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Cristina Pardo: “'Los Durrell' da muy buen rollo, todos los personajes son mágicos”

Piedad Sancristóval

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La periodista navarra Cristina Pardo, que se dio a conocer masivamente en Al rojo vivo y va a cumplir tres años como conductora de su propio espacio en La Sexta, Liarla Pardo, se acercó de reojo a la serie Los Durrell, disponible en Filmin y Movistar: “Yo la veía por ahí, en las plataformas y la tenía pendiente, pero me encantan las series de espías y de tensión y siempre priorizo esas, y no tenía mucha prisa por verla. Además me había leído los libros de Gerald Durrell, la trilogía de Corfú y generalmente soy muy escéptica con series o películas basadas en libros que me he leído y que me han gustado, y concretamente estos me encantaron. Mi preferido es el primero, Mi familia y otros animales, del que ya solamente el título me parece una genialidad. Con los libros me había pasado una cosa que es muy poco habitual para mí, y es que normalmente un libro te puede hacer sonreír, pero es que con Mi familia y otros animales me entraba la risa a carcajadas. Lo disfruté muchísimo y eso es lo que me hacía ser escéptica con la serie”.

Sus recelos se probaron infundados desde el principio, según admite: “Es  verdad que una vez que la empiezas da muy buen rollo. Todos los personajes son muy mágicos”. El responsable de la serie, Simon Nye, ya había adaptado el primer libro de la trilogía como película televisiva para la BBC en 2005. Para Cristina Pardo, el formato elegido esta vez es el idóneo: “Como me ha gustado tanto y me he visto todas las temporadas seguidas, prefiero que sea una serie y no una película porque además, a diferencia de otras, de las que dices: 'La primera temporada me gustó pero la segunda no…, la tercera un poco más'. No, no, con esta no, todas las temporadas me pareció que tenían su encanto y las he disfrutado muchísimo. Me dio mucha pena cuando se acabó y además, el final, no es que no me gustara, pero te quedas un poco como 'no me puedo creer que acabe así'. Da un poco de rabia”. 

“Son estrafalarios, pero con un punto genial que me encanta”

Concretando el aspecto en el que reside el mayor atractivo de la propuesta, para Pardo es una respuesta sencilla: “Claramente en los personajes, me parecen espectaculares, están muy bien reflejados con respecto al libro, son muy divertidos. Es verdad que son estrafalarios, pero todos tienen un punto genial que me encanta”. 

La serie sigue la vida cotidiana de una madre viuda y sus cuatro hijos, que abandonan Inglaterra para establecerse en la isla de Corfú. “Se dan cuenta de que allí viven una vida mucho más relajada, —apunta Pardo—, más feliz, más despreocupada, y poco a poco se van metiendo en el ambiente”. En la serie no se hace referencia a ello, pero dos de los hijos serán de adultos notables escritores. El hermano pequeño, Gerald, es el autor de la trilogía que inspira esta ficción televisiva, y un naturalista extraordinario y vocacional que vive aquí la infancia más propicia para su afición. Y el hermano mayor, Lawrence, se convertirá en el autor de la tetralogía Cuarteto de Alejandría, que destaca entre todas sus obras como un clásico. Lawrence es aquí Larry, un intelectual a medio hacer, visto como alguien pomposo por su hermano menor: “Tengo claramente un personaje favorito que es Larry, —afirma la presentadora sobre él—. Ya es el que más me gustaba en los libros porque me parece que es genial, con esos aires que se da de escritor con un futuro muy prometedor. Sobre todo me encanta su socarronería y como contempla a los demás constantemente como si estuvieran permanentemente instalados en la mediocridad”. 

Los otros dos hijos no están tan dotados intelectualmente, pero ello no les hace menos atractivos, para la periodista: “También es verdad que a medida que fue avanzando la serie le fui cogiendo mucho cariño a la hermana, porque me parece que hace cosas muy ridículas pero al mismo tiempo muy graciosas y que además le pegan mucho, así que le cogí cariño, pero mi personaje favorito es clarísimamente Larry porque al pensar en él lo ves como alguien que es claramente insoportable, pero por otra parte es muy cómico todo lo que hace y todo lo que dice”.

“La casa se cae a pedazos, pero es tan acogedora que todo el mundo quiere ir”

Corfú no solo es protagonista, es que además la personalidad británica de sus nuevos habitantes hace brillar aún más su esencia mediterránea: “La sensación que me transmite la fotografía, la casa, la isla, los paisajes es espectacular” evoca Pardo: “Yo no conozco Corfú, sí que he estado en Grecia y me parece un sitio paradisiaco. Me llamó mucho la atención que cuando llegan te da la sensación de que sí, se trata de un sitio precioso, pero la casa se cae a pedazos y es muy decadente. En cambio, desde el minuto uno lo sientes como un espacio muy acogedor al que todo el mundo quiere ir y al que todo el mundo de hecho va. Yo diré que cuando vi las paredes descascarilladas de la casa dije: '¡Qué bonito, por favor! Esto lo quiero yo en mi casa'. Luego obviamente no. Pero sí consiguen que todo sea muy acogedor y muy bonito”.

Esa sensación placentera que provoca la serie reside también en numerosos detalles, como uno que ha llamado la atención de Pardo: “Con un solo sonido puedes saber qué personaje va a aparecer en la escena. Por ejemplo, con la máquina de escribir. Están en la playa y oyes el repiqueteo y ya solo eso te hace esbozar una sonrisa. O cuando están en la cocina de la casa, manteniendo una conversación bastante seria y se oye el sonido de una cabra dentro de la casa. Me parecía espectacular el que con estos sonidos ya pudieras reconocer a un personaje y sonreír”.

“Es un canto a la bohemia y a la tolerancia”

Ahora que resurge en España el debate sobre la memorización en la escuela propuesta por la Ley Wert o métodos más flexibles de enseñanza, como pretendería una nueva legislación, a Cristina Pardo le llama la atención este aspecto de la familia protagonista: “La serie es un canto a la bohemia y a la tolerancia. Es curioso como la madre alimenta todas las aspiraciones de sus hijos, y al mismo tiempo ves como al pequeño, a Gerry, a quien le encantan los animales, le permite crear un zoo en casa y no ir al colegio. Es como si ella dijera: 'Si a él lo que le gusta son los animales que aprenda todo sobre los animales', pero ¿qué pasa con todo lo demás? No sé si eso sería hoy muy realista, yo creo que no. Pero en todo caso, un día en casa de los Durrell no hay duda de que tiene que ser muy divertido y creo que también se aprenden cosas, es verdad. El niño pequeño no va al colegio pero al mismo tiempo aprenden muchas cosas de la vida, sobre todo a vivir sin trabajar”. 

La serie refleja una familia ligeramente distinta de las actuales, en la que unos no están pendientes de los demás todo el rato, ni organizan eventos todos juntos, sino que conviven en una cierta indiferencia cordial que deja a cada uno mucho margen para la libertad y el desarrollo personal. Según Pardo: “Me sorprende mucho la tolerancia de la madre, que se pasa toda la serie diciéndoles a sus hijos que tienen que meter dinero en casa porque no tienen suficiente para sobrevivir y al final termina aceptando o que la gente le ayude o echarse ella la casa a la espalda mientras los hijos siguen cada uno disfrutando de la vida a su manera y, básicamente, tocándose los pies”. 

“La madre les alienta a que sigan su camino pero luego no quiere que se marchen”

La madre es el centro en el universo de la serie. Está interpretada por Keeley Hawes, actriz que enlaza un papel con otro en cine, televisión, teatro y doblaje de videojuegos. Sobre su personaje sigue reflexionando Pardo: “También me llama la atención lo bien que está reflejado cómo, por un lado alienta a los hijos a que sigan su camino, a que hagan las cosas que les gusten, por muy raras que sean o por poco futuro que aparentemente tengan, pero luego, en cuanto los hijos quieren volar ella aparentemente no quiere que se marchen de casa, lo toma casi como una ofensa. Y por otra parte están los hijos, que varias veces a lo largo de la serie dicen que se quieren marchar de casa y luego todos terminan volviendo, lo cual es también bastante gracioso”. 

Es difícil no disfrutar con esta familia que logra un desorden armonioso, de hecho la periodista pamplonica se apuntaría a un verano Durrell: “Al verano que fuera, también es verdad, que estamos en pandemia, pero con ellos estoy segura de que me divertiría mucho”.

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