Ursula von der Leyen lleva desde el 22 de enero en el disparadero por el anuncio de AstraZeneca de suministrar muchas menos dosis de las acordadas. La pugna con el laboratorio alcanzó un momento crítico cuando la Comisión Europea anunció posibles controles en la frontera de las Irlandas para evitar que se pudieran colar vacunas del continente al Reino Unido. Al final, la presidenta de la Comisión Europea enterró el hacha de guerra este domingo, cuando aceptó el calendario del laboratorio: 40 millones de vacunas en el primer trimestre del año, en lugar de las 80 esperadas –120 millones en el mejor de los casos–.
Las vacunas, compradas de forma mancomunada por medio de los contratos firmados por Bruselas, están llegando más lento de lo esperado, con problemas de entregas de Pfizer –resuelto a los pocos días tras el acuerdo con Sanofi para producir su vacuna– y, después de diez días de crisis, Von der Leyen ha asumido su responsabilidad ante los grupos políticos en sendas reuniones a puerta cerrada con populares, socialistas y liberales, según ha podido saber elDiario.es. Está previsto que se reúna este miércoles con los Verdes, mientras que La Izquierda se ha quejado porque la presidenta del Ejecutivo comunitario ha rechazado reunirse con ellos. La próxima semana, acudirá al pleno en Bruselas.
Lo cuenta Andrés Gil.