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La caja B resucita como amenaza para el PP con el impulso de la Fiscalía

El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy

Pedro Águeda

La decisión de la Fiscalía Anticorrupción de apoyar la reapertura del caso de la financiación irregular del PP, adelantada este viernes por eldiario.es, ha hecho añicos la previsión del partido de Rajoy de disfrutar de un año 2017 sin leer ‘caja B’ en los titulares. El juicio de los ‘papeles de Bárcenas’ está previsto para 2018, una vez haya finalizado el del caso Gürtel allá por noviembre. Pero la petición de Anticorrupción para que Francisco Correa declare ante el juez José de la Mata puede devolver a lo más alto el interés por las presuntas mordidas que el partido en el Gobierno ha recibido desde hace dos décadas de las grandes constructoras del país.

Correa declaró en octubre ante el tribunal que le juzga como presunto cabecilla de la Gürtel que él y Luis Bárcenas buscaban empresarios que recibieran adjudicaciones a cambio de comisiones de entre el 2 y el 3%. Correa se quedaba con una parte y el resto iba al propio Bárcenas y al partido del que éste era gerente. La confesión provocó un gran revuelo mediático, pero la falta de detalle en tan rotunda afirmación y que ésta trascendía la cuestión juzgada en esa vista, provocó que las fiscales no ahondaran demasiado en los hechos descritos.

Sin embargo, la afirmación fue recibida como de calado por dos acusaciones populares del caso de la caja B, Izquierda Unida y ADADE. Ambas se dirigieron al juez De la Mata solicitando la reapertura del caso de la financiación irregular del PP porque para esa causa sí resultaba de vital importancia la declaración de Correa.

El caso de los 'papeles de Bárcenas' o caja B está ya en la Sala de lo Penal, pendiente de que se celebre el juicio. El juez De la Mata dictó apertura de juicio oral en mayo de 2015. Antes, la imposibilidad de demostrar que cada entrega de dinero negro de los 'papeles de Bárcenas' llegaba a Génova a cambio de una adjudicación concreta supuso el archivo de la causa contra la veintena de constructores y que al PP solo se le pueda reclamar 1,2 millones como responsable civil por el presunto pago con dinero negro de la reforma de Génova.

Ahora debe ser la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional quien valore si, antes de que se acerque el juicio, devuelve el caso al juez instructor para que recupere la investigación y decida sobre las peticiones de las acusaciones populares y Anticorrupción de practicar nuevas diligencias, incluida la declaración de Correa, algo que dan por seguro fuentes del caso.

El escrito apoyando la reapertura del caso de la caja B va firmado por el fiscal del caso, Antonio Romeral, quien recibió durante la instrucción críticas de las acusaciones populares, que le reprocharon falta de contundencia en los interrogatorios y su negativa a apoyar determinadas diligencias. La decisión de Romeral ha recibido el visto bueno de Belén Suárez, que ocupa la jefatura de Anticorrupción de forma interina tras la jubilación de Antonio Salinas el pasado octubre.

Está previsto que a finales de febrero o principios de marzo se conozca el nombre del nuevo fiscal jefe de la Fiscalía Anticorrupción, puesto al que optan tanto Romeral como Suárez, en una lista que comparten con otros pesos pesados del Ministerio Público. El nuevo fiscal general José Manuel Maza quiere contar con la opinión del Consejo Fiscal para esa decisión y el resto de nombramientos relevantes que tiene pendientes.

Correa cita en la misma caja B a Rajoy y Aznar

La declaración de Correa hace de la caja B el lugar de encuentro de dos políticos a los que separa un abismo en los últimos tiempos, José María Aznar y Mariano Rajoy. Correa se refirió a los tiempos del Gobierno de Aznar, en los que según su versión, los ministerios de Medio Ambiente y Fomento adjudicaban la gran obra pública a constructoras como Dragados, ACS, OHL y Degremont, a cambio de que éstas engordaran la caja de la que salían los gastos de las campañas electorales del PP. En ese Consejo de Ministros se sentaba Mariano Rajoy.

El ministro de Fomento de la época, Francisco Álvarez Cascos, deberá declarar como testigo en el caso Gürtel. Resta por saber si Correa, en el caso de ser citado, pronunciará su nombre ante el juez José de la Mata, el sustituto de Pablo Ruz. Las defensas de Correa y de otro de los propuestos por Anticorrupción para declarar, el empresario Alfonso García-Pozuelo, reconocían este viernes la sorpresa por la petición de la Fiscalía y aseguraban que todavía no habían hablado con sus clientes.

Los caminos de Correa y García-Pozuelo corren divergentes. Ambos se dirigieron a la Fiscalía para intentar alcanzar un pacto antes del juicio de Gürtel. Correa se retiró de forma inopinada en plena negociación, pero el antiguo dueño de Constructora Hispánica tiró de la manta y logró rebajar la petición de condena del Ministerio Público a dos años.

En su breve declaración en el juicio de Gürtel, García Pozuelo aseguró que el dinero que él entregó iba a “organismos centrales”. Fuentes próximas al empresario aseguran que se refería a la sede central del PP, Génova. Ante el juez De la Mata tendrá la oportunidad de ahondar en su arrepentimiento y colaboración si es citado. Cuando Pablo Ruz lo llamó durante la instrucción, el empresario se negó a declarar.

Correa, por su parte, es una incógnita. Las acusaciones creen que su confesión en Gürtel fue una estrategia calculada para aparentar colaboración sin pisar charcos procelosos. Ante el juez de la caja B, como acusado, tendrá ocasión de despejar dudas. Para entonces es más que probable que el empresario se siente ante el magistrado con una condena a sus espaldas, la que puede en las próximas semanas el Tribunal Superior de Justicia de Valencia por el caso Fitur.

La incógnita del comisionista Plácido Vázquez

Y Anticorrupción apoya un posible testimonio más, el de Plácido Vázquez, con el argumento de que fue citado como comisionista por Correa y, sin embargo, no ha declarado jamás ante juez instructor o tribunal. Su causa fue archivada en el marco de Gürtel porque la concesión que se le investigaba era tan antigua que había prescrito. “Plácido Vázquez y yo trabajábamos en conjunto… Si había éxito con la obra él recibía una cantidad”, ha dicho Correa durante.

La Fiscalía Anticorrupción no apoya la petición de declaración de Bárcenas por las acusaciones populares porque el extesorero no aportó novedades sobre la caja durante su declaración en juicio de Gürtel. Es más, Bárcenas desvinculó por completo a Rajoy de los amaños de Correa. En septiembre, un mes antes de que arrancara el juicio de Gürtel, el extesorero retiró su acusación del caso del borrado de los ordenadores que había dejado en Génova y de los que aseguraba guardaban información relevante de la financiación irregular del partido.

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