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La casa por el tejado

Placa solar doméstica

Juan López de Uralde / José Manuel López

Diputado de Unidos Podemos en el Congreso / Diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid —

Las cubiertas de nuestros edificios nunca han sido lugares amables, más bien fuente de problemas –goteras, amianto…–, o simplemente espacio para las aves, no han tenido especial valor, hasta hoy. Ahora son el lugar en el que instalar las placas solares que generarán la electricidad y el agua caliente que pueden hacer nuestras viviendas energéticamente autosuficientes.

La sentencia del Tribunal Constitucional que eliminaba del impuesto al sol (RD 900/2015) los artículos que dificultaban el autoconsumo y la derogación del Reglamento terminan con la lógica de prohibición que el gobierno del PP implantó durante unos años, ahora hay que legislar en positivo, para fomentarlo. Centrémonos en la energía doméstica ¿cómo será la energía de nuestras casas? La imagen es un edificio que tiene la cubierta repleta de paneles que producen energía en conjunto y que es distribuida al interno por una microrred propia que tiene un contador en cada vivienda. Se produce en común y se consume individualmente. Hacía el exterior hay un solo contador que engancha al edificio con la red en la que se intercambia la energía, los excedentes y las necesidades, se produce el balance neto.

Puede ser un edificio, una manzana o una urbanización, en realidad es una unidad de producción y consumo de energía que tiende a ser autosuficiente. Más, cuanto más grande es y si se ha sumado a los proyectos de rehabilitación integral que mejoran su eficiencia energética. Con menos consumo –más eficiencia– es más sencillo que la autoproducción sea suficiente.

Que esta imagen sea real necesita un planteamiento nuevo y un cambio legislativo en dos direcciones. Una para permitir que los edificios puedan tener microredes y, por tanto, un solo punto de conexión a la red, un solo contador. La otra para proteger como espacio común las cubiertas, en la misma lógica que se hace con el suelo. La Ley del Suelo define cómo usar éste y el papel de la Administración como garante de un uso compatible con el bien común. Así hay que legislar sobre los tejados, que sean lugar común de las comunidades, con reconocimiento de su función social protegiendo su capacidad de producir para todos y todas, y que no se pueda especular con ellos.

La energía eléctrica ha alcanzado en septiembre su precio más caro de la historia. Ha subido un 11% en el último año, siete veces más que los salarios desde que comenzó la crisis hace diez. Esta situación empobrece a las familias, en especial a una de cada diez que se encuentra ya en pobreza energética. La propuesta que hacemos permitiría en diez años sacar casi al completo el consumo de energía doméstico de los gastos familiares, acceder a él en propiedad. Para unas familias sería un aumento de la renta de un 4% que son los costes energéticos de un hogar, para otras salir de la pobreza energética establemente, sin necesidad de bonos sociales, una eliminación de la desigualdad estructural.

Hoy en la Asamblea de Madrid se debate una Proposición No de Ley en este sentido, es el punto de partida para una serie de leyes que regulen en positivo el acceso a la energía en nuestras casas. Que debe ir acompañado de sistemas de apoyo, ayudas y créditos, de facilidades para que así sea.

Ya no hay duda de que las energías renovables son el futuro, que vamos a tener paneles en nuestros tejados, la duda es si van a ser derechos que compren y con los que puedan especular los fondos de inversión o espacios de producción de las comunidades que las hagan autosuficientes. Por una vez, vamos a empezar con urgencia la casa por el tejado.

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