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El nuevo currículo de Secundaria elimina el límite de suspensos para promocionar y prima pensar sobre memorizar

Imagen de archivo de una clase de un instituto. EFE/ Xoán Rey.

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Por fin –los centros empiezan a ir justos con los plazos– el Consejo de Ministros ha aprobado este martes el currículum de Secundaria de la Lomloe. El nuevo texto, que ordena las enseñanzas, evaluación, promoción y titulación en la etapa, entrará en vigor en los institutos a partir de septiembre en 1º y 3º de la ESO y el siguiente curso en 2º y 4º.

El nuevo currículum presenta importantes novedades respecto a las anteriores versiones: los suspensos dejan de ser un criterio fijo para decidir sobre la repetición de curso, se reordenan las asignaturas pero sigue sin recuperar la Ética para la etapa ni se ataca la deficiente formación en Informática (según el profesorado) y da paso a un enfoque competencial del aprendizaje, que deja de lado los listados de contenidos a aprenderse a cambio de una aproximación más basada en la transversalidad y el “saber hacer”, un movimiento que buena parte del profesorado rechaza por considerar que supone una bajada del nivel de exigencia de los institutos.

Del “saber” al “saber hacer”

Es quizá el principal cambio y uno que ha levantado un buen debate entre el profesorado. Los currículums incorporan un cambio de sistema respecto a la Lomce que no será nuevo para todos los profesores –muchos de ellos ya trabajan bajo estos parámetros más competenciales–, pero sí pueden coger con el paso cambiado a otros. Los nuevos textos pasan de unos contenidos marcados hasta el último milímetro en la Lomce, de los listados de contenidos, a unos currículos más abiertos en la Lomloe en los que se pone el foco en qué se sabe hacer con los conocimientos que se tienen.

Los críticos enumeran sus reproches: se vacían los currículos de contenido, se abre la puerta al uso de metodologías sin evidencia científica detrás, se rebaja la exigencia, no aparecen la regla de tres, los números romanos ni los Reyes Católicos (estos probablemente sean anecdóticos) y la indefinición abre la puerta a que cada comunidad haga una cosa distinta, se argumenta entre otras cuestiones contra esta parte (nuclear) de la Lomloe. “Es un milagro hacer un currículum de Física de la ESO sin mencionar a Newton”, ejemplificaba un profesor de la materia.

Sin límite de suspensos para pasar

Este cambio tiene algo de tramposo porque ofrece un titular llamativo (“Educación elimina el límite de suspensos para pasar de curso”), pero realmente lo que hace es dar carta de naturaleza a lo que ya se hace en muchos claustros: dicho con simpleza, el profesorado decidirá si un alumno o alumna está preparado o no para promocionar en base a la práctica diaria, más allá de algún suspenso concreto.

El equipo docente, de manera colegiada, evaluará si el alumno ha alcanzado las competencias y los objetivos de la etapa y por tanto si puede continuar o no. En todo caso, promocionarán quienes hayan superado las materias o ámbitos cursados o tengan evaluación negativa en una o dos materias.

El nuevo currículo también pretender rebajar la alta tasa de repetición que tiene España, que es el país de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) con más repetidores en Secundaria: casi el 9% frente al 1,9% de la media de la treintena de países de la OCDE, informa Efe. La permanencia en el mismo curso se considerará una medida de carácter excepcional, por lo que solo se podrá usar una vez en el mismo curso y dos veces como máximo a lo largo de la enseñanza obligatoria.

¿Y la Ética?

En la ESO, el alumnado tendrá al menos siete asignaturas obligatorias por curso (Biología y Geología y/o Física y Química, Educación Física, Geografía e Historia, Lengua Castellana y Literatura, Lengua Extranjera y Matemáticas) más “al menos” una por curso entre Educación Plástica, Visual y Audiovisual y Música, que tendrán que ubicar las comunidades. Entre las principales novedades de esta etapa está que ahora Tecnología, que añade el apellido “y Digitalización”, tendrá que ser obligatoria en al menos un curso entre 1º y 3º de la ESO.

También aparece en esta etapa, ya en el cuarto curso y como una “materia de opción” a elegir (hasta ahora no era obligatorio ofertarla), la materia Formación y Orientación Personal y Profesional que, explica el ministerio, propone una “aproximación a lo humano a partir de disciplinas como la psicología, la antropología y la sociología, que lo analizan y enfocan desde perspectivas complementarias. Esta materia contribuye a conocer y entrenar habilidades personales y sociales necesarias para participar, crear y desarrollarse en los grupos humanos, tanto en el ámbito personal como social y académico con una proyección vocacional y profesional hacia el futuro”.

También se queda fuera de la etapa la Ética, que el PP sacó de Secundaria y el PSOE se comprometió a recuperar, aunque la Red Española de Filosofía asegura que no. Para el Ministerio es una cuestión de semántica: habrá una asignatura de Valores que incluirá estas cuestiones; los filósofos rebaten que eso no es Filosofía.

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