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The Guardian en español

Las autoridades italianas imponen duras restricciones para frenar la propagación del coronavirus

Policías italianos paran a los vehículos que intentan entrar o salir del área afectada en Casalpusterlengo.

Angela Giuffrida / Lauren Cochrane

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Italia suma ya cinco fallecidos por el coronavirus y las autoridades han impuesto duras medidas para tratar de detener el brote, como la imposición de multas para todo el que sea detectado entrando o saliendo de las zonas afectadas.

El número de casos en Italia ha aumentado a 219 y la policía ya está patrullando 11 ciudades en su mayor parte de la región de Lombardía, donde se dio el primer contagio local. Desde el viernes por la noche estas ciudades están cerradas.

Las dos últimas víctimas confirmadas en la mañana de este lunes, de 88 y 84 años, han muerto en las localidades lombardas de Caselle Landi y Bérgamo.

Las medidas se intensificaron después de que un italiano de 78 años infectado con el virus muriera el viernes en la región del Véneto. Una autopsia realizada a una mujer de 77 años en Lombardía el sábado confirmó que también estaba infectada, pero no está claro si fue el virus lo que provocó su muerte.

Según los informes, la mujer se estaba recuperando de una neumonía y había visitado la unidad de emergencia de un hospital en Codogno, cerca de Lodi, a pocas horas de que el primer caso confirmado con coronavirus, un hombre de 38 años, que ahora está ingresado en cuidados intensivos, también pasara por allí.

Hasta ahora se han confirmado 219 casos de coronavirus en el país. Entre ellos figuran los cinco fallecidos. Este domingo Austria suspendió durante unas cuatro horas el servicio ferroviario que atraviesa los Alpes hacia Italia. Las autoridades detuvieron en el lado italiano un tren con unos 300 pasajeros que viajaban desde Venecia hacia Munich, en Alemania. Según las autoridades, tuvieron que esperar en el paso del Brennero hasta que se examinó a dos pasajeros y se comprobó que no eran portadores del virus.

Quedarse en casa y evitar el contacto social es la consigna para los 50.000 residentes de las ciudades afectadas del norte de Italia. Están cerradas las escuelas, las empresas y las tiendas, con la excepción de las farmacias. Han sido canceladas las celebraciones y los eventos deportivos, incluyendo partidos de fútbol de la primera división y los dos últimos días del carnaval veneciano.

En Lombardía, Véneto, Emilia-Romaña y Piamonte las escuelas y universidades también estarán cerradas durante una semana, como mínimo. En Liguria y Alto Adige se han tomado medidas similares.

La semana de la moda de Milán también se ha visto afectada. Giorgio Armani tenía una exhibición programada para las 4 de la tarde del domingo y el sábado por la noche pidió a sus invitados que no acudieran porque la colección se mostraría en una habitación vacía. “La decisión se tomó para salvaguardar el bienestar de todos sus invitados [de Armani] al no tener que asistir a espacios concurridos”, decía el comunicado oficial. La exhibición se hizo frente a cámaras para retransmitirlo en el sitio web de Armani, en Instagram y en Facebook.

“Hemos adoptado un decreto para proteger la salud de los italianos, que es nuestra prioridad y que ocupa el primer lugar en la lista de valores constitucionales”, dijo el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte. También pidió al público “tener fe en las instituciones políticas y científicas, que están haciendo todo lo posible”.

Este domingo por la mañana personas de la zona provistas con máscaras se habían desplazado hasta la ciudad de Casalpusterlengo, a 10 minutos de Codogno, para aprovisionarse en un supemercado. Tras hacer cola frente al supermercado los dejaban pasar en grupos de 40.

Una mujer que formaba parte del grupo dijo que el virus no era tan peligroso y que no era letal si se trataba adecuadamente. No todos se mostraron igual de optimistas. “Es inhumano”, dijo a la agencia AFP un hombre que decía llamarse Sante. “Pelearse por cuatro sándwiches es simplemente asqueroso”.

Cientos de compañeros de trabajo de ese primer hombre infectado de 38 años, un investigador de Unilever ahora en cuidados intensivos, están siendo examinados, pero aún no está claro quién le contagió a él en primer lugar. El primer indicio era que lo había contraído tras encontrarse con un colega venido de China, pero esa pista se descartó cuando el colega dio negativo en las pruebas.

“Lamentablemente, la persona que se consideraba 'el paciente cero' no lo era”, dijo Attilio Fontana, el presidente de Lombardía. “Tenemos que buscar en otro lado; estamos siguiendo dos hipótesis y trataremos de averiguar si una de las dos es correcta”.

El hombre de 38 años ha participado recientemente en varias carreras y su esposa, embarazada, también está infectada, así como una persona que iba a correr con él. El padre de esa tercera persona tiene un bar en Lombardía que frecuentaban otros tres ancianos también contagiados por el virus.

Al hombre que murió en el Véneto le habían diagnosticado neumonía hace unas semanas pero no había viajado a China ni había estado en contacto con ninguna persona que lo hubiera hecho.

“Lamentablemente, no hemos logrado limitar la propagación del virus”, dijo Roberto Burioni, profesor de microbiología y virología de la Universidad Vita-Salute San Raffaele de Milán (también cerrada). “Y tenemos que enfrentarnos al hecho de que se está propagando rápidamente. Al principio pensábamos que el virus sólo estaba en el extranjero, pero ahora también está en Italia. La gente debe tratar de no entrar en pánico, pero limitar la propagación es algo que depende, en parte, de nuestro comportamiento. Los que han estado en contacto con alguien infectado deben aislarse. También deben evitarse los lugares concurridos. Para tratar de superar el virus hay que hacer sacrificios”.

En Italia, los dos primeros casos del virus fueron los de una pareja china de Wuhan que llegó al país el 23 de enero y que está siendo tratada en el hospital Spallanzani de Roma para las enfermedades infecciosas. Un grupo con el que viajaban fue dado de alta del hospital en febrero, tras una cuarentena de 14 días. El tercer caso, en Roma, fue de un italiano que se había contagiado en China.

Giuseppe Sala, el alcalde de Milán (donde la semana de la moda terminaba este lunes), pidió cerrar todas las escuelas durante una semana. “Es una medida prudente, entonces veremos si con una semana alcanza. Hay tantas cosas programadas en la ciudad... No me imagino que todo se cierre y se cancele, pero todo lo que no sea obligatorio y pueda ser pospuesto, debería esperar”.

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