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Fallece la viuda, protectora y albacea de Julio Cortázar

Fallece Aurora Bernárdez, viuda y albacea literaria de Julio Cortázar

elDiarioes Cultura

Madrid —

La bella Aurora Bernárdez, primera esposa de Julio Cortázar y su guardiana literaria, falleció el sábado a las 8.25 de la mañana en el hospital Sainte-Anne, en el distrito XIV de París, después de ser víctima de un accidente cerebrovascular. Su muerte coincide con los festejos del primer centenario de Cortázar, nacido hace un siglo en Bruselas, el 26 de agosto de 1914.

Una mujer cultísima, Aurora Bernárdez era ya una de las personalidades de la inteligenzia bonaerense cuando conoció a Cortázar en el café Boston en 1948. Había nacido en Buenos Aires el 23 de febrero de 1920 y estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde se licenció en Literatura. Se casaron en 1953 y juntos se instalaron en París, la ciudad donde vivieron pobres y felices hasta que hasta que Cortázar aceptó la oferta de traducir las obras completa de Edgar Allan Poe para la Universidad de Puerto Rico.

También fue allí donde les conoció Mario Vargas Llosa, que en el pasado año, cuando participaba junto a la propia Bernárdez en el curso de la Universidad Complutense en San Lorenzo de El Escorial “Cortázar y el boom latinoamericano”, recordaba el encuentro:

"De mi primer encuentro con ellos recuerdo, sobre todo, la manera en cómo se convirtieron en los protagonistas de la noche. Había entre ellos una complicidad, una inteligencia... Eran maravillosos conversadores, se tenía la impresión de que esa conversación no era espontánea, que había sido ensayada previamente para impresionar a los otros contertulios".

En 1963, tras un viaje a Cuba en el que Cortázar en el que Cortázar se enamoró de la isla y Aurora juró no volver más, el escritor sintió la llama del compromiso político y la pareja entró en una crisis. También fue el año que publicó Rayuela, su primer y único éxito editorial. La crisis acabó cuando empezó su relación con su agente en la editorial Gallimard, la escritora lituana Ugné Karvelis. Ocho años más tarde le pidió el divorcio a Aurora para poder casarse con la escritora y fotógrafa Carol Dunlop.

A pesar del desamor, no dejaron de ser familia. Los dos mantuvieron una relación de amistad muy cercana hasta la muerte de Dunlop en 1983, cuando la argentina regresó al lado de Cortázar. Aurora lo cuidó hasta que el escritor falleció por leucemia el 12 de febrero de 1984 a los 69 años de edad en el hospital parisino de Saint-Lázare.

Aurora, memoria de Cortázar

En los años 90, junto a la editora catalana Carmen Balcells, comenzó a rescatar obras de su marido, y a editar otras con textos inéditos del autor argentino, como su voluminosa correspondencia. Entre los trabajos más relevantes se encuentran dos obras que realizó junto con la editorial Alfaguara, y el editor Carles Álvares Garriga.

En 2009 apareció Papeles inesperados (Alfaguara), una compilación de textos encontrados por la propia Aurora en un mueble de su casa parisina y que conforman un conjunto que permite apreciar las múltiples facetas del gran escritor: el Cortázar formal y en ciernes, el cuentista genial, el de espíritu lúdico, el comprometido con su tiempo, el profundo conocedor del arte y la literatura, el cronista sutil, el poeta.

Ya a comienzos de este año, la editorial Alfaguara presentó en enero Cortázar de la A a la Z. Un álbum biográfico, un recorrido artístico por su vida con imágenes y sus propios textos en los que la mano de Bernárdez estuvo presente.

Aurora ha sido traductora de Lawrence Durrell, Gustave Flaubert, Italo Calvino, Vladimir Nabokov, Albert Camus, Jean-Paul Sartre y William Faulkner, entre tantos otros, pero nunca escribió obra propia. Algo a lo que nunca ha querido dar respuesta, como dejó claro durante una visita a Madrid.

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