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Sobre este blog

UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.

Gaza: bombas, frío, falta de agua, alimentos y medicinas

Gaza
El invierno en Gaza dificulta aún más las durísimas condiciones a las que sobrevive la población gazatí

La situación que atraviesa el pueblo de Gaza es terrible. La población palestina vive en circunstancias miserables a lo largo de toda la Franja. Miles de familias están atrapadas y  han sido testigos de la guerra más sangrienta contra Gaza en años. Las fuerzas israelíes han matado a decenas de miles de civiles y han destruido edificios residenciales e instalaciones públicas. Probablemente, bajo sus escombros, permanezcan aún miles de personas. 

Más de dos meses después del inicio de las hostilidades, el invierno ha azotado con fuerza a las familias desplazadas de sus hogares al sur de la Franja. Muchos de ellos se encuentran refugiados en tiendas de campaña sin la suficiente capacidad, otros residen en hospitales, escuelas refugios de la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina (UNRWA) o directamente en las calles.  

Durante los días de fuertes lluvias, el agua ha arrasado las tiendas de campaña, inundándolas. El deterioro de las condiciones en el enclave costero, a consecuencia de la brutal guerra, y ahora del invierno, dan lugar a un infierno en la tierra, tal y como señalaba recientemente Philippe Lazzarini, Comisionado General de UNRWA.  

Proteger a los hijos de las lluvias y el frío, no es tarea fácil y menos cuando no tienen a su alcance mantas o ropa de abrigo con las que resguardarse. La mayoría abandonaron sus hogares con ropa de verano, sin saber cuándo volverían a sus casas. Lo más probable es que la mayoría ya no tengan un lugar al que volver, en caso de poder, algún día.  

Las enfermedades proliferan por el hacinamiento en los refugios y ahora por la humedad y el frío. Miles de personas siguen sus vidas en un desplazamiento constante, cientos de ellas tras ser rescatadas bajo los escombros, se desplazan de un sitio a otro habiéndolo perdido todo, incluida la poca ropa que llevaban y los zapatos.  

Los padres y madres intentan proteger a los más pequeños quemando leña de algún árbol y cocinando lo poco que tienen al fuego de las hogueras. “El nailon de las tiendas se vuela de vez en cuando. Las condiciones son terribles cuando hace viento o llueve. Todo está empeorando. Es aterrador. Mi esposa se siente impotente cuando intenta cubrir a nuestros bebés con nuestra ropa porque no hay suficientes mantas”, explica Omar Abu Shahma, gazatí desplazado.  

Sin suministros básicos para la supervivencia 

La falta de un acceso sostenido al agua en Gaza sigue amenazando la vida de miles de familias. La gente sigue enfrentándose a una enorme escasez de agua debido a la falta de electricidad, combustible y a las restricciones de entrada de suministros impuestas por las fuerzas israelíes. 

Desde el 11 de octubre, la franja de Gaza se encuentra bajo un apagón eléctrico, después de que las autoridades israelíes cortaran el suministro eléctrico y se agotaron las reservas de combustible para la única central eléctrica de Gaza.  

La gente está tratando de encontrar agua para limpiar, lavar la ropa, ducharse e incluso beber, pero lamentablemente no hay suficiente para cubrir las necesidades básicas de la vida diaria. Por eso muchos de ellos están utilizando el agua de lluvia: “Era una noche lluviosa y estábamos poniendo las garrafas vacías en el techo para llenarlos con el agua de lluvia”, explica otra de las personas desplazadas, Sabreen Nasr. 

El Comisionado General de UNRWA, fue claro: “Los alimentos, el agua y el combustible se utilizan sistemáticamente como armas de guerra en Gaza, al igual que la desinformación”. 

Miles de ciudadanos se despiertan cada mañana temprano, caminan unos 2 kilómetros para llegar al punto de agua más cercano y esperan una larga fila durante horas para conseguir una garrafa de 16 litros de agua sucia que es utilizada por muchas familias que residen en refugios.  

Por otro lado, persisten las restricciones en los cruces hacia Gaza, donde las autoridades israelíes no permiten que los suministros esenciales lleguen a la población. “Solíamos ir al mercado a buscar agua limpia para beber y cocinar, pero los mercados están vacíos y no hay agua para comprar”, cuenta Zein Eldeen, un joven desplazado de 19 años. 

Los suministros médicos para los heridos o pacientes con enfermedades crónicas también son extremadamente limitados. Las mujeres apenas reciben artículos sanitarios, ni medicamentos cuando tienen la regla, o incluso no consiguen suficiente agua limpia para hervir algunas hierbas calmantes. No hay papel higiénico, ni baños suficientes, por lo que se ven obligadas a cavar pequeños agujeros delante de sus tiendas para hacer sus necesidades. Así de miserables, injustas y atroces son las circunstancias que la población palestina de Gaza afronta. 

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UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.

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