Visto para sentencia el juicio contra dos reporteros detenidos en Birmania

Un tribunal birmano dejó hoy visto para sentencia el juicio contra dos periodistas de la agencia Reuters, Wa Lone y Kyaw Soe Oo, acusados de vulnerar presuntamente la Ley de Secretos Oficiales durante una investigación relacionada con la limpieza étnica de la minoría rohinyá.

Los informadores birmanos conocerán si son absueltos o condenados el próximo 27 de agosto de los cargos, que contemplan una pena máxima de 14 años de cárcel.

“Después de la última apelación, definitivamente puedo decir que no somos culpables. La parte acusadora no puede probar o alegar que somos culpables”, afirmó Wa Lone tras la vista.

“Así que creo firmemente que puedo ir a ver a mi hija pronto. Quiero decir que el 27 de agosto seré el día del fallo histórico para nuestros medios”, agregó el reportero, que compareció esposado ante la prensa.

Wa Lone y Kyaw Soe Oo fueron detenidos la noche del pasado 12 de diciembre tras reunirse con dos policías que les entregaron documentos supuestamente confidenciales, por lo que los reporteros fueron acusados de vulnerar la Ley de Secretos Oficiales, una norma de la época colonial.

Los periodistas investigaban el asesinato de una decena de rohinyás descubiertos en una fosa común en la villa Inn Din en el estado Rakáin (oeste), masacre por la que siete soldados birmanos fueron más tarde condenados a diez años de prisión.

La instrucción del caso contra los periodistas comenzó el pasado enero y el 9 de julio arrancó el juicio en un tribunal de Rangún, la antigua capital.

El suceso de Inn Din está relacionado con la campaña de castigo que inició el Ejército birmano tras el ataque del grupo insurgente Ejército Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA) contra varios puestos policiales y fronterizos el 25 de agosto de 2017.

Desde entonces, unos 700.000 rohinyás, una minoría mayoritariamente musulmana, han huido a la vecina Bangladesh donde viven hacinados en campos de refugiados atendidos por la ONU y organizaciones no gubernamentales.

Altos representantes de Naciones Unidas han calificado la persecución contra los rohinyás en Rakáin (antiguo Arakan) de limpieza étnica con “marcas de genocidio” conforme a los testimonios recogidos entre los supervivientes y refugiados en Bangladesh.

El Gobierno birmano niega las acusaciones y justifica el operativo militar como una respuesta legítima al ataque de “terroristas”, al tiempo que insiste en considerar a los rohinyás como “bengalíes” y negarles la ciudadanía.