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The Guardian en español

Los holandeses quieren hacer camisetas a partir de la caca de vaca

Una modelo de alta costura lleva una prenda hecha con caca de vaca / Jalila Essaïdi/Ruud Balk

Senay Boztas

Amsterdam —

¿Compraría usted una camisa que salió de los cuartos traseros de una vaca? Esa podría ser la próxima variedad de tejido, de acuerdo con una startup holandesa que extrae la celulosa de los excrementos para hacer “boñiga de alta costura”. La emprendedora Jalila Essaïdi cree en un futuro no vegano donde los excrementos de las vacas se reciclarán en fibra de celulosa, bioplásticos, concentrados químicos y agua pura; y en el que no nos pondremos tan quisquillosos con el tema.

“Como una lasaña de estiércol, hay que hacer algo con ella”, dice. “Estamos acostumbrados a ver el estiércol como algo que se desecha, asqueroso y maloliente; pero el aceite [que se usa para hacer fibra] tampoco es limpio ni bello al principio; hay que enseñar a la gente la belleza oculta que aparece al transformarse en celulosa”.

La suya es una más en una serie de innovaciones que buscan introducir materiales nuevos en aplicaciones antiguas mientras el mundo trata de adoptar nuevas tecnologías y deshacerse de hábitos sucios como los plásticos y los hidrocarburos. De hecho, la biotecnología existe desde hace años, pero el problema hasta ahora ha sido cómo aumentar la producción hasta un nivel que la haga económicamente viable.

Essaïdi está actualmente trabajando con 15 agricultores de Eindhoven para crear una refinería de estiércol de escala industrial y producir el material Mestic. Su innovación ya le valido varios premios, como uno de 200.000 dólares que recibió de Chivas Venture y otro de H&M Foundation Global Change.

“El proceso es químico y mecánico”, explica Essaïdi, que en 2016 ya ensayó un desfile de moda con la ropa. “En el estiércol que se recolecta hay una combinación de orina y de caca, que es agua en un 80%. Nosotros separamos la parte seca de la húmeda; la húmeda se fermenta y extraemos solventes para sacar la celulosa, que no es otra cosa que la hierba y el maíz ingerido por las vacas. Lo que hace a nuestro proceso mejor que el método Croft habitualmente empleado por la industria textil es que nosotros no necesitamos alta presión ya que el estómago de la vaca es el primer paso para suavizar la fibra. También es más eficiente desde el punto de vista energético”.

Los excrementos de vacas son un problema medioambiental global: en Nueva Zelanda, se estima que el 60% de las vías fluviales no son aptas para bañarse debido a que las aguas sucias de las granjas lecheras van llenas de nitratos, fosfatos y bacterias, y promueven el crecimiento de las algas. La Unión Europea ha impuesto restricciones sobre el estiércol que se usa como fertilizante con el objetivo de reducir la contaminación del agua. Pero en zonas lecheras, como Holanda, se repiten los informes de “fraude de estiércol” organizado.

Según la agencia medioambiental del gobierno holandés, entre el 30% y el 40% de los 76.000 millones de kilos de estiércol que genera el país cada año terminan en el mercado negro de residuos ilegales, se comercializan en secreto o se esparcen en las tierras durante la noche para evitar multas por sobreproducción.

El portavoz de la asociación de agricultores ZLTO, Kim Roetert, dice que el estiércol es un efecto secundario inevitable en la cría de animales. Pero admite que puede convertirse en un problema cuando es demasiado. “Pero verlo sólo como un producto de desecho es una visión limitada”, dice. “El estiércol tiene un alto valor, no sólo como fertilizante sino, como hace Mestic, como material para fabricar textiles, papel y bioplásticos... o bioenergía; si dejara de ser un producto de desecho se terminarían las razones para que los granjeros cometan fraude de estiércol”.

La Fundación H&M, creada por la tienda de ropa H&M, estima que tendremos que acostumbrarnos a estos materiales poco comunes. “El mundo ya consume 1,6 veces los recursos que es capaz de regenerar el planeta cada año y la oportunidad de cambiar a un modelo que recupere materiales valiosos es urgente”, dice su responsable de comunicaciones, Malin Björne. “Tanto para el que sigue la moda como para el que no, todos vamos a tener que acostumbrarnos a materiales poco convencionales a medida que dejemos de poder confiar en materiales como el algodón, por ejemplo”.

Estiércol de vaca y de elefante

H&M no respondió si vendería ropa con Mestic o no. Otros fabricantes dijeron a Essaïdi que considerarían la posibilidad de utilizar el eficiente tejido, aunque no pensaban aclararlo de forma explícita en sus etiquetas.

Según varios académicos, el potencial tecnológico de la celulosa extraída del estiércol es mayor debido a la digestión en cuatro pasos de la vaca. El profesor Alexander Bismarck, jefe del grupo de polímeros en la Universidad de Viena ya está trabajando en la creación de una nanocelulosa ultraplana, aunque tuvo que empezar con estiércol de elefante porque ninguno de sus estudiantes quería trabajar con boñiga de vaca.

“Lo bueno de un animal es que recoge biomasa de baja calidad, la procesa, la regurgita, el ácido y las enzimas atacan la celulosa y sale por detrás en fibras muy finas”, explica. “Se gasta mucha menos energía en moler esta celulosa para convertirla en nanofibras; si podemos hacer un papel más delgado para los circuitos impresos, podremos aligerar el ordenador o el iPhone… No creo que al público le importe que el producto haya salido de los cuartos traseros de un animal”.

Pero la cuestión clave en la alta costura a partir de estiércol es saber si el tejido huele mal. Cuando el canal de televisión holandés RTL Nieuws sacó muestras de Mestic por las calles, algunas personas (después de olerlo) dijeron que no tendrían ningún problema en ponérselo.

Otros son más escépticos. Según Jan Willem van der Schans, experto en ganadería sostenible de la Universidad de Wageningen, ni siquiera estas innovaciones son suficientes. “Esto no resolverá el problema de las emisiones de metano gástrico”, dice. “Hace menos mala a una tecnología que no tiene futuro, así que se podría argumentar que está alargando la vida útil de un sistema de producción erróneo”.

¿Y qué hay de los granjeros? Hans Huijbers, el presidente de la asociación de agricultores ZLTO que trabaja con Mestic, dice que no le importaría usarlo para vestir. “¡Después de estar trabajando en mi establo ya estoy cubierto de estiércol!”.

Traducido por Francisco de Zárate

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