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Cinco claves sobre el Toro de la Vega

Celebración del torneo del Toro de la Vega en Tordesillas 2013

Carolina Martínez

La localidad vallisoletana de Toro de la Vega se ha convertido en los últimos años en el punto más caliente de la Meseta. En ediciones anteriores, el torneo envuelto en festejo popular ha sido el epicentro de enfrentamientos violentos entre pro y antitaurinos. Tras años de protestas de los animalistas, la Junta de Castilla y León ha decidido eliminar la excepción del reglamento de espectáculos taurinos que permitía terminar el rito con la muerte de la res en público.

Esta modificación, recogida en un decreto ley que tendrá que pasar para su aprobación por las cortes regionales, no va a impedir que se siga celebrando el festejo popular, pero sí prohíbe expresamente el desenlace final por el que los participantes mataban al toro tras hostigarlo. Aquí reunimos algunas claves sobre el torneo más polémico del país.

1. La competición taurina “más regulada del mundo”

Este torneo, que según el patronato que lo abandera es “la lidia taurina más regulada del mundo”, cuenta con una ordenanza municipal en la que se establece que este festejo es “un patrimonio único en el mundo”.

Según establece el reglamento, el “inmemorial torneo” consiste en la suelta de un toro de lidia con la cornamenta sin despuntar. Se trata de un animal de entre 500 y 700 kilos y de una edad comprendida entre 4 y 7 años. El toro, que es mostrado al pueblo unos días antes durante otro encierro, recorre las calles del municipio guiado por los corredores hasta un prado localizado al otro lado del río Duero donde, a caballo o a pie, hombres y mujeres armados con lanzas concursan por darle muerte.

Al menos así se planteaba el torneo hasta la decisión de la Junta de prohibir la muerte de la res. Con esta modificación tendrán que replantearse las normas del festejo, que hasta ahora ganaba el primero que pinchara al astado con su lanza, el mismo encargado de darle muerte.

El toro solo podía salvarse de la muerte si era indultado, condición que se le otorga si consigue cruzar los límites del palenque (el terreno delimitado para la celebración del torneo) o mantenerse vivo durante el suficiente tiempo como para que los organizadores consideren que se ha “merecido” el perdón.

2. Festejos en honor de Juana “La Loca”

Según las investigaciones a las que se refiere el consistorio municipal, el torneo se remonta al año 1355, cuando Pedro I de Castilla, para celebrar el nacimiento de su hija Isabel, ordenó trasladar los festejos taurinos de la plaza a la calle, aunque los primeros registros escritos sobre el festejo tienen fecha de 1534.

Una leyenda local cuenta que el torneo se celebra en el prado de La Vega, situado justo enfrente de donde se encontraba el desaparecido Palacio Real, para que la reina Juana I de Castilla, conocida como “La Loca”, pudiera contemplar el espectáculo desde su torre.

Dice la leyenda que los tordesillanos soltaban al toro en honor a la reina Juana, que permaneció encerrada por orden de su marido en el Palacio Real de la villa desde 1509 a 1555. Los vecinos de Tordesillas cuentan que la reina se subía a una de las torres de su castillo desde donde podía observar toda la trayectoria del animal desde que era liberado hasta que los lanceros le daban muerte en el prado, situado justo frente a su palacio.

3. El 'perdón' al animal

Según el patronato del festejo, solo hay registros que permitan identificar dos indultos al animal. El primer astado que logró sobrepasar el límite del palenque y escapar de los lanceros lo hizo en 1993, y otro toro lo consiguió también en 1995. Para lograrlo, el animal debe salir de un área, que según el profesor de la Universidad de Valladolid y miembro del patronato del Toro de la Vega, Luis Martín Arias, “es semejante a la de 50 plazas de toros”.

Sin embargo, ambos toros acabaron muriendo. El de 1993 a causa de las heridas, según el relato de los medios ese año. Y el segundo por un disparo de la Guardia Civil en un intento de devolver al animal a la zona controlada para proceder a encerrarle, según reconoce el propio patronato.

Vecinos de Tordesillas aseguran que nadie recuerda un toro que lograse sobrevivir antes de esas fechas, aunque relatan que en ocasiones el astado ha logrado rebasar el límite para salvarse y los participantes, de manera irregular y saltándose el reglamento, le han dado muerte fuera del palenque. Acto por el que aseguran, han sido multados.

La tradición marcaba que el toro estuviera recluido en un corral cercano al río Zapardiel, fuera del palanque, durante un mes. Según Martín Arias, “le provocaba querencia de volver al corral”, lo que aumentaba las posibilidades de salvación. Pero interpreta que “gracias a los animalistas -que rompen el candado, lo que ha hecho que se quite el corral- ahora es más difícil para el toro salir del palenque”. Sin embargo, aun cuando había corral, el toro solo se ha salvado dos veces.

4. Choque entre animalistas y antitaurinos

En los últimos años la polémica del Toro de la Vega se ha reavivado. Cientos de manifestantes se convocan en Tordesillas el día de la celebración para intentar impedir el torneo. En 2014, se produjo el lanzamiento de piedras que causó heridas a una manifestante herida.

Algunos defensores de los animales se encadenaron al puente que cruza el río Duero (que forma parte del trayecto que realiza el toro para dirigirse hacia el prado) para tratar evitar su celebración, pero finalmente, aunque con media hora de retraso, la Guardia Civil procedió a su desalojo y el torneo tuvo lugar, acabando con la muerte del astado Elegido.

El festejo de 2014 dejó como resultado dos detenidos, que según afirmó la Guardía Civil podrían ser responsables del incendio propagado en la zona donde se dio muerte a Elegido y el desalojo de unas 200 personas.

De cara a la celebración de 2015, el partido animalista PACMA, cuya presidenta Silvia Barquero califica el acto de “linchamiento colectivo”, ha recabado 120.000 firmas a favor de la abolición. El partido presentó el pasado martes al líder del PSOE Pedro Sánchez estas peticiones para luego reunirse con el actual alcalde del municipio, el socialista Jose Antonio González Poncela, quien se mostró dispuesto a continuar con el tradicional evento.

Los animalistas tachan al festejo de “muy cruel”, y lo distancian de las corridas en la plaza porque en este caso, “se tarda más en dar muerte, ya que el lancero no tiene por qué tener experiencia ni saber cómo se ha de matar”.

Desde el patronato de El Toro de la Vega defienden que “el ser humano está éticamente por encima de los animales, lo contrario es precisamente esa perversión moral llamada animalismo que el PACMA representa”. Aseguran que seguirán defendiendo su “noble tradición castellana”.

5. La contradicción en el Partido Socialista

Días antes de la celebración de la edición del año pasado, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, aseguró que le “avergüenza” la celebración del Toro de la Vega en Tordesillas y se comprometió a prohibir este acto de “maltrato” a un animal si es elegido presidente del Gobierno, aunque la competencia de esta celebración concreta no es del Gobierno central, sino del autonómico, quien ha tomado la decisión de prohibir mediante decreto ley la muerte de los toros.

El líder socialista alertó entonces a su compañero de partido y alcalde del municipio vallisoletano de que “la decisión que ha tomado de celebrarlo la toma como alcalde de Tordesillas, no en representación del PSOE”. Y aseguró que el partido socialista quería acabar con ese festejo al considerarlo un acto de maltrato animal.

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