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“Nunca me habían discriminado por ser diabética hasta que quise opositar”

Una prueba de diabetes

Laura Galaup

“Fue la primera vez en mi vida que me sentí discriminada por ser diabética”. Carmen tenía 27 años y recuerda perfectamente el primer día clase, y el último, que acudió a una academia para preparar una oposición al Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias. “El profesor nos dijo que para acceder a la plaza había unas excepciones médicas y una de ellas era la diabetes. Yo no me lo podía creer, trabajo como educadora social, soy bailaora en mi tiempo libre y jamás la diabetes me ha impedido hacer nada”, apunta esta joven.

Desde la Federación de diabéticos españoles explican que esta patología supone una exclusión médica en algunos puestos de la administración pública. Es el caso de policías, guardias civiles, bomberos, taquilleros del metro en Madrid, funcionarios de prisiones o militares. “No se pueden sentar ni a hacer el examen. Por ese requisito son discriminadas seis millones de personas, el número de diabéticos que hay en nuestro país”, indica el presidente de la organización, Andoni Lorenzo.

La exclusión médica aparece publicada en los boletines oficiales en los que se convocan las plazas. Si es a nivel nacional son órdenes publicadas en el BOE, como el caso de la Policía Nacional, funcionarios de prisiones o agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera. Pero también ocurre en comunidades autónomas y ayuntamientos cuando se convocan oposiciones. Por ejemplo, se les excluye en el examen de Mossos d'Esquadra, en el cuerpo de bomberos de la Comunidad de Madrid o para puestos de policía municipal en municipios de Castilla y León.

La diabetes se produce cuando el cuerpo no puede generar suficiente cantidad de insulina o no puede usarla eficazmente, esta hormona actúa como una llave que permite a las células absorber la glucosa y utilizarla como energía.

“Cada diabético es un caso, no somos todos iguales”, reseña Daniel Villar, bombero que lleva 15 años trabajando en Logroño. A él le diagnosticaron diabetes hace cuatro años, cuando ya estaba dentro del Cuerpo de extinción de incendios. “Ahora estoy mejor que antes: cuido mi alimentación, no como fast food o bollería industrial”. Estuvo de baja durante los meses en los que esta patología hizo acto de presencia, pero asegura que una vez tratada no ha tenido ningún problema.

“A mí la experiencia me ha ayudado a calibrar el desgaste físico. Hay que ganarle la partida a la hipoglucemia. En salidas largas y exigentes suelo llevarme barritas de hidratos de carbono”, comenta este deportista que en su tiempo libre se entrena para correr pruebas de 50 kilómetros en la montaña.

La Federación considera que este tipo de casos demuestran que sí pueden ocupar los puestos a los que no dejan acceder a los diabéticos diagnosticados. Además, inciden en que si un paciente se cuida y controla su insulina puede llevar una vida similar a la de un ciudadano de a pie. Por eso defienden un modelo alternativo por el que esta patología deje de ser “motivo general de exclusión” y se valoren los casos de forma individual. “No entendemos que no podamos ser funcionarios de prisiones y sí neurocirujanos”, continúa Lorenzo.

“Es una exclusión que ha estado ahí siempre. A su favor tengo que decir que hace 50 años era una patología compleja”, añade el presidente de la Federación que se muestra crítico porque este criterio no se haya revisado en las últimas décadas. Por ejemplo, en el caso de las oposiciones al Cuerpo Nacional de Policía la normativa data de 1988. Al igual que esta patología también son excluyentes la cirrosis hepática, sordera completa, epilepsia o esquizofrenia.

Según explica la coordinadora del grupo de trabajo diabetes mellitus de la Sociedad Española de Endocrinología, Rebeca Reyes, “debería valorarse cada caso de forma individual” ya que “las herramientas para controlar la diabetes han mejorado”. “Dado que el diagnóstico de esta patología en un empleado público no supone la baja de su cargo, no parece lógico que esta enfermedad sí impida el acceso a la función pública”, finaliza Reyes.

“La diabetes no es una discapacidad”

Carmen inició una petición de firmas en Change.org para que el Ministerio de Sanidad revisase este criterio, ya que no quería hacer frente al desembolso económico de un proceso judicial. Por su parte, Alan (nombre ficticio) decidió llevar su caso a los tribunales en 2012 al ser excluido del proceso de selección para Jefe de Vestíbulo del Metro de Madrid por tener diabetes.

Tres años después, la justicia le ha dado la razón. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha obligado a esta empresa pública a contratar al joven, ya que los magistrados sostienen que la diabetes “no tiene la consideración legal de discapacidad” y, por lo tanto, ese criterio de exclusión “carece de justificación alguna”.

“Con buena educación se mantiene estabilidad laboral”

El portavoz de la Federación tampoco considera que, de por sí, sea “una patología inhabilitadora”. “Una adecuada educación diabetológica y un tratamiento correcto permitirán al trabajador diabético mantener su actividad laboral, sin perjuicio de que pueda precisar periodos de incapacidad laboral temporal en caso de complicaciones agudas o descompensaciones metabólicas”, apuntan en el artículo coordinado por la doctora Mª Teofila Vicente-Herrero y en el que participaron varios endocrinos y profesionales especializados en medicina del trabajo, publicado en la revista especializada Avances en Diabetología.

En este artículo explican que “los niveles altos de glucosa en la sangre pueden causar hambre, sed, dolor de cabeza, visión borrosa, orinar con frecuencia, piel seca y con picazón y, si no se recibe tratamiento por cierto tiempo, cetoacidosis diabética, que puede causar dificultades al respirar, coma, e incluso la muerte”.

PNL en contra de este criterio

A finales del 2015 la reivindicación de estos diabéticos llegó al Congreso, el PSOE presentó una proposición no de ley (PNL) en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales por la que instaban al Gobierno a que esta patología dejase de ser “motivo general de exclusión”. Con la disolución del Congreso y la convocatoria de elecciones la PNL caducó y no se llegó a debatir. “En cuanto haya un nuevo Ejecutivo volvemos a la carga, queremos que el artículo 14 de la Constitución sea una realidad y no seamos discriminados por el hecho de ser diabéticos”, finaliza el presidente.

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