La carretera con los mejores paisajes de España: es ‘la ruta 66’ del Pirineo
Si te apasiona la carretera y los paisajes naturales, no es necesario cruzar el charco para disfrutar de una ruta legendaria. En España, tenemos la N-260, conocida como “la Ruta 66 del Pirineo”, una vía que atraviesa los majestuosos Pirineos catalanes y aragoneses, ofreciendo panorámicas impresionantes en cada kilómetro. Esta carretera, lejos de las largas rectas y el asfalto monótono, te llevará por curvas, montañas y paisajes que parecen sacados de un cuento.
La N-260: un viaje entre montañas y miradores
La N-260, también llamada Eje Pirenaico o “la Nacional de los Mil Miradores”, es una carretera que te invita a recorrer el corazón de los Pirineos de una manera única. Desde Portbou, en Girona, hasta Sabiñánigo, en Huesca, la ruta serpentea a través de algunas de las vistas más espectaculares de España. Con un total de casi 500 kilómetros, esta carretera conecta el Pirineo catalán con el aragonés, permitiendo a los viajeros disfrutar de cada paisaje de forma pausada, como si el tiempo se detuviera.
A lo largo del recorrido, la carretera sube puertos de montaña como el Puerto de Bonansa y atraviesa pueblos pintorescos, donde cada curva te lleva a un nuevo horizonte, lleno de naturaleza y vida. Sin prisa, puedes detenerte a disfrutar de un panorama distinto cada vez.
¿Qué zonas del Pirineo recorre esta carretera?
La ruta comienza en la costa, junto al Mediterráneo, en la localidad de Portbou. Desde ahí, se adentra en el Pirineo catalán, pasando por Camprodon y La Seu d’Urgell, donde ya te adentrarás en una región llena de historia. Desde El Pont de Suert, la N-260 cruza al Pirineo aragonés, ascendiendo hasta el Puerto de Bonansa y descendiendo hacia el municipio de Castejón de Sos, en el Valle de Benasque.
La carretera continúa serpenteando a través de hermosos pueblos de la comarca aragonesa, como Biescas, Broto y Aínsa, este último conocido por su castillo medieval y sus impresionantes vistas del embalse de Mediano. Desde ahí, la ruta pasa por Boltaña, un pueblo tranquilo donde el tiempo parece haberse detenido, antes de llegar a Sabiñánigo, donde termina esta impresionante travesía.
Paradas obligatorias en el camino
El recorrido por la “Ruta 66 del Pirineo” está lleno de paradas que no puedes dejar pasar. Además de las increíbles vistas, la ruta te lleva por pueblos con una gran carga histórica y cultural. Desde el kilómetro 0 en Portbou, hasta los pintorescos pueblos de Aínsa y Boltaña, cada parada te permitirá conectar con la esencia del Pirineo.
Si te detienes en Aínsa, descubrirás uno de los pueblos medievales más bonitos de España, con un castillo bien conservado y una plaza porticada que te transporta al pasado. Además, las vistas del embalse de Mediano son simplemente espectaculares, lo que convierte esta parada en un lugar ideal para disfrutar de la paz y belleza de la naturaleza.
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