Un niño de 12 años falleció ayer en Valladolid horas después de recibir un disparo en la cabeza con un revólver que manipulaba su primo, de 16. Los dos menores se encontraban solos en una vivienda del barrio Huerta del Rey, en la calle Francisco Mendizábal, donde predominan las viviendas sociales, y con una conflictividad media.
Según fuentes del Cuerpo Nacional de Policía, los hechos se desencadenaron poco antes de las 21.50 horas, cuando el chico de 16 años salió de la vivienda pidiendo ayuda porque su primo había recibido un disparo. Las mismas fuentes confirmaron a eldiario.es que la bala, de pequeño calibre, impactó en la parte de atrás de la cabeza del niño, cerca de la oreja. El pequeño fue trasladado al Hospital Clínico Universitario en estado crítico y falleció pasada la una de la madrugada.
Su primo ingresó en el Hospital Río Hortega con una crisis de ansiedad. Aunque ya ha abandonado el centro, y ha acudido a comisaría acompañado de sus padres y un abogado, se ha negado a declarar. La prueba del kit de disparo que se le ha realizado confirmará en unas horas la única hipótesis posible, dado que los dos niños estaban solos en el piso y que la víctima difícilmente pudo apuntarse en la parte trasera de la cabeza: que fue el mayor de ellos quien manejaba el revólver cuando se le disparó accidentalmente. Será la Fiscalía de Menores quien investigue los hechos a partir de ahora.
Paralelamente, el abuelo de los dos chicos, dueño de la vivienda y del revólver, está detenido por tenencia ilícita de armas. A.L.J., de 75 años, tiene dos antecedentes policiales, uno de 1988 por homicidio en grado de tentativa, y otro de 1996 por un delito contra la propiedad. El revólver estaba guardado pero era de fácil acceso, y los menores conocían su existencia, confirmaron las mismas fuentes.