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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

La influencia de la sequía y el cambio climático en el éxodo de refugiados sirios

Los miles de refugiados sirios que han atravesado Europa con destino a Alemania habrán recorrido más de 3.500 kilómetros. Su viaje, plagado de penurias, se ha convertido en el mayor éxodo en el viejo continente desde la II Guerra Mundial. Dejan atrás un país destrozado por la guerra y asolado por las sequías extremas que han destruido casi por completo una de sus regiones más fértiles. El pueblo sirio no solo es víctima de la mala gestión de sus gobernantes y de la violencia del conflicto armado, sino que también ha sufrido los estragos provocados por el cambio climático. Pero ¿quiere esto decir que la guerra fue causada por el cambio climático?¿Se puede considerar que los ciudadanos sirios que deambulan por Europa son también refugiados ambientales?

El pasado marzo un estudio publicado en la revista PNAS estableció una relación entre las sequías sufridas por el país árabe en el periodo 2006-2011, las mayores desde que se tienen registros, y el origen del conflicto. “Llegamos a la conclusión de que el cambio climático de origen antropogénico fue un factor que contribuyó a la sequía y, por tanto, a la cascada de eventos que siguieron, como el colapso del sector agrícola, la migración masiva y, en última instancia, el levantamiento que posteriormente terminaría por convertirse en una guerra civil”, explica a eldiario.es el principal autor del estudio, el investigador de la Universidad de California, Colin Kelley.

Según los datos recogidos en el estudio, la sequía terminó con casi el 60% del sector agrícola y mató a más del 80% del ganado de la región del Creciente Fértil, al norte de Siria. Este colapso, unido a otros problemas derivados de una gestión deficiente del gobierno sirio, provocó que más de un millón y medio de personas migrasen de estas regiones de campo a las ciudades más cercanas. Los autores del estudio insisten en que no están afirmando que la sequía haya provocado la guerra, ni el éxodo masivo de ciudadano sirios, pero sí que ha sido uno de los factores que ha contribuido a generar inestabilidad en la región. “Está claro que el principal motivo que ha llevado a los sirios a huir del país es el conflicto armado, pero también hay otros motivos que han agravado la situación, como el cambio climático o una producción agrícola insostenible”, señala Kelley.

Habrá más refugiados

Muchos analistas coinciden en destacar que los eventos extremos provocados por el cambio climático pueden generar mayor inestabilidad en diversas regiones. En 2003 un informe del pentágono ya alertaba sobre esta posibilidad, anunciando que el aumento de este tipo de eventos suponía “un grave riesgo para la estabilidad social, económica y política” del planeta. También el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, aseguró en su primera conferencia de prensa que el “calentamiento global no sólo es uno de los grandes retos ambientales de nuestro tiempo, sino que también es uno de los mayores desafíos humanos, con consecuencias inmediatas y graves para los derechos humanos”. Según las evidencias de que disponen los científicos, el cambio climático puede amplificar las vulnerabilidades y las inestabilidades existentes y por lo tanto “contribuirá a un gran aumento del número de refugiados a nivel mundial en los próximos años”, asegura el doctor Colin.

Estudios anteriores también han establecido relaciones más o menos directas entre efectos climáticos y conflictos bélicos. Sin embargo, exagerar el vínculo entre la sequía de Siria y los sucesos acaecidos tras la primavera árabe, llamando refugiados ambientales a los ciudadanos sirios, está fuera de lugar. Según Colin, “el término refugiado ambiental se debería utilizar para aquellos casos en los que el cambio climático es el factor fundamental que impulsa la migración y claramente este no es el caso de Siria”. Además, el termino refugiado solo es aplicable legalmente a aquellas personas que son perseguidas por motivos de raza religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, algo difícilmente aplicable a los desplazados por el cambio climático.

Cabe destacar que la figura de refugiado ambiental no existe en la legislación internacional y diversos estudios, tanto científicos como jurídicos, encuentran el termino refugiado ambiental como “erróneo” y “problemático” desde un punto de vista legal. Así lo asegura en un reciente informe Jane McAdam, directora del Centro para el Derecho Internacional de los Refugiados de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia). En ese mismo informe, la profesora McAdam, que también ha sido asesora del alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, critica que, a pesar del creciente reconocimiento de las consecuencias del cambio climático para los derechos humanos, en particular en el contexto de las migraciones forzosas, “la comunidad internacional no ha hecho lo suficiente para llenar ese vacío legal”.