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Las aves migratorias prefieren las gambas de las Marismas de Santoña

Las aves migratorias prefieren las gambas de las Marismas de Santoña

EFE

Santoña —

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El Parque Natural de las Marismas de Santoña (Cantabria) se está convirtiendo en una parada obligatoria en el tránsito migratorio de aves acuáticas que en esta época del año viajan cerca de 12.000 kilómetros buscando zonas cálidas en África para invernar, tras reproducirse en el norte de Europa.

De hecho, desde que comenzó septiembre ya se avistan bandadas de espátulas que visitan cada día este área medioambiental del estuario del río Asón atraídas tanto por su ubicación privilegiada -a mitad de camino de su “empresa”-, como por las zonas de refugio frente a depredadores.

Y, sobre todo, por las pequeñas gambas o esquilas que quedan atrapadas en los sedimentos tras la retirada del mar.

Unos “encantos” que seducen a esta especie animal, consolidando al Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel como uno de los principales focos migratorios del norte de España para detenerse unas horas a repostar.

Y es que, aunque la riqueza de la avifauna, con más de 40 especies diferentes, sea patente entre familias de 'ardeidas', 'limícolas' y 'anátidas', uno de los símbolos migratorios de los humedales costeros de Cantabria es este animal vertebrado, zancudo de gran tamaño y tonos blanquecinos, que hereda su nombre de su peculiar pico largo y aplanado en su extremo, a modo de espátula.

Su población mundial se cuantifica en torno a 60.000 parejas, siendo entre el 50 y el 75 por ciento residentes en el antiguo continente, por lo que con la llegada de los equinoccios y los cambios de temperaturas, las espátulas realizan un camino de ida y vuelta desde países nórdicos y occidentales hasta los humedales de Túnez, Sudán, Mauritania y Senegal para protegerse del frío.

En España, las colonias de crías estables más importantes se encuentran en las marismas del Guadalquivir y del Odiel, pero “para reponer fuerzas en su largo viaje” recurren a 'áreas de servicio puntuales' como las marismas de Santoña, Victoria y Joyel, explica a Efe Juan José Aja, voluntario de Seo/BirdLife de Cantabria.

“Llegan en grupos a lo largo del día, se alimentan durante la bajamar, descansan en posaderos y prosiguen su viaje a la mañana siguiente aprovechando los vientos cálidos que favorecen su vuelo”, añade.

Aja incide en la importancia de “cuidar” este tipo de espacios naturales para el desarrollo de la biodiversidad, porque representan “un pequeño porcentaje” de los humedales que existían “hace cien años” al sufrir efectos de desecación, uso agrícola y contaminación a través de vertidos incontrolados.

Desde colectivos como Seo/BirdLife se organizan campañas de concienciación ambiental y de participación ciudadana basadas en acciones de limpieza de residuos, plantación de árboles autóctonos e implementación de cajas nido para la avifauna.

Aja alerta de la existencia de nuevos “enemigos” para las aves migratorias, como son los tendidos eléctricos y la “mala ubicación” de parques eólicos que afloran en los puertos de montaña, ya que ponen en peligro el tránsito ordinario de los 'viajantes aéreos'.

“No estamos en contra de este tipo de instalaciones que generan energías renovables y limpias, sino que sugerimos que se coloquen en puntos estratégicos que no dañen las rutas migratorias”, matiza.

Todo ello para que dentro de seis meses las aves regresen de nuevo sanas y salvas al paraje natural del Asón y continúen su ciclo vital hacia áreas septentrionales en busca de condiciones óptimas para su reproducción.

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