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Laia Bonet: “No voté a Pere Navarro; el resto de candidatos no pueden decir lo mismo”

La candidata a las primarias del PSC Laia Bonet.

Jordi Molina

Barcelona —

Laia Bonet (Valls, 1972) tiene entre ceja y ceja ser la aspirante de los socialistas a la alcaldía de Barcelona en la carrera electoral de 2015. Renunció la semana pasada a un escaño en el Parlament –que el mismo lunes dejó libre su adversario Jaume Collboni– para confirmar su determinación de ganar unas primarias marcadas, hasta ahora, por una notoria homogeneidad entre los cinco candidatos en sus propuestas sobre Barcelona. Hasta esta semana, Bonet era la única candidata sin cargo –y sueldo– público. Por este motivo y por su lejanía con la dirección actual del partido se presenta defendiendo un “cambio real” en las políticas y en los liderazgos del PSC.

Finalmente, no tomará posesión del escaño vacante que este lunes dejó Jaume Collboni en el Parlament. ¿Hacerlo hubiera sido incoherente?

No quiero ninguna sombra de duda sobre mi determinación de ganar estas primarias. Ni tampoco sobre mi dedicación presente y futura. Esta decisión no la tomo por emulación, ni por competencia electoral. He dicho, reiteradamente, que si pierdo no me voy y que seguiré. No creo que todos puedan decir lo mismo. Si no obtuviera la confianza de los ciudadanos en unas urnas directos como son las de las primarias, no estaría dispuesta a mantener un escaño de representación en el Parlament. Espero dar nuevamente, con esta decisión, un mensaje de compromiso con la nueva política.

Hasta ahora era la única candidata sin cargo.

Sí, o lo que es lo mismo, no cobraba un sueldo institucional. He llegado hasta aquí sin esta cobertura ni visibilidad. Pero hemos demostrado que también se puede hacer política y servir a tus ideales sin la presencia institucional. Desde hace tiempo, el trabajo en la Universidad es mi dedicación profesional. Ahora intentaremos representar la fuerza del cambio en Barcelona y creo que este cambio ganará porque es lo que quiere la mayoría de nuestros militantes, simpatizantes y votantes. Y muchos ciudadanos progresistas.

Cree que las primarias en Barcelona se pueden leer en clave nacional y, en función del ganador, intuir el acento que debe caracterizar el partido en el futuro?

Me presento a estas primarias con el compromiso inequívoco de cambiar el PSC , construir una alternativa al actual gobierno conservador de Xavier Trias y generar una nueva cultura política de profunda renovación democrática . Mi candidatura, si gana, incidirá en todos estos aspectos con energía. Y es que tanto militantes como ciudadanos habrán dado un mensaje claro que todos, todos, tendremos que atender.

Se la ha etiquetado en el ala catalanista del partido. Esta carta la juega –y en ocasiones lo ha hecho con bastante contundencia Jordi Martí. ¿Teme que sea un espacio ya cubierto?

Mis convicciones políticas son claras y mi trayectoria también. El catalanismo me ha acompañado siempre y nunca lo he escondido. Y ahora es parte de la oferta plural y progresista que hago a los barceloneses, no la única.

¿Qué votaría usted en un hipotético referéndum como el que hay ahora planteado?

Con las preguntas que hay sobre la mesa, sería un “sí ” a la primera cuestión y, de momento, un “no” a la segunda, aunque debería esperar a ver el escenario final que se pueda plantear. Defiendo el derecho a decidir de los catalanes y el diálogo con una España que nos ha de entender ya la que debemos entender. No creo en la ruptura, pero sí en el diálogo y en un nuevo marco de relación donde todos estemos cómodos. Pero para ello hay que hablar... si se puede.

A veces, algunos federalistas lamentan que no se explique suficiente como sería una hipotética Cataluña independiente. Pero tampoco se hace mucha pedagogía de la España federal. ¿Cree que el PSOE en este punto debería ser más valiente?

Vivimos en un debate de los extremos y cuesta sacar de todo ello una visión realista. Ahora bien, la idea de España que tienen la mayoría de españoles, y esto lo podemos ver en todas las encuestas del CIS, más allá de los titulares sobre los extremos, nos dice que están de acuerdo con un Estado de las autonomías descentralizado. Podemos decir que la pedagogía a la que se refiere y que se ha puesto sobre la mesa por parte de PSOE tiene un amplio recorrido. La gente, y aquí sería fácil usar términos como el de la “mayoría silenciosa”, está contenta con un estado descentralizado. Aprovechamos esta realidad y vamos más allá de la preferencia generalizada por el autogobierno de proximidad, y planteamos la cuestión de fondo del pluralismo nacional, cultural y lingüístico de España en el marco de una Europa en construcción.

Usted desarrolló un papel clave en el asesoramiento de diputados socialistas sobre temas relacionados con el Estatut. Aquella norma debía “federalizar” España. Y hoy una parte importante de Cataluña quiere irse. ¿Les salió mal?

La sentencia del Constitucional tiró echó a perder buena parte de las vías de relación que Cataluña proponía a España mediante el Estatut. Esto ha hecho que los caminos de entendimiento con el Estado tengan unas barreras que muchos ya han desistido de tratar de levantar.

Defiende un “cambio real”, pero hemos visto casos de puertas giratorias en el PSC y en el PSOE. Se siente identificada con algunos referentes del socialismo catalán y español que, una vez han terminado su trayectoria política, han ocupado altos cargos en direcciones de entidades financieras o empresas?

Me siento representada por el trabajo transformador que el PSC y el PSOE han hecho en Cataluña y España. Y no necesariamente con las decisiones personales que algunos dirigentes han tomado posteriormente.

Volvemos a Barcelona. No todas las personas que vienen de localidades pequeñas, como Valls, enamoran de esta ciudad. Usted incluso quisiera ser la alcaldesa. Cuéntenoslo...

Yo ya llevo 25 años en una ciudad a la que vine a estudiar, que me acogió y donde, desde el principio, me sentí acogida. Barcelona ha sido siempre una ciudad referente donde todos pueden vivir y donde te dejan vivir. Puede parecer un tópico, pero no lo es. Aquí, además, descubrí el mundo de la política, que se ha convertido mi pasión.

¿Qué la diferencia del resto de candidaturas a las primarias?

Pues que somos, realmente, la fuerza del cambio. En cuanto al resto, en estas primarias, nos encontramos quien defiende la continuidad y mira sólo hacia dentro, quien apuesta por la ruptura con el proyecto socialista, o bien quien juega la carta de la indefinición... Hay una diferencia muy clara: en su momento, yo no voté Pere Navarro como primer secretario del PSC, el resto de candidatos no pueden decir lo mismo. Yo apuesto por un cambio a fondo en el PSC y creo que esta es la última oportunidad para hacerlo. En definitiva, en estas primarias se pueden elegir dos grandes opciones: la continuidad estéril o el cambio radical, a fondo, profundo. Y para cambiar hay que sumar tanto dentro como fuera. Esta es la mejor manera de conformar un proyecto de progreso creíble al mismo tiempo para los socialistas de dentro y fuera del partido y para la ciudadanía en general.

Dígame dos propuestas que usted llevará en el programa para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.

La calidad de vida de los barceloneses y barcelonesas ha disminuido en estos años de crisis y esto se constata con un aumento preocupante de las desigualdades sociales en la ciudad. Para enderezar la situación, destacaría dos propuestas. En primer lugar, un programa integral que hemos llamado Pobreza Cero. Debería reorientar y catalizar todas las intervenciones segregadas que se hacen sobre las familias en situación de pobreza (tercer sector, iglesia...). Con una única metodología de itinerario dinámico que multiplique las capacidades y el empoderamiento y no que genere dependencia asistencial. En segundo lugar, activar unos Planes de Barrio. Hay que priorizar los barrios más pobres, sensibles y desatendidos, empezando por los que carecen de vida asociativa y asociaciones de vecinos. Se necesitan nuevas estrategias para crear capital social, tejido asociativo y acciones comunitarias. El programa Pobreza Infantil Cero se desarrollaría como un eje transversal junto con programas tipo magnet entre las escuelas públicas de los barrios más sensibles y las instituciones culturales y científicas de referencia.

Hoy pocos activistas (estudiantes en lucha , PAH, assambleas de barrio, movimientos anti- recortes...) ven el PSC como una fuerza que los representen en la gran ciudad . ¿Cómo cree usted que puede recuperar esa sintonía con la calle?

Estas primarias abiertas son un primer paso. Hemos empezado a recuperar sintonías gracias al trabajo de recogida de avales por un proceso que se ha abierto a los ciudadanos. Y quien ha firmado ha entendido que representan un primer paso que ahora podemos consolidar. No se trata tanto de llenarse la boca con grandes palabras sobre la democracia participativa. Se trata de hacerla real, y nosotros estamos demostrando con hechos que tenemos esta voluntad y que las primarias abiertas nos marcan un camino que será una exigencia ineludible si los ciudadanos de Barcelona nos hacen confianza para volver a gobernar la ciudad.

¿Qué valoración hace del mandato de CiU y el alcalde Trias desde que están en el Gobierno de la ciudad?

Es evidente que el alcalde Trias y el gobierno de CiU en minoría no disponen ni de la energía, ni de la autonomía, ni de las ideas para reiniciar Barcelona. Se ha mostrado incapaz de construir y liderar una mayoría. Actúa de forma conservadora, sin aportar soluciones innovadoras a los problemas ciudadanos. Ha vivido de la inercia del buen legado económico dejado por el alcalde Hereu. Se subordina a las urgencias financieras del Govern Mas. Se ha equivocado sistemáticamente en sus propuestas urbanísticas. No tiene suficiente sensibilidad para hacerse cargo del sufrimiento que provoca en miles y miles de barceloneses las desigualdades que van creciendo. Y, encima, pretende imponer un programa oculto de privatización del espacio público.

Algunos espacios emblemáticos como el Parque Güell, el Castillo de Montjuïc, Hospital de Sant Pau han entrado…

Nos encontramos ante una gestión política sin ningún plan ni previsión de futuro, que asiste impasible a la degradación del modelo Barcelona, fiándolo todo a la inercia del auge del turismo, sin darse cuenta que sin una intervención pública vigorosa en favor del equilibrio de las actividades urbanas y los usos del espacio público, la marca Barcelona que dicen defender acabará banalizada en perder su personalidad y singularidad.

¿Cree que la figura de Pascual Maragall ha reconocido suficientemente desde su partido ?

El alcalde Maragall ha convertido en un símbolo imborrable del mejor momento de Barcelona en el siglo XX. Bajo su liderazgo Barcelona se convirtió en una ciudad creativa e integradora, ganándose así un lugar destacadísimo en el mapa global de las ciudades. Y el presidente Maragall ha sido el presidente de las izquierdas en Cataluña. Lo que puso todo su prestigio y bagaje para que Cataluña consiguiera un nuevo Estatut, que muchos años de pujolismo no habían dado al país. Y francamente, creo que no se le ha reconocido suficientemente esta trayectoria dentro y fuera de lo que fue su partido, pero es especialmente doloroso ver la ingratitud de muchos de los que fueron sus compañeros.

Los tiempos han cambiado y los liderazgos no tienen el carisma de años pretéritos. Pero, salvando las distancias… ¿Ve a Pere Navarro preparado para liderar un proyecto socialista que vuelva a ilusionar a la gente?

No, no lo creo. Y no es una posición nueva. No lo creía cuando se presentó para primer secretario y, por ello, como ya le he dicho, no lo voté.

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