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La relación armónica de los indígenas con la selva en Brasil es rentable, dice un estudio

La relación armónica de los indígenas con la selva en Brasil es rentable, dice un estudio
Río de Janeiro —

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Río de Janeiro, 20 jul (EFE).- Los esfuerzos de algunas etnias indígenas brasileñas para evitar la deforestación y mantener una relación armónica con la selva en sus reservas pueden ser capitalizados como créditos de carbono y ofrecerles una renta, según un estudio divulgado este martes por el Gobierno.

La investigación que busca incentivar a los indígenas a capitalizar sus esfuerzos ecologistas fue realizada en la reserva de los Poyanawa, localizada en el estado amazónico de Acre, cuyos propietarios demostraron que podían reducir la deforestación de la selva.

La devastación de la vegetación nativa en esta reserva -entre 1988 y 2017- fue de 21,3 hectáreas al año, en promedio, una tasa que en los últimos 5 años cayó a una media de 12,8 hectáreas al año, gracias a los cambios adoptados por los Poyanawa en el uso de la tierra.

De acuerdo con la investigación adelantada por la Empresa Brasilera de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa), la reserva indígena Poyanawa tiene un área de 24.499 hectáreas, de las cuales solo el 5,8 % ha sido alterado para pastizales, sembrados, casas, escuelas y templos, entre otros.

Esto, porque la etnia Poyanawa ha dado prioridad a las actividades agrícolas en las áreas ya devastadas e invertido en la recomposición de superficies degradadas, con la implantación y el fortalecimiento de huertas y sembrados caseros.

“Son acciones que refuerzan la cultura local, aumentan y diversifican la producción agroforestal y conservan el medio ambiente, generando un circuito de retroalimentación. De esta manera, también contribuyen al logro de las metas estatales de reducción de gases de efecto invernadero, ya que garantizan el mantenimiento del bosque”, explicó Eufran Amaral, coordinador del estudio.

Según la investigación, gracias a los esfuerzos de esta etnia hasta 2025 se habrá evitado la emisión promedio al año de 6.381 toneladas de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases contaminantes causantes del efecto invernadero.

Con base en los parámetros comerciales del mercado global de créditos de carbono, los investigadores calculan que cada tonelada de CO2 evitada puede valer hasta 6 dólares, o más, dependiendo del inversionista interesado, por lo que los Poyanawa, en caso de ofrecer sus esfuerzos de mitigación en este mercado, pueden recibir desde 38.286 dólares al año.

Con base en estos valores, la remuneración por la devastación evitada en esa reserva indígena, estimada por el estudio para un período de 20 años (2006 a 2025), sería de unos 765.720 dólares.

Para Amaral, este tipo de iniciativas pueden replicarse en otros territorios indígenas para captar recursos bajo este enfoque y fortalecer la autonomía ambiental y territorial de las reservas, y ser promovidas también entre productores rurales que utilicen tecnologías sostenibles en sus sistemas de producción.

La devastación en la Amazonia brasileña volvió a batir récord en el primer semestre del año, una situación que el Gobierno de Jair Bolsonaro no ha conseguido revertir por la falta de control y de combate a los crímenes ambientales.

En el primer semestre del año la deforestación afectó 3.609 kilómetros cuadrados en la mayor selva tropical del planeta, un 17,1 % más que las talas registradas entre enero y junio de 2020, según datos oficiales.

Se trata de la mayor tasa de devastación registrada para este periodo en la Amazonia brasileña desde 2016, cuando comenzó a ser medida la serie histórica.

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