La maestra española que fue precursora del libro electrónico: se adelantó al invento del e-book

Modelo de la Enciclopedia Mecánica inventada por Ángela Ruiz Robles.

Andrea Blez

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En 2007, Amazon lanzó Kindle y comenzó así la andadura de los libros electrónicos, un formato que convive con la literatura en papel en la actualidad, cuyo camino se considera comenzó a mediados del siglo XX con el proyecto Gutenberg, pero que tiene, además un precedente que fue obra de una profesora española mucho antes de que se inventara el e-book.

Ángela Ruiz Robles: la maestra que se adelantó al e-book

Fue Ángela Ruiz Robles, una maestra viuda que trabajaba en una escuela en Galicia, la que inventó lo que se llamó Enciclopedia Mecánica y que se considera precursora de lo que serían más tarde los libros electrónicos, por la similitud de algunos detalles, y que tenía también como objetivo liberar la carga física de libros.

Ángela Ruiz Robles nació en 1895 en Villamanín, un pequeño pueblo de León, en el seno de una familia acaudalada gracias al negocio farmacéutico de su padre, y le dieron una educación que le haría convertirse en docente en 1916 al completar su formación académica en el sector. Tan solo dos años después acabaría en Galicia, en un pueblo costero, y sería en esta zona donde desarrollaría gran parte de su carrera.

Así era la Enciclopedia Mecánica de Ruiz Robles

Y en Galicia fue cuando creó en 1948 su invento, la Enciclopedia Mecánica, con la que quería aligerar la carga de sus alumnos y facilitar el aprendizaje, que observaba también con sus tres hijas en casa, de las que se ocupa como viuda tras el fallecimiento de su marido por un ataque al corazón.

La Enciclopedia Mecánica era una caja de color verde pálido que tenía el tamaño de un libro de texto y que permitía leer palabras en cualquier idioma y sobre cualquier tema gracias a su mecanismo interior. Y es que dentro de sus portadas había tres carretes horizontales que contenía cada uno de ellos pergaminos, que se podían intercambiar, y cada uno versaba sobre un tema distinto.

Estos pergaminos contenían texto, pero también dibujos o figuras, y este precedente del libro electrónico llevaba también un foco para que se pudiera leer en la oscuridad. Ella misma fue la que creó el mecanismo, y los distintos pergaminos, que funcionaba gracias a batería de pilas, y lo describía en su conjunto como un “procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para la lectura de libros”.

Con ello, lo patentó por primera vez en 1949 y obtendría una segunda patente al crear otro prototipo en 1962 cuando se montó uno similar en los astilleros de Ferrol, cuyo trabajo ella misma supervisó las labores. “Lo que ella inventó continuó en el futuro. Cada vez que veo uno (libro electrónico) me acuerdo de mi abuela”, contaba su nieto Daniel en una entrevista en The New York Times, donde se le dedicó un obituario tardío en 2023 en una sección especializada en ello.

Ángela Ruiz Robles buscó inversores para que se produjera y desarrollara su invento, que nunca se dio, e incluso se cuenta que renunció a algunas ofertas porque quería que se desarrollara en España, donde no llegó a encontrar a nadie interesado, a pesar de que hasta casi el final de sus ideas lo intentó.

Detalles de lo que era la Enciclopedia Mecánica, creada por Ángela Ruiz Robles.

Una labor educativa más allá de la Enciclopedia Mecánica

Además de inventar la Enciclopedia Mecánica, que se considera precursora de los libros electrónicos, ella se dedicó a la educación en la Academia Elmaca en Ferrol, tanto de día como de noche, para personas con escasos recursos, y se preocupó por desarrollar métodos para alumnos con dificultades, que en ocasiones hacía de forma particular en sus casas.

En 1943 se convirtió en directora de la Escuela Nacional de Niñas del Hospicio, para niñas huérfanas, y se preocupó de que obtuvieran educación y prosperidad en sus vidas. Fallecería en octubre de 1975 a los 80 años, y sin ver su invento producido en masa.

Sin embargo, su Enciclopedia Mecánica se considera hoy en día el precedente del libro electrónico y en parte por ello hay un prototipo en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología en A Coruña, y se reconoce su labor de precursora más de medio siglo antes del primer e-book.

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