La escuela, el primer muro europeo contra el yihadismo

Los ministros de Educación de la Unión Europea (UE) acordaron hoy una serie de iniciativas para prevenir la radicalización a edades tempranas, que van desde líneas de ayuda telefónica para los jóvenes a herramientas para que los profesores construyan una alternativa sólida al discurso extremista.

Son algunas de las conclusiones adoptadas por los titulares europeos de Educación, reunidos hoy y mañana en Bruselas en un contexto de recientes ataques terroristas en varios Estados miembros como Bélgica o Francia.

“Muchos sospechosos de terrorismo son nacionales de la Unión Europea radicalizados, a menudo perturbados por influencias ideológicas que emplean potentes y ágiles medios para reclutar e inducir, que se suman a los métodos cara a cara”, resume el texto adoptado.

Los ministros coinciden en que la xenofobia, la discriminación, la escasa educación, las pocas oportunidades laborales, la marginación o la degradación urbana proporcionan “un terreno fértil” en el que se genera el fenómeno de la radicalización extremista.

Por ello, prosiguen los responsables en el ámbito de la educación de más de 500 millones de personas, es necesario trabajar con los jóvenes desde muy jóvenes, a través de la cultura o el deporte y desde una perspectiva colectiva, pero también centrándose en la situación de cada chaval en particular.

Solo así se puede detectar la radicalización en etapas tempranas, un aspecto vital de la respuesta que quiere dar la UE a los extremismos y que, frecuentemente, requiere un trabajo cercano con los padres, el resto de alumnos y los allegados de los jóvenes.

Así, las conclusiones adoptadas recomiendan que se habiliten líneas telefónicas de ayuda al alcance de los jóvenes.

Recomiendan también que se dote a los profesores y formadores de mejores equipos y conocimientos para trasladar a los alumnos “narrativas positivas” que incidan en la “diversidad” y los “valores comunes”.

Las conclusiones adoptadas, doce páginas de recomendaciones voluntarias a los Estados miembros basadas en los debates previos en el seno de la UE, reconoce que si bien la educación es un dique de contención esencial, es solo una pata más de una amplia estrategia antiterrorista.

“Los recientes ataques (...) en Europa reflejan que el terrorismo global se ha convertido en un fenómeno más complejo, descentralizado y, en muchos aspectos, más difícil de detectar, en parte por el cada vez más rápido proceso de radicalización”, dicen.

La respuesta, por tanto, requiere de un esfuerzo “intraeuropeo” pero también debe apoyarse en las “relaciones externas de la UE para atacar las causas de raíz, centrándose particularmente en la cooperación con la región balcánica, Turquía y el norte de África”, agregan.

Aunque las medidas apuntan esencialmente al fenómeno de extremismo yihadista, los ministros subrayaron que sus conclusiones se dirigen a “todos los tipos de radicalización que conducen al extremismo violento, sin importar la ideología religiosa o política que haya detrás”.

En la sesión de mañana, los ministros de la UE cerrarán su reunión bianual con asuntos relativos a la Cultura y el Deporte.

En concreto, en el plano de la Cultura se debatirá sobre la inclusión de Noruega, Islandia o Lichtenstein -que no forman parte de la UE- como elegibles para albergar capitales europeas de la cultura entre 2020-2033, y se intentará, además, avanzar en el paquete legislativo para abordar las nuevas tecnologías y modelos de negocios del sector audiovisual.

Por último, se buscará reforzar el papel del deporte como herramienta diplomática en las relaciones exteriores de la Unión.

El ministro español de Educación, Cultura y Deporte y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, ofrecerá mañana una conferencia de prensa y no intervino hoy en la sesión del Consejo, pues cedió su turno de palabra a la consejera de Educación del Gobierno vasco, Cristina Uriarte, quien trasladó un mensaje común de todas las comunidades autónomas españolas.

Estas, en sintonía con el Gobierno central, consideran que se debe fomentar una escuela inclusiva y favorecer un aumento de la inversión en formación mayor con el entorno empresarial y una profundización en las relaciones intersectoriales como pilares para mejorar la calidad educativa, dijo.