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Magdalenas cocinadas con cápsulas y otras cinco innovaciones que podrías estar usando en cinco años

Algunas de las innovaciones presentes en IFA 2019

Carlos del Castillo

Berlín —

La IFA, que se celebra de 6 al 11 de septiembre en Berlín, es la mayor feria de equipamientos tecnológicos de Europa. La capital germana examina cada año las mayores apuestas de casi todos los fabricantes, como el móvil plegable o la televisión que se enrolla como una persiana, dos de los aparatos más esperados por la industria este 2019. Pero entre los más de 18.000 expositores que se reparten los 160.000 metros cuadrados de IFA no solo hay grandes marcas y productos con cientos de millones de euros invertidos en su desarrollo. También hay hueco para pequeños emprendedores con una idea y un proyecto para llevarla a cabo.

El espacio que la feria reserva para ellos se llama IFA Next y en sus stands genéricos suelen ser los propios inventores del dispositivo los que lo muestran personalmente al visitante. eldiario.es conversó con algunos de ellos y recogió el funcionamiento y las historias tras varios de estos prototipos que, si consiguen capturar la atención del capital riesgo o destacar en una plataforma de crowdfunding, pueden convertirse en aparatos comunes en pocos años.

El volante táctil

Un accidente de tráfico sufrido por su padre determinó a Denis Güzelocak a pensar en algo que ayudara a detectar la fatiga del conductor. Años después tiene un sensor táctil que asegura que es tan preciso como el de las pantallas de los móviles, pero diseñado para ubicarse bajo una capa de cuero o de cualquier otro material.

Güzelocak insiste en que la principal función de su invento es la seguridad vial. Por ello, muestra su invento instalado bajo el cuero de un volante de automóvil, asegurando que se podría detectar los primeros síntomas de la fatiga derivados de la forma de sujetarlo por parte del conductor. El segundo modelo que tiene en su expositor, también en esta línea, ubica los sensores en cascos de bici y moto, así como en el equipamiento de protección usado por los motociclistas. “El sistema puede avisar a emergencias si detecta un impacto y enviar información de dónde y de qué intensidad ha sido”, explica.

No obstante, su sensor táctil es flexible y capaz de detectar también el nivel de calor, por lo que reconoce que podría tener más usos además de los concentrados en la seguridad vial.

Magdalenas de cápsula

Fácil: como el café de cápsula, pero en vez de café, del aparato sale un pequeño pastel recién horneado.

Se le ocurrió a Rodrigo Córdoba mientras practicaba en casa las recetas recién aprendidas en un curso de cocina. Con la cocina, horno y bandejas manchadas de masa pastelera, este argentino se quedó mirando la máquina de café de cápsula y se preguntó: ¿por qué no una máquina como esa para ahorrarse todo esto?

El resultado es Tigoût, una máquina en la que se introducen este tipo de cápsulas y en unos minutos devuelve dos magdalenas o pâtisseries. El primer prototipo era enorme, cuenta Agustina Madkur a eldiario.es, pero el expuesto en la IFA tiene un tamaño mucho más contenido, del tamaño de un microondas, que acaba de salir a la venta en Argentina este septiembre. El objetivo de la empresa es reducir aún más el tamaño en una tercera versión en la que están trabajando.

Además, Madkur recalca que el valor añadido del dispositivo es que permite degustar pastelería de forma sencilla pero “sin aditivos ni conservantes y fomentando el consumo responsable”, problemas asociados a la pastelería industrial. De ahí deriva otro de los retos en los que están trabajando: debido a que los ingredientes son naturales, las cápsulas (ahora mismo tienen siete recetas distintas) tienen que almacenarse congeladas, requisito que les gustaría eliminar con nueva tecnología. “También puede ser un buen recurso para hoteles o comercios que no pueden permitirse un pastelero”, recuerda Madkur.

Un reloj que se carga con calor corporal

La conexión a la red de un smartwatch permite incorporar a estos dispositivos una gran cantidad de características con las que no cuenta un reloj analógico o digital normal. Puede monitorizar constantemente el cuerpo de su portador. A cambio, la duración de la batería, que en sus homólogos desconectados puede durar meses o años, se reduce drásticamente. Sobrepasar la semana de uso y llegar a los 10 o 12 días solo es posible para modelos tope de gama. Para solucionar eso PowerWatch propone un sistema para que no haya que cargarlos “nunca más”.

Desde el stand de la marca en IFA detallan que este dispositivo cuenta con un “motor termoeléctrico que hace que el PowerWatch se cargue con el calor del cuerpo de su portador”. Defienden que esta innovación es, de momento, única en su segmento. La marca los promociona como relojes inteligentes destinados a un uso deportivo, pero avisa que pronto veremos su motor termoeléctrico aplicado a otros dispositivos wearables, o que se llevan puestos.

Robots de limpieza equilibristas

Los robots limpiacristales no necesitaban las facilidades del espacio IFA Next puesto que son un producto más consolidado y más de una marca tiene modelos de este estilo en el mercado. Se trata de la evolución de los más conocidos robots aspiradores, a los que se ha dotado de capacidad para adherirse a cualquier superficie y quedarse suspendidos en ella mientras la limpian, independientemente de su inclinación o grosor.

Desde el expositor de Hobot, una de las empresas que los comercializa ya en España, aseguran que tal y como salen de la caja sus modelos básicos pueden limpiar superficies de hasta 48 metros cuadrados desde un único punto de carga. Se puede manejar con mando de control remoto o dejar que su algoritmo le guíe, identifique obstáculos y detecte automáticamente el límite y el marco de la ventana. “Es casi imposible que se caiga”, presumen: para tirarlo de un tirón hace falta aplicar una fuerza equivalente a 150 kilos, mientras que cuenta con sistema de emergencia por si se va la luz.

Macetas que no te necesitan

A las macetas inteligentes les ocurre algo similar que a los robots limpiacristales. Varias empresas tienen dispositivos a la venta desde hace varios años, pero todavía no son productos consolidados. Todos ellos tienen algo en común: no necesitan que su propietario interaccione con la planta para nada y, defienden sus productores, son capaces de hacer crecer vegetales de consumo mucho más rápido y con muchos más nutrientes que lo que podría hacer una persona con unas semillas y un poco de tierra.

Para empezar una plantación es necesario poner las cápsulas que contienen las semillas, agua en el depósito y un sobre de nutrientes en un cajetín. A partir de ahí el dispositivo se encarga de hacerlo todo: suministrar a las plantas el agua que necesiten cuando lo necesiten y regular las horas de luz óptimas en cada momento. En 21 días se pueden reproducir tres estaciones. Con un ojo puesto en el depósito de agua y otro en el de nutrientes se pueden cultivar desde lechugas a frutos de pequeño tamaño como tomates, aunque si se dispone de algo más de espacio siempre se puede ir a mayores y apostar por todo un robot granjero.

Japón como invitado especial

La edición de IFA Next de 2019 ha contado con la participación especial de Japón. El Gobierno del país ha llevado a Berlín a 20 empresas y siete startups, ocupando un pabellón dedicado especialmente a la “consideración y sensibilidad” de la relación entre personas y tecnología en el país nipón.

Como ejemplos de esa relación especial se han expuesto en IFA los robots terepéuticos Qoobo o Bocco. El primero es un cojín redondo que incorpora una cola que reacciona de formas diferentes según cómo se interactúe con ella. El segundo es un pequeño dispositivo diseñado para mejorar las habilidades comunicativas del usuario.

Además de estos pequeños robots, las startups japonesas han propuesto toda una gama de diseños asistenciales. Algunos van en línea con lo desarrollado en otras partes del mundo, como un exoesqueleto para asistir a personas de movilidad reducida que recuerda al que creó una investigadora española para niños con atrofia muscular espinal, que les ayuda a caminar y a ganar fuerza. Otros, sin embargo, son más particulares, como DFree: un dispositivo que se coloca en el vientre avisa a personas con incontinencia de cuándo es hora de ir al baño.

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