becker Zuazua. Los dos habían coincidido cuando preparaban oposiciones en el Colegio Cesar Carlos. Herrera, después de 11 años no consiguió sacar la de notarías. Becker Zuazua fue consejero de Economía de la Junta durante el gobierno de José María Aznar en Castilla y León, era uno de los integrantes del 'clan de Valladolid'.

Enseguida hizo secretario general a Herrera, un hombre 'no de partido', pero que sabía relacionarse bien. Tanto es así que, cuando Juan José Lucas sucede a Aznar en la presidencia, traba amistad con él, a pesar de que Becker y Lucas no se apreciaban demasiado. Así, cuando Lucas deja la presidencia para ponerse al frente del Ministerio de Administraciones Públicas, acaba optando por Herrera como sucesor, y deja en el camino a los dos aspirantes 'oficiales', sus dos vicepresidentes: José Manuel Fernández Santiago (años después estaría imputado en el caso Gürtel) y Tomás Villanueva.

La amistad de Becker y Herrera se ha fraguado y fortalecido durante décadas, el presidente se refiere a él como “compadre” porque apadrinó a uno de sus hijos, y además intentó que Becker fuese el presidente de Caja España-Duero, resultante de la fusión entre Caja España y Caja Duero.

La relación de Herrera con Iberdrola pasa también por su presidente, el salmantino Ignacio Sánchez Galán con quien se reúne con cierta frecuencia. A la boda de su hijo en Ciudad Rodrigo, acudió el entonces consejero de Economía, Tomás Villanueva.

Pero el asunto de la trama eólica que más preocupa a Herrera es la carta de un empresario eólico, desvelada por eldiario.es en la que le alertaba de “abuso de poder” en la concesión de parques, solicitaba una reunión para hablarle de las peticiones que le hacían desde Economía, y la situación de paralización que sufrían sus proyectos.

Herrera convocó una rueda de prensa días después para dar explicaciones. Dijo que se alegraba de no haberse reunido con el empresario, que “lo único que quería era vender, hacer negocio”. Lo cierto es que Ibervento no tuvo más remedio que vender los parques que tramitaba porque no hubo forma de que le diesen la autorización. Este empresario declarará la semana que viene. De lo que cuente depende Herrera.

Lo que el PP teme es que la instrucción de la causa, declarada compleja, saque a la luz más de lo que se conoce hasta ahora. “Lo que el partido no quiere es otro Pedro Antonio Sánchez (el presidente de Murcia forzado a dimitir tras ser investigado por corrupción)”, comentan fuentes del PP. Tampoco interesa que a lo largo de dos años el PP de Castilla y León quede reducido a cenizas, y que el candidato oficioso que va a suceder a Herrera, Alfonso Fernández Mañueco, asuma unas elecciones predestinadas al fracaso. La estrategia podría ser hacerle dimitir con cierta rapidez pero con motivos claros. “Si le echan ahora, podría ser un escándalo, y él no se va a ir voluntariamente, y menos sin saber como va a evolucionar la investigación”, aseguran.

Mientras tanto, la dirección nacional del partido está a la espera, pero con la intención clara de hacer salir a Herrera y evitar “daños colaterales”. En medio de toda esa tormenta no ayuda su pésima relación con el número 3 de Rajoy, Fernando Martínez Maillo. En el Congreso del PP de Valladolid, varios miembros del gobierno Herrera, la consejera de Economía, Pilar del Olmo, el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez, y el vicepresidente, José Antonio de Santiago Juárez, dejaron vacíos sus asientos cuando llegó el turno del discurso de proclamación del presidente provincial a cargo de Martínez Maillo. El gesto no pasó desapercibido a nadie. “La guerra acaba de empezar”, aseguran.

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