La RAE no eliminará palabras “ofensivas” con la mujer si aún se usan
“Nunca se podrá prescindir de palabras ofensivas si aún se usan”, ha manifestado este lunes el miembro de la Real Academia Española (RAE) Darío Villanueva, en referencia a los términos “injustos” o “arbitrarios” contra las mujeres, que ha equiparado a otros como “jesuita” o “judiada” que también cuentan con significados peyorativos. Según ha señalado durante la presentación del libro 'La lengua y la palabra', “se depuran continuamente las definiciones en todo aquello que puede ser ofensivo con el modo en el que se dice”, pero el diccionario de la RAE nunca podrá “suprimir” palabras porque son “canallas o inofensivas”, “simplemente porque esas palabras se usan”.
En el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, Villanueva ha hecho estas declaraciones tras ser preguntado por la posibilidad de modificar o evitar ciertas palabras sexistas que pueden fomentar la violencia contra las mujeres. Según argumenta, eliminar ciertas palabras porque son “injustas” supondría el “final del diccionario”, ya que comenzaría una espiral “que no tendría fin”. No obstante, matiza que el hecho de que aparezcan no significa que se promueva la violencia y subraya que “se están depurando” todo lo que se puede.
El también académico José Manuel Sánchez Ron ha apoyado la postura de su compañero con el argumento de que eliminar términos significaría “matar la historia”. “Los valores son una cosa, la historia otra. El Diccionario de la RAE es como un cubo rubik que contiene montones de dimensiones”, ha señalado. En la misma línea, la académica Carmen Iglesias ha defendido que la RAE “no reinventa palabras y acepciones”, sino que la sociedad evoluciona y va dejando atrás palabras que ya no tienen vigencia. En este sentido, indica que existen acepciones que se encuentran en la literatura del Siglo de Oro, por ejemplo, que han de aparecer en el diccionario.
La nueva edición elimina las acepciones machistas de algunas palabras
No obstante, algunas de las acepciones más denostadas por su sesgo machista desaparecerán en la vigesimo tercera edición, que saldrá en octubre de 2014. Lo femenino dejará de equivaler a “débil y endeble”, y lo masculino ya no será sinónimo de varonil y enérgico. Tampoco será más huérfano quien haya perdido al padre que a la madre. Los verbos periquear y babosear ya no se referirán a la mujer en los términos de “disfrutar de excesiva libertad” u “obsequiar con exceso” y en las cerca de 93.000 entradas de la nueva obra se incorporará lema doble para profesiones como herrero, costalero, soldador o cerrajero, entre otros.
Esta próxima edición no va a ser la “última edición en papel”, sino que se editará en papel y tendrá ediciones digitales. La RAE no se muestra “apocalíptica” ante la irrupción de las nuevas tecnologías, ya que no consideran que con ellas se vaya a perder la lengua. En este sentido, respecto al uso de abreviaturas en los dispositivos móviles, Villanueva indica que ya se usaban en la Edad Media.
La presentación de “La lengua y la palabra”
Con motivo del tricentenario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE), la institución ha organizado una exposición que acogerá la Biblioteca Nacional de España hasta el 26 de enero, así como la publicación del libro 'La lengua y la palabra', en el que se repasa el papel del español en la historia y se abordan los retos del futuro del idioma.
En este volumen participan como coordinadores los académicos Rosa Iglesias y José Manuel Sánchez Ron, y como autores Darío Villanueva e Ignacio del Bosque, quienes este lunes presentan el contenido de este libro y que horas antes han expuesto ante los medios brevemente los contenidos que se desarrollan. Iglesias abordará esta tarde los tópicos respecto a la introducción de la lengua española en América que, según ha explicado, se realizó a través de las repúblicas independientes, mientras que Sánchez Ron hablará de la compleja relación entre la Academia y el poder. Por su parte, Villanueva se centrará en las tecnologías de la palabra y en cómo se han adaptado los hablantes y la propia RAE a cada una de ellas.