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Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Rafael Zornoza, el primer obispo español acusado de abusos sexuales a menores

Sevilla —
22 de noviembre de 2025 13:25 h

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Isabel Laguna

Cádiz, 22 nov (EFE).- La acusación al obispo Rafael Zornoza de abusos sexuales a un menor, que presuntamente cometió en los años 90 cuando dirigía el seminario de Getafe (Madrid), ha acelerado la despedida del prelado, cuyo mandato como obispo de Cádiz y Ceuta ha estado salpicado de polémicas y al que el papa le ha apartado de su cargo esta misma mañana.

Zornoza ha recibido durante su gestión críticas de quienes que le consideraban un obispo autoritario, y su mandato ha estado siempre salpicado de polémicas, pero ninguna de tal gravedad como la que se han producido tras la denuncia que el pasado verano envió al Vaticano un hombre que relató que desde 1994, cuando tenia 14 años, y hasta que alcanzó los 21, sufrió abusos sexuales de Zornoza en el seminario de la Diócesis de Getafe.

Cerca de dos semanas después de que El País publicara que el Tribunal de la Rota había abierto una investigación por estos hechos, el papa ha aceptado la renuncia que, por otro lado, Zornoza le presentó hace más de un año, en julio de 2024, cuando cumplió la edad para presentarla, los 75 años.

Zorona ha seguido al frente del obispado hasta que el 10 de noviembre, cuando se difundió la investigación abierta contra él por supuestos abusos sexuales y, ese mismo día, anunció en una nota de prensa que suspendía temporalmente su agenda “para el esclarecimiento de los hechos y para atender el tratamiento de un cáncer agresivo que está recibiendo”, y que hasta ese momento se desconocía. En aquella nota aseguró que las acusaciones eran “falsas”.

Pero también ha recibido muestras de apoyo de amigos y feligreses a través de una recogida de firmas en la plataforma online change.org y hasta 460 personas se sumaron a la campaña que se inició el pasado sábado 15 de noviembre, varios días después de que se hiciera pública la investigación abierta por la Iglesia.

Implicado en la formación de jóvenes cristianos

Nacido en Madrid en 1949, Rafael Zornoza fue ordenado sacerdote en 1975. Sus primeros años de sacerdocio transcurrieron en la Parroquia de San Jorge, en el distrito madrileño de Chamartín, cuando el párroco era Francisco José Pérez y Fernández-Golfín.

Cuando Pérez y Fernández-Golfín fue designado primer obispo de Getafe, una nueva diócesis creada en 1991, Zorzona siguió sus pasos y pasó a ser su secretario.

En 1994 fue nombrado rector del nuevo seminario de la Diócesis de Getafe, un cargo que desempeñó hasta 2010. Según el denunciante, los supuestos abusos sexuales habrían ocurrido desde el inicio de esta etapa, en 1994.

En 2005 Benedicto XVI le nombró obispo auxiliar, cargo que desempeñó hasta que en 2011 fue nombrado obispo de Cádiz y Ceuta.

Desahucios y despidos impulsaron las críticas a su gestión

Su gestión en este su último destino ha estado salpicada de polémicas y denuncias. Una de las últimas fue el desahucio en 2021 de un matrimonio de octogenarios que vivían desde 1975 en una vivienda aledaña a un convento de San Fernando, que las religiosas les habían cedido a cambio de que trabajaran para su comunidad.

El Grupo Cristiano de Reflexión-Acción de la Bahía de Cádiz, conformado por laicos y clérigos, ha recordado estos días que desde 2013 viene denunciando que el obispo hacía “una gestión que prioriza lo económico a lo social”.

No respondió a los requerimientos que desde ese 2013 le hizo este grupo para que, como había hecho el obispo de Lleida, “cediera parte del seminario, casi vacío, a personas sin hogar o desahuciadas”.

En 2019 se creó una plataforma llamada Iniciativa Galilea que envió una carta al Papa Francisco denunciando la gestión de Zornoza: el uso del patrimonio diocesano “al servicio de la rentabilidad económica”, “el enfrentamiento y la tensión constante con sacerdotes y comunidades religiosas”, “la falta de caridad y atención para con los pobres, los despidos de trabajadores de la Iglesia diocesana”, y “la falta de respuesta del obispo y la jerarquía eclesial española” ante estos hechos.

Enviaron al Nuncio esta denuncia y con cerca de 400 firmas, pero tampoco tuvieron respuesta.

Durante su mandato, denuncia este grupo, la diócesis “ha estado paralizada en su funcionamiento participativo, ya que siempre actuaba de modo personal y autoritario”.

Por ello, el grupo, pide ahora que la Iglesia se tome “el tiempo que sea necesario” para que su sucesor tenga un perfil “con sensibilidad social”, como tuvieron sus predecesores.