Llegó la primavera: manual de supervivencia para alérgicos

Foto: Cenczi

Jordi Sabaté

“Marzo ventoso y abril lluvioso sacan a mayo florido y hermoso”, reza la sabiduría popular para describir la estación que acabamos de estrenar. Parece que en 2017 se seguirá este patrón climatológico y natural, pero esto no tiene que ser necesariamente bueno para la mayoría: las previsiones de concentración de polen (PDF) de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), destacan una primavera desde el punto de vista alérgico muy leve en Canarias, leve en el litoral mediterráneo, moderada en el interior y Andalucía e intensa en Extremadura.

Las gramíneas, los plátanos de sombra, los olivos, la parietaria y muchas otras plantas durante estos meses en el Mediterráneo y el centro y sur -así como los abedules en la España atlántica-, hacen que la primavera no sea del gusto de todas y todos. Para una porción creciente de la población -cerca de seis millones de personas según la SEAIC-, esta estación significa un tormento de cansancio, mucosidades, escozor de ojos, pitidos en los oídos y ahogos debidos al asma. 

La culpa la tiene el polen de las plantas y árboles antes citados, que flota en el aire en grandes masas y se mueve gracias al viento con el fin polinizar otros individuos de la misma especie y situados a distancia. Por el camino, penetra en nuestra boca y fosas nasales y se pega a las mucosas, la ropa, o el líquido lacrimal que empapa nuestros ojos, provocando una reacción autoinmune que conocemos como alergia primaveral.

En la actualidad afecta a un 30% de los españoles, pero se calcula que debido a la deficiente alimentación, la contaminación -sobre todo en las grandes ciudades (PDF)- y otros factores, en 2025 la mitad de la población podría ser víctima de esta serie de trastornos alérgicos de temporada y podría precisar de asistencia médica.

Si estamos en este grupo de desafortunados, los siguientes consejos pueden ayudarnos a paliar los desagradables síntomas de la alergia, aunque el grado en que debamos aplicarlos dependerá de nuestras circunstancias personales y la severidad con que nos afecte el polen de una u otra especie.

1. Usar mascarilla y gafas de sol los días secos, soleados y ventosos

1. Usar mascarilla y gafas de sol los días secos, soleados y ventososEn estos días la cantidad de polen en el aire será mucho más alta y por tanto aumentará la probabilidad de que nos veamos afectados. La SEAIC recomienda las gafas y aprueba las mascarillas como método paliativo, aunque advierte que no todas tienen igual eficacia. En este sentido, funcionan las que están homologadas y que tienen un sistema de filtro. 

El motivo es que pueden filtrar partículas de hasta 0,3 micras de diámetro, cuando los pólenes más pequeños están en torno a las 15 micras. Ahora bien, si nos las ponemos debemos ser muy disciplinados y evitar quitárnoslas en plena calle si sentimos agobio o calor, ya que entonces el polen se pegará a su cara interior y la alergia empeorará. 

2. Usar filtros antipolen en el coche

En el caso de alérgicos al polen severos, se recomienda el uso de filtros anti polen para la ventilación y el aire acondicionado del coche, que se pueden comprar en tiendas de recambios y podemos colocar nosotros mismos o encargar que nos los pongan. 

3. Conducir con las ventanas cerradas

Adicionalmente a los filtros y por ser coherentes, las personas reactivas al polen deben evitar en todo momento bajar las ventanas cuando están en un coche en marcha. 

4. Beber líquidos

4. Beber líquidosAl beber líquidos limpiamos la boca del polen que pueda haber entrado y además hidratamos las mucosas, con lo que las hacemos menos reactivas frente al polen

5. Lavarnos la cara y los orificios nasales con frecuencia

5. Lavarnos la cara y los orificios nasales con frecuenciaDel mismo modo, el agua arrastrará el polen que se haya depositado en los ojos y las fosas nasales y sentiremos mayor alivio.

6. Tomar saunas húmedas o infusiones templadas

6. Tomar saunas húmedas o infusiones tEvidentemente si tenemos acceso a una, la sauna de vapor humedecerá nuestras mucosas y los bronquios; un sustituto pueden ser las infusiones templadas.

7. Ventilar la casa por las noches y solo si es necesario

7. Ventilar la casa por las noches y solo si es necesarioAl ventilar entraremos el polen en casa, lo cual no es nada bueno. Si no podemos evitar hacerlo, mejor por la noche, cuando la carga de polen en el aire es más baja debido a un aumento de la humedad y el frío. 

8. Lavar sábanas y toallas con mayor frecuencia

8. Lavar sábanas y toallas con mayor frecuenciaSi ventilamos, el polen se depositará en sábanas y toallas, con lo que irá directo a nuestra cara y mucosas. 

 

9. Evitar los parques públicos urbanos

9. Evitar los parques públicos urbanosEste tipo de parques conjugan la contaminación ambiental, que aumenta nuestra reactividad al polen, con las gramíneas del césped y diversos árboles que se polinizan con el viento.

10. Ducharnos al entrar en casa

10. Ducharnos al entrar en casaLa mejor opción para evitar el polen que queda en el pelo y la ropa, es ducharnos solo llegar a casa y ponernos ropa que no haya entrado en contacto con el aire de la calle.

11. Lavar la ropa cada vez que regresemos a casa

11. Lavar la ropa cada vez que regresemos a casaSi somos reactivos severos, es una buena solución el lavar la ropa cada día, o al menos sacudir bien chaquetas, pantalones y jerseys para que suelten el polen que tienen pegado.

12. Secar la ropa en casa

12. Secar la ropa en casaEvidentemente, lavar la ropa para quitar el polen y luego secarla al aire libre, no es una buena idea. Lo mejor es un tendedor casero o la secadora, si se dispone de ella. 

13. Duchar a nuestras mascotas con mayor frecuencia

13. Duchar a nuestras mascotas con mayor frecuenciaNo se trata de ducharlas cada día, pero sí aumentar la frecuencia si somos alérgicos y salimos a pasear con nuestros amigos peludos. El motivo es que el polen se les acumulará entre el pelo. 

 

14. Mantener las habitaciones húmedas...La humedad en una habitación hará precipitar la carga de polen del aire y la depositará en el suelo, con lo que respiraremos una atmósfera menos reactiva; además, nos mantendrá las mucosas hidratadas. Se pueden usar humidificadores o atomizadores. 

15. ...salvo si somos alérgicos a los ácaros

El motivo es que el polen hace a algunas personas más reactivas también ante los ácaros del polvo, que viven bien en condiciones de calor y humedad. Si queremos evitar la alergia estos bichos en nuestras habitaciones, lo mejor es usar el aspirador a fondo y luego mantener un ambiente seco y no demasiado caluroso. 

16. Prestar atención al recuento de polen diario

La SEAIC pone a nuestra disposición una página web de recuento diario de polen por especies y provincias que las personas reactivas pueden consultar.

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