En este pequeño y pintoresco pueblo, situado junto a un lago, se registraron 32 grados bajo cero hace 70 años

Fue un 2 de febrero de 1956, en medio de una intensa ola de frío, cuando la estación meteorológica ubicada en la zona marcó 32 grados bajo cero

Alberto Gómez

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La remota Vall Fosca, en el corazón de los Pirineos de la provincia de Lleida, guarda en sus paisajes escarpados no solo una belleza natural impresionante, sino también el registro histórico de una de las temperaturas más gélidas jamás medida oficialmente a lo largo y ancho de la península. Se trata del Gento, un lago glaciar que pertenece al municipio de Torre de Cabdella, y que es conocido, por datos más que acreditados, como uno de los sitios más fríos de toda España. Dicha fama arrancó el 2 de febrero de 1956, cuando la estación meteorológica ubicada en la zona del lago Gento marcó un hito casi inquebrantable en la meteorología nacional: 32 grados bajo cero.

Este evento se produjo en el contexto de una ola de frío intensa que impactó a toda Europa, golpeando con particular dureza a Catalunya y las Islas Baleares, donde incluso llegó a nevar durante quince días consecutivos. Un mal tiempo que también se notó, lógicamente, en la pequeña localidad ilerdense. Y es que el lago, de hecho, se sitúa a 2.142 metros de altitud. El cuerpo de agua que posee es de origen glacial, cubre una superficie de 26 hectáreas y su profundidad tiene de promedio 11,5 metros. Concretamente se encuentra en la cuenca del río Ebro y define el límite meridional del Parque Nacional de Aigüestortes y el conocido lago Sant Maurici.

El lago se sitúa a 2.142 metros de altitud, posee agua de origen glacial y cubre una superficie de 26 hectáreas

La explicación de este frío extremo reside en las características geográficas únicas de la cabecera de la Vall Fosca. La zona es un circo glaciar natural, rodeado por cumbres que rozan los 3.000 metros, una configuración que contribuye a que el aire se aquiete y propicie un intenso enfriamiento durante las horas nocturnas. Por si fuera poco, a estos factores topográficos se añade la altitud elevada, la escasa vegetación circundante y el color blanco predominante del granito, un mineral que, al reflejar la luz, ralentiza significativamente el calentamiento por la acción solar. De hecho, si bien la estación meteorológica registró -32 °C, las estimaciones sugieren que en cotas aún más altas las temperaturas podrían haber descendido hasta los -50 °C.

A pesar de que el récord se estableció hace más de seis décadas, el lago Gento conserva, para muchos expertos, dicha marca como temperatura mínima oficial de España desde que se conocen los mencionados registros. Hay que destacar que, si bien borrascas posteriores como Filomena, en 2021, generaron temperaturas negativas más extremas en estaciones privadas, como los -35,6 grados en la Vega de Liordes (León) o los -34,1 grados en el Clot del Tuc de la Llança (Lleida), estos valores no han sido homologados por la Aemet. Los -32 °C del lago Gento superan oficialmente, por ejemplo, otras cifras históricas notables, como los 30 grados bajo cero de Calamocha (Teruel) o los 28,2 grados igualmente bajo cero de Molina de Aragón (Guadalajara).

Hoy en día, tanto la pequeña localidad de Torre de Cabdella como el lago Gento no son solo un punto de referencia meteorológico, sino también un destino popular para excursionistas y amantes de la naturaleza que buscan un entorno rico en flora y fauna alpina. El lugar es un punto de partida importante para el senderismo, albergando el refugio del lago Gento y siendo accesible mediante el teleférico Vall Fosca. El lago en sí está íntimamente ligado al mencionado municipio, pequeño y pintoresco y situado en este caso a 1.422 metros de altitud, al fondo de la Vall Fosca. Aunque solo cuenta con una treintena de habitantes censados, goza de una ubicación privilegiada, entre los ríos Flamisell, Filiá y Riqüerna.

Cultura y energía

La travesía para llegar al lago Gento desde Torre de Capdella es considerada una de las rutas más interesantes de la zona, permitiendo a los visitantes apreciar lugares de interés cultural en el gélido pueblo, como la iglesia parroquial de San Vicente, que data del siglo XII, o las ruinas del castillo medieval de Capdella, del siglo XIII, que aún conserva una impresionante torre circular. Además de ofrecer oportunidades para el barranquismo, el senderismo o la escalada, el área destaca por su rica gastronomía local, incluyendo platos tradicionales como el trinxat y la escudella i carn d’olla. Alicientes todos para que sean muchas las personas que desafían al frío y descubren este precioso rincón del pirineo para disfrutar de un entorno como pocos en nuestra geografía.

Finalmente, la historia de esta comarca de Catalunya no se entiende sin su legado energético, ya que cerca del pequeño pueblo se encuentra la Central Hidroeléctrica de Capdella, construida a principios del siglo XX y que entró en funcionamiento en 1955, justo un año antes del histórico registro de frío señalado por los termómetros de la época. Esta central aprovecha el agua del río Flamisell y, junto con la central reversible de Gento-Sallente, ha sido crucial para la transformación económica y paisajística de la Vall Fosca, erigiéndose como una muestra de la capacidad humana para aprovechar los recursos naturales de forma sostenible y sin dejar de cuidar en ningún momento el paraje espectacular del pirineo ilerdense.

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