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La Mezquita de la M-30 vuelve a abrir sus puertas a no musulmanes por Ramadán

La Mezquita de la M-30 vuelve a abrir sus puertas a no musulmanes por Ramadán

EFE

Madrid —

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La popular Mezquita de la M-30 de Madrid, la más grande de España, vuelve abrir sus puertas este mes de Ramadán a no musulmanes con visitas guiadas que permiten conocer el recinto, profundizar en la cultura islámica y vivir la ruptura del ayuno con los fieles que acuden regularmente al templo.

Al caer la noche durante el mes de Ramadán, los alrededores de la Mezquita de la M-30 son un continuo ir y venir de gente que opta por celebrar en comunidad uno de los meses claves del calendario musulmán.

El gentío hace que muchos aprovechen la ocasión para vender en los alrededores comida, bebida y artículos de todo tipo, como zapatos, cafeteras o relojes.

Algunos hombres se ponen las chilabas y se calzan las babuchas nada más bajar del coche, otros entran al recinto con ropa de calle y las mujeres, por su parte, llegan a la zona portando ya el velo sobre sus cabezas, obligatorio también para las visitantes en una mezquita de línea conservadora.

“El ayuno lo llevo muy bien. Lo que más pesa es la sed, pero se aguanta”, dice Fátima, de 15 años, nacida en Madrid pero de padres sirios, que suele ir todas las noches de Ramadán con sus amigas a la Mezquita de la M-30.

Inaugurada en 1992 por el príncipe saudí Salman Abdelaziz, hermano del rey Fahd, y por el rey Juan Carlos I sobre un terreno cedido por el Ayuntamiento de Madrid al precio simbólico de una peseta, es la mezquita más grande de España y la segunda de mayor tamaño de Europa tras la de Roma.

Aunque popularmente es conocida como la Mezquita de la M-30 debido a que una de sus fachadas mira hacia la Calle 30, el nombre oficial del recinto, de 12.000 metros cuadrados, es Centro cultural Islámico de Madrid.

Es una de las 41 mezquitas que hay en la capital y la más destacada junto con la Central de Madrid, en el distrito de Tetuán, que es la más antigua de la ciudad.

Todas estas mezquitas dan servicio a los más de 285.000 musulmanes que hay en la Comunidad de Madrid, que desde el pasado 17 de mayo y a lo largo de un mes no pueden comer, beber, fumar o mantener relaciones íntimas desde el alba hasta la puesta del sol.

Este año por segunda vez la Mezquita de la M-30 ha abierto sus puertas al público no musulmán durante Ramadán con visitas guiadas, la primera de las cuales tuvo lugar anoche a cargo de Rafael Martínez, autor del blog madridarabe.es.

“Es el centro de la vida árabe en Madrid, tiene mucho peso económico y religioso”, explica el experto.

Este sábado de 19.30 a 21.30 horas habrá otra visita guiada, organizada en este caso por la propia mezquita.

“Nuestra intención es que la gente conozca cada vez más la mezquita, el centro islámico, a los musulmanes, en qué consiste el ayuno... que sepan de primera mano qué se hace”, cuenta a Efe el jefe del departamento cultural, Sami El Mushtawi.

Asegura que los no musulmanes son “bienvenidos en cualquier momento” porque la entrada a la mezquita es “libre y gratuita”, aunque aconseja avisar con antelación para poder hacer una atención más personalizada, especialmente en el mes de Ramadán, cuando el templo abre 24 horas al día.

Financiada por la Liga del Mundo Islámico, con sede en Arabia Saudí, la construcción de la Mezquita de la M-30 ascendió a 12 millones de euros y cuenta cada año con un presupuesto superior a los 2 millones.

El edificio, de seis plantas y construido en mármol blanco de Almería, tiene una sala de oración para hombres y otra para mujeres en proceso de construcción de más de 600 metros cuadrados cada una.

Además, dispone entre otros espacios de una biblioteca, una sala fúnebre, un salón de actos, una cafetería, un restaurante y un gimnasio con horarios diferenciados en función del sexo.

El recinto, en el que vive el imán y el responsable de asuntos culturales, es una ciudad en miniatura llena de vida que oferta a lo largo del año conferencias y clases de árabe.

Durante el Ramadán prepara cenas gratuitas para alrededor de 450 personas que nada más caer la noche rompen el ayuno con dátiles y leche.

Tras la oración llega la comida más copiosa, compuesta normalmente de una sopa, un plato principal, zumo y frutas.

“Como normalmente en casa pero es bueno venir con los hermanos, charlar y romper el ayuno juntos”, dice Alberto, musulmán converso de 28 años que la noche del viernes ha compartido su cena con los más de 30 visitantes del recorrido.

Uno de ellos, Walker, de origen estadounidense, destaca el trabajo que la Mezquita de la M-30 está haciendo por “promover el entendimiento y el acercamiento en la sociedad española”.

“Es muy positivo, refleja el espíritu del mes de Ramadán”, apunta.

Una opinión que comparte María, otra de las visitantes, que cree que una actividad de este tipo es “muy útil para conocer a nuestros vecinos” musulmanes y “descartar prejuicios y miedos”.

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